Hoy en día todo ejercicio de gobierno o acción pública está contaminada por el ruido electoral, sin embargo dicha efervescencia política sirve para contrastar lo que no está funcionado en el país. Hablamos en particular de las tan cacareadas “reformas estructurales”, que no son más que intentos fallidos para legitimarse a través del tristemente célebre “Pacto por México”.
Peña muy pronto pasó de ser “Saving México”, según publicó la revista TIME en su portada, a “el Salvador que no fue”, tituló el semanario NEWSWEEK, convirtiéndose el triunfalismo en una gran derrota que insiste en que todo va bien, cuando todo va de mal en peor. Ejemplos hay muchos, la publicitada Reforma Hacendaria, orgía recaudatoria que castiga a contribuyentes cautivos.
Los números no mienten, la sangría a trabajadores y empresarios nacionales, con el IVA, ISR y el fatídico IEPS, suman el 97% de los ingresos fiscales del país, que equivalente al 13% del Producto Interno Bruto (PIB). Impuestiza que sólo ha incrementado el desempleo y la pobreza extrema, eliminando deducciones a los obreros y ampliando el ISR a particulares, como las PyMES.
Al día de hoy, México posee los niveles de recaudación más bajos de la OCDE, con 1.8 veces menos recursos al promedio de los países de las naciones miembros y 1.6% menos que América Latina, donde la tan llevada Reforma Estructural sólo le cargo la mano a los mismos de siempre, condonando de 2015 a 2017, 6 mil 724 millones 114 mil 833 pesos a 4 mil 576 contribuyentes.
La Reforma Energética prometía una reducción en el precio de los energéticos: Gas, Gasolinas y Electricidad a cambio de permitir la participación de la IP con el pretexto de tener una efectiva competencia que ayudaría a bajar costos y eficientar servicio, pero hoy las gasolinas son más caras aquí que en EU y Guatemala, presentando un alza de alrededor de 20% en lo que va de 2018.
En el primer trimestre de año el 71.58% de la gasolina utilizada por los mexicanos es importada; principalmente de EU a quienes vendemos nuestro petróleo en centavos cuando su “gasolina base” y derivados de los hidrocarburos los adquirimos a miles de pesos, basta observar que en el país es 70% más alto que en países miembros de la OCDE y hasta Latinoamérica.
Así, las Reformas Estructurales que iban a salvar a México, hoy son un penoso esbozo de la Nación que necesitamos. Un país que revierta la desigualdad social y favorezca la unidad nacional, no para el lucimiento mediático de los “políticos de siempre”, como Aurelio Nuño en SEP que gastó 453 millones de pesos más, pese a que el Congreso se redujo de 89.7 a 84.8 millones en 2017.
La última de ellas, la multipublicitada Reforma Educativa que unos defienden a capa y espada y otros atacan a mansalva; divide al magisterio, a los padres de familia, y a la sociedad, comprometiendo la gobernabilidad y nulificando la viabilidad de uno de los sistemas educativos más grandes del mundo, con 35 millones de alumnos, dos millones de maestros y más de 260 mil planteles.
El parto de los montes, como dijera el clásico, ha sido la moneda de cambio para tratar de controlar un ala del magisterio rebelde so pena de correr a todo docente que se alebreste. Mientras que a un ala de la jerarquía empresarial se le sigue prometiendo darles pingües facilidades y permisos para establecer sus escuelas y colegios, aun cuando terminen siendo escuelas del amago.
“Escuelas patito” cuyo antecedente son los “institutos patrulla”, un programa hecho por vivales que a vuelta de correo, enviaban manuales y en un tercer envío -previo pago- el Diploma o Título. Por ello, cada año se revocan en promedio 1,180 colegios, pero aparecen 2,000 más, hoy existen más de 1,100 instituciones privadas pero sólo 74 comprueban su calidad académica.
Pero nada de elevar el conocimiento académico, la capacidad educativa ni el aprendizaje, todo porque un día la OCDE, Banco Mundial y el BID, nos sitúo “como un país con los niveles de conocimiento mínimo indispensable, para emplearlos”. De ahí que el Gobierno decidiera que nadie más sería reprobado y a expedir titulados y escuelas sin metodología ni la experiencia necesaria.
Bajos sueldos y una creciente tasa de despidos que según expertos tienen su raíz en la baja instrucción académica. Basta revisar que en los últimos 10 años la matrícula en escuelas privadas ha crecido más de 28.52%, mientras que el registro de alumnos en escuelas públicas es de sólo 1.3%, no porque haya más dinero sino porque hay escuelas mediocres que te titulan de todo, basta pagar.
Es aquí donde se ahonda la crítica a la mal llamada Reforma Educativa que solo ha servido para enriquecer aún más a unos, empobreciendo a los más. Negándonos el progreso de Nación, al destinar millones de pesos a líderes charros y una robusta burocracia que sólo sirve para crear profesionistas de membrete, pero que no saben nada… así pobre juventud y futuro de México!!!
Twitter: @Armando_Alcocer