Emma Coronel Aispuro, la esposa del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue arrestada el lunes en el estado de Virginia y enfrenta cargos de tráfico de drogas, informó el Departamento de Justicia estadounidense.
Coronel, de 31 años, nacida en California, Estados Unidos, –aunque también tiene la nacionalidad mexicana- fue detenida en el aeropuerto Dulles International y comparecerá por videoconferencia ante un juez del distrito de Columbia,este martes.
Coronel no sólo está acusada de participar en una conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas, heroína y marihuana, sino que además Estados Unidos la acusa de unirse a otros para ayudar a Guzmán a escapar de la cárcel del Altiplano, en Almoloya de Juárez, México, en julio de 2015.
Después de que Guzmán volviera a ser arrestado en México en enero de 2016, Coronel supuestamente planeó de nuevo, junto a otros, otro intento de escape para su esposo. Guzmán, sin embargo, fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
Coronel Aispuro apareció cada día en el juicio a su esposo por narcotráfico —ocurrido en la corte del distrito este de Nueva York— a finales de 2018 e inicios de 2019 y fue foco de las cámaras cada vez que entraba o salía del edificio del tribunal, en Brooklyn. Guzmán fue condenado a cadena perpetua debido a su papel de líder del Cártel de Sinaloa.
Según una declaración jurada emitida por Eric McGuire, agente del Federal Bureau of Investigation (FBI), y difundida por el Departamento de Justicia, de 2012 a 2014 Coronel pasó mensajes de parte de Guzmán a otros miembros del Cártel para proseguir con actividades de tráfico de drogas mientras él evadía ser capturado por las autoridades mexicanas.
Tras el arresto de “El Chapo” en febrero de 2014, Coronel seguía pasando los mensajes de que su marido le daba cuando ella le visitaba en prisión, escribió McGuire. Las visitas no eran monitoreadas por las autoridades mexicanas, indicó el agente.
“Creo que Coronel actuaba como mensajera entre Guzmán y sus soldados, socios e hijos”, escribió McGuire. “También entiendo que Guzmán siguió dirigiendo las actividades de tráfico de drogas del Cártel de Sinaloa desde la prisión del Altiplano a través de varios individuos, incluidos Coronel”.
El agente del FBI basa en parte sus acusaciones en las declaraciones de un testigo al que llama “Cooperating witness 1”. McGuire asegura que tras el arresto de “El Chapo” en enero de 2016, Coronel le dio 100 mil dólares al testigo y le dijo que comprara una propiedad cerca de la prisión del Altiplano. El testigo acabaría recibiendo un millón de dólares para llevar a cabo el plan de escape, asegura McGuire.
Guzmán, sin embargo, fue trasladado a una prisión en Ciudad Juárez. Coronel le dijo al testigo que ella y otros estaban intentando transferir de regreso a “El Chapo” a la prisión del Altiplano, donde la fuga “sería posible”.
Coronel supuestamente le dijo al testigo que se había pagado aproximadamente dos millones de dólares al funcionario mexicano que dirigía las prisiones de México para llegar a cabo la transferencia al Altiplano.
Guzmán nunca regresó a la cárcel del Altiplano.
Según McGuire, Coronel, una exreina de belleza, se casó con Guzmán en 2007, cuando ella era una adolescente. Estaba familiarizada con el mundo del narcotráfico porque su padre, Inés Coronel Barreras, fue arrestado en 2013 junto a uno de sus hijos y otros en Arizona en un almacén lleno de marihuana.
Guzmán, uno de los narcotraficantes más conocidos del mundo, y Coronel son padres de dos gemelas nacidas en 2011 y a las cuales su madre llevó a la corte de Brooklyn un par de veces para que su padre las viera.
Coronel fue mencionada varias veces durante el juicio a su esposo, en el que un testigo testificó que Coronel jugó un papel clave en la fuga de 2015 de Guzmán. Sus socios construyeron un túnel que desembocaba en la ducha de la celda de “El Chapo”.
Dámaso López Nuñez, quien trabajó para Guzmán, testificó en el juicio de Brooklyn que Coronel ayudaba a Guzmán a comunicarse con sus hijos y otros que coordinaron la fuga de la prisión del Altiplano. Tras la sentencia a su marido en 2019, Coronel lanzó una marca de ropa a su nombre.
En la investigación, el llamado Testigo Colaborador 1 (Cooperating Witness 1), un asociado de alto rango de El Chapo, declaró que Coronel Aispuro sabía que Guzmán Loera era el líder del Cártel de Sinaloa y que Guzmán coordinaba la distribución de heroína, cocaína, metanfetaminas, y marihuana con el propósito de “ilegalmente contrabandear esos narcóticos a los Estados Unidos para su distribución”.
De acuerdo con el Testigo Colaborador 1, la esposa del capo también sabía que sus hijos (Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López, y Joaquín Guzmán López) eran integrantes de alto rango del Cártel de Sinaloa. Además, de que su padre, Inés Coronel Barreras, coordinaba el transporte de narcóticos para Guzmán Loera.
Emma Coronel creció con conocimiento de la industria del narcotráfico, y se casó con Guzmán cuando era una adolescente. Según mi investigación, sé que Coronel entendía el alcance del narcotráfico del Cártel de Sinaloa. Coronel sabe y entiende que el Cártel de Sinaloa es el cártel más prolífico en México. Coronel estaba consciente de los cargamentos de varias toneladas de cocaína, la producción de varios kilos de heroína, los envíos de varias toneladas de marihuana, y toneladas de envíos de metanfetamina (…)
“Coronel entendía que las ganancias de las drogas que ella controlaba durante su matrimonio con Guzmán eran derivadas de estos cargamentos”, afirmó el documento del gobierno estadounidense.
Una carta escrita a mano y firmada por El Chapo, consultada por el agente especial McGuire, y autentificada por múltiples testigos, afirma: “Con respecto a Cleto, incrementa la producción para que rinda. Salúdame a Cleto. Dile que por favor me eche la mano, para que la primer venta sea mi parte… porque tengo muchos gastos aquí”.
Cleto, según el FBI, es un narcotraficante basado en Durango que se dedica a la producción de heroína. Con “tengo muchos gastos aquí”, El Chapo se refería a que tenía que pagar sobornos en prisión y también mantener a su familia. “Sé por mi investigación que Cleto y el Testigo Colaborador 1 le dieron a Coronel las ganancias de más de cinco kilogramos de heroína”, señaló McGuire.
Coronel Aispuro visitó a su esposo, Joaquín Guzmán Loera, en múltiples ocasiones en la prisión de El Altiplano después de su arresto el 22 de febrero del 2014.
Otra carta, escrita a mano y firmada por El Chapo y consultada por el FBI, contiene “detalladas” instrucciones sobre las operaciones en marcha del Cártel de Sinaloa, incluyendo el transporte de narcóticos.
El fragmento publicado por el gobierno estadounidense afirma: “Te pido que estés siempre de acuerdo, entre tú y mis cuatro hijos. Contrata contadores en todo el estado y paga a los hombres y a las viudas desde ahí, y lo que reste por mes, la mitad es para ti y la mitad para los cuatro. Tú ya sabes quién tiene los documentos de ese lugar. Mándalos a las gemelas por favor. La mamá de las gemelas te va a decir algo a ti y a mis hijos. Por favor mantente alerta, compadre. Ella te va a explicar… La mamá de las gemelas va a traer un mensaje para todos ustedes, para que todos lo vean personalmente”.
Las investigaciones del FBI afirman que Coronel Aispuro actuaba como intermediaria y mensajera entre Guzmán Loera y sus lugartenientes, asociados, e hijos.
El Testigo Colaborador 1 declaró que recibió mensajes de El Chapo a través de Emma Coronel mientras el capo se encontraba preso en El Altiplano entre 2014 y 2015. Además, que Coronel Aispuro accedió a ayudar al narcotraficante a escapar de prisión.
Entre el testigo, Coronel Aispuro, Iván, Jesús Alfredo, y Ovidio, auxiliaron en la organización de la construcción de un túnel subterráneo para facilitar el escape de Guzmán Loera de la cárcel. Como parte del plan, Emma Coronel le pagó alrededor de USD 1,000,000 al Testigo Colaborador 1 para la compra de terrenos vecinos a El Altiplano, lo cual facilitaría la fuga. No obstante, El Chapo fue trasladado a una prisión en Ciudad Juárez.
Además, Coronel Aispuro le afirmó al testigo que se había pagado USD 2,000,000 a una autoridad mexicana que supervisaba las cárceles para regresar a Guzmán Loera a El Altipano y realizar el escape. Sin embargo, terminó siendo extraditado a los Estados Unidos el 19 de enero del 2017.
APUNTES FIDEDIGNOS
La tensa calma permea en el Palacio Nacional, debido a la detención de Emma Coronel, toda vez que podría «cantar» todo acerca de la estrecha relación que mantiene el presidente Andrés Manuel López Obrador con «El Chapo Guzmán» y sus hijos conocidos como «Los Chapitos», quienes actualmente se hacen cargo de todas las actividades ilícitas que realiza el llamado Cartel de Sinaloa.
A este espacio llegó la información de que precisamente durante la tarde de ayer, Ovidio Guzmán, hijo del conocido narcotraficante, llamó vía celular a López Obrador para hacerle de su conocimiento del arresto de la ex reina de belleza y pedirle su intervención ante el Gobierno de Joe Biden para que la liberaran.
Pero la plática que tuvo «El Chapito» con el mandatario no fue del todo «amistosa», pues el joven capo de la droga le advirtió que si no lo ayudaba con ese asunto, se iba a ver en la necesidad de dar a conocer toda la relación que tiene con la familia Guzmán y la forma en que protege a sus integrantes y las cantidades de dinero que le otorgan mensualmente para su bolsillo personal.
Una vez que terminaron esa charla que duró aproximadamente 20 minutos, Andrés Manuel ordenó al canciller Marcelo Ebrad que se pusiera en contacto con las autoridades norteamericanas y que lo comunicara con Biden para «negociar» la libertad de Emma Coronel Aispuro, pero el presidente de los Estados Unidos, no quiso tomar la llamada porque «estaba muy ocupado».
Si «El Chapito» canta, seguramente será el fin del gobierno obradorista. AMLO ha comenzado a temblar; está muy nervioso, a ver si no le da otra embolia o el Covid-19 lo hace «recaer»…¡¡¡¡Seguiremos informando…!!!!
Dudas, comentarios y aclaraciones:
@juanreportero
[email protected]