Ante la proximidad de las elecciones federales y estatales, es obvio que los integrantes del gabinete de Andrés Manuel López Obrador se nieguen a reconocer que su «amo y señor» ya no está en condiciones para llevar las riendas del país debido a las múltiples enfermedades que padece –aunado a lo avanzado de su edad- mismas que en cualquier momento podrían llevarlo a la tumba. Y lo que sucedió este domingo en Mérida, Yucatán, es el quinto aviso.
De acuerdo con la información difundida ese día de septiembre, el Gobierno Federal habría omitido dar cuenta de hospitalizaciones de emergencia y tratamientos médicos del presidente para padecimientos como diabetes, hipotiroidismo, gota y angina inestable de riesgo alto.
Según los archivos, el 2 de enero de 2022 la Sedena tuvo que enviar a una ambulancia aérea a Palenque, Chiapas, en donde se encuentra el rancho de López Obrador, de nombre La Chingada.
La razón de esta movilización fue la presunta necesidad de trasladar urgentemente al mandatario al Hospital Central Militar de la Ciudad de México. Antes de salir del estado sureño, AMLO habría sido monitoreado, canalizado y medicado. Su diagnóstico, era grave.
En la tarjeta con folio SIIO/0036 del grupo de servicios especiales de la Policía Militar se incluiría el diagnóstico de angina inestable de riesgo alto, un padecimiento que impide el flujo adecuado de sangre y oxígeno al corazón, lo que puede derivar en un ataque cardiaco.
Una semana después, el 10 de enero del mismo año, el titular del Ejecutivo Federal anunció que estaba contagiado de COVID-19 y que los síntomas eran leves. Sin embargo, del diagnóstico y traslado previo no se hizo mención alguna.
Con base en los documentos extraídos de la Sedena, entre el 4 y el 20 de enero de 2022, López Obrador recibió al menos 10 consultas médicas, incluida la de su cardiólogo particular.
Luego, la mañana del 21 de enero, fue ingresado al Hospital Central Militar para un cateterismo y fue dado de alta al día siguiente. Desde esa fecha, AMLO habría recibido 28 terapias físicas.
Al respecto, tanto el área de Comunicación Social de Presidencia como la Secretaría de Gobernación (Segob) informaron que los procedimientos formaban parte de un conjunto de estudios de rutina programados.
Meses antes, el 1 de septiembre de 2021, López Obrador habría visitado la misma unidad médica castrense para recibir atención en las áreas de reumatología, ortopedia, radiología y laboratorio, según constata en la tarjeta SIIO/4955.
Los estudios que le realizaron al funcionario, horas después de haber presentado su informe de gobierno, arrojaron el diagnóstico de que el presidente padecía de gota, una enfermedad reumática que causa dolor e hinchazón en las articulaciones.
Aquel día se dio la recomendación de que el personal del Grupo de Servicios Especiales de la Policía Militar continuará con la gestión y supervisión de los apoyos que AMLO indicará.
El 22 de diciembre de 2021, en el mismo hospital, especialistas de Otorrinolaringología y Endocrinología le brindaron consultas médicas al presidente, de acuerdo con la tarjeta SIIO/7760.
En esa fecha, AMLO fue diagnosticado con hipotiroidismo, por lo que le mandaron un tratamiento de sustitución hormonal a base de levotiroxina. Cabe recordar que el hipotiroidismo es un padecimiento que no tiene cura, pero puede ser controlado mediante la administración de hormonas sintéticas.
Y en relación al tema anterior, resulta que desde Palacio Nacional, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, negó que Andrés Manuel se haya desmayado durante su gira por Mérida para la supervisión de las obras del Tren Maya.
Abundó que el tabasqueño tomó la decisión de adelantar su vuelo y se trasladó en un vuelo comercial desde Mérida a la capital de la República Mexicana alrededor de las 15:00 horas. Una hora después se confirmó el contagio por COVID-19.