Ante la efervescencia electoral, que hace a un lado los problemas reales de México, el “cambio político” está cada vez más cerca, por lo que los Presidenciales debieran trabajar en proponer soluciones reales para extirpar el cáncer nacional que mantiene al País a punto de la ingobernabilidad: la corrupción, que nos mantiene en el primer lugar de impunidad, pobreza y desigualdad del mundo.
Dos debates y cero soluciones reales, unos por su cuestionable falta de autoridad moral y los más por complicidades que han hecho de esta práctica su forma de vida y razón política. Doctrina que todos niegan, pero que siguen al pie de la letra el apostolado de un maestro mexiquense Carlos Hank González, que acuño: “un político pobre, es un pobre político”, de ahí su proclividad a enriquecerse.
Para muestra su heredero, el tótem del Grupo Atlacomulco, hoy en día es dueño de la deuda subnacional –de estados y municipios– que según estimaciones conservadoras asciende a 61 mil millones de pesos, que se le adeudan al Banco Interacciones y a Banorte, de los cuales es accionista mayoritario. Así para qué ser Presidente de México si eres el prestamista del País, dijera su progenitor.
De ahí que gran parte de los políticos, aun cuando son fugases, todos se concentran en entrarle a la robadera, pero en este Siglo XXI se ha convertido en una desaforada carrera por superar a su antecesor; en raterías y transas, no en eficiencia administrativa ni entrega a la Nación, quedando muy lejos de ser recordados como nuestros próceres: Don Benito Juárez y el Tata Cárdenas.
Primero sus pingües negocios al amparo del poder, producto de la corrupción que sexenio a sexenio se enquista en todos los ámbitos de la vida pública y que incluso ya se ha propagado al sector privado y hasta la misma curia, pues cual cáncer todo lo corroe y contamina, que trabajar en cortar de raíz este peligroso fenómeno. Se olvidan que por decreto ni buena fe, podremos ponerle fin.
Ejemplos sobran y cada uno supera la ficción y ya lo dijimos a su antecesor. En el actual mandato, con Enrique Peña Nieto y el regreso del PRI a Los Pinos vino una camada entrante de gobernadores y servidores públicos, que primero se presentaron como una nueva generación de políticos, que a los cuatro vientos prometían erradicar de tajo el abuso de poder, autoritarismo y la corrupción.
El peñanietismo derrochó en 5 años más de 40 mil millones de pesos en imagen, equivalente a la reconstrucción CDMX tras el S-19; tampoco evitó la orgia criminal en Pemex, SCT, Educación, Sedesol, Gobernación, PGR y Hacienda, amén de los Duartes (Veracruz y Chihuahua), Borge y Sandoval (Quintana Roo y Nayarit), por citar algunos, que elevaron la deuda pública a niveles históricos: 48.2% del PIB.
Tampoco sirvió para mermar el escándalo por la Casa Blanca (Peña- Rivera) y la de Tecamachalco, esta perteneciente a otro íntimo del Presidente; ese que se habla de tú con los Trump, aunque sólo sea su lacayo, apátrida corrupto. Tampoco para impedir la Estafa Maestra, por más de 7 mil millones de pesos; y podemos seguir sumando, así que quién en su pleno juicio votará por Meade… Quién???
Pero a pesar del descomunal derroche de miles de millones, sólo 8 de cada 10 ciudadanos ven como grave la corrupción, ello se debe a que las instituciones, aun cuando secuestradas, operan a favor de la Presidencia Imperial: cúpulas sindicales, iglesias, cámaras, empresarios, colegios y también los Poderes de la Unión: Legislativo y Judicial, todo con tal de no perder su status quo.
Y si bien la corrupción no es exclusiva de México, aquí sí las instituciones han sido creadas para proteger a los corruptos y evitar que sean castigados. Cómo no desconfiar de los Órganos Electorales si se la pasan descalificando y avalando lo que la otra imposibilitó, léase INE vs TRIFE. ¿Cómo entender que el “Bronco” sea candidato presidencial, a pesar de la infinidad de anomalías cometidas?
Los Presidenciales deberían echar sus barbas a remojar y no confiarse de la encuestitis reinante, ya que el sondeo no fija la preferencia del votante sino de quién paga el tanteo. De ahí que el pueblo esté harto de los demagogos trasnochados, mesías furtivos y valentones de chisguete, les exigimos honestidad y programas transexenales reales… Así que ha trabajar, basta de simulación!!!
Twitter: @Armando_Alcocer