Opinión. Francisco J D´Angelo Ohep.
Después de las elecciones de gobernadores en Estado de México y Coahuila del 4 de junio, se desató un vendaval de críticas y frustración, sobre todo de personas que están conscientes del peligro de destrucción institucional y democrática que se presento al ganar la cuarta transformación (4T), un movimiento político parecido a la Quinta República que se instauró en Venezuela bajo la ideología del Socialismo del Siglo XXI desde el gobierno de Hugo Chávez en 1998, por lo que esta situación plantea una amenza inminente para el preciado y ex priista Estado de México.
Sabemos que MORENA es un movimiento para ganar elecciones, como bien ha señalado el periodista mexicano Rafael Cardona, MORENA es más que un partido político como tal. En vista de ello, resulta relevante destacar el valor del voto en un movimiento que aparenta socavar la democracia del país. Aunque los cambios y la alternancia en un gobierno son buenos, la frustración, la falta de liderazgo, la apatía, y la desconfianza a un movimiento que no es mayoritario en el país y se parece más a un proyecto caudillista de centralización del poder.
Basado en experiencias con terribles resultados en Venezuela, es evidente su tendencia radical la cual se hace patente en la política exterior mexicana. Esto se relfeja, desde el apoyo al dictador Maduro con la invitación a la toma de posesión del presidente López en 2018, la condecoración del dictador cubano Díaz Canel en 2023, la contratación de médicos cubanos desde 2022, el envío del tanquero mexicano
- Bicentenario con 265mil barriles de petróleo de México a Cuba en 2023; y el silencio ante la dictadura de Ortega en Nicaragua, señales bastante preocupantes para la política exterior mexicana.
- En medio del ruido de los medios de comunicación, escuchamos afirmaciones sobre la posible desaparición del PRI, PAN y PRD, asimísmo, se propne despedir a los presidentes de los partidos.
- Dada la situación actual, la existencia de un discurso anti-partido es peligroso, ya que para combatir movimientos autoritarios, la única forma efectiva es por medio de elecciones, y para ello es necesario contar con partidos políticos.
Es cierto que los partidos políticos son un mal necesario, por lo visto, el partido en el gobierno parece querer disfrutar de la ausencia de competencia. Si bien es positiva la existencia de diversos partidos políticos competentes, no es suficiente sin la participación activa a través del voto. Ahora, para hacer un análisis serio, necesitamos números: en el Estado de México el PRI logro 1,748,271 el PAN 701,116 y el PRD 183,079. Esto quiere decir que el PRI está vivo, el PAN a media maquina y el PRD a punto de desaparecer.
Por supuesto, la frustración en el Estado de México está basada en que la clase media, especialmente en aquellos afiliados al PAN, a pesar de tener una constante diatriba en las “Mañaneras” en su contra, enfrentar graves problemas en seguridad, falta de acceso a atención médica gratuita, además de bajas en la educación pública y una creciente inflación, no salió a votar.
Esto preocupa de caras a las elecciones presidenciales de 2024, en donde se juega practicamente todo el poder político de la nación, incluyendo la presidencia de la república, 128 senadores, 9 gobernaturas 31 congresos locales, 1580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales. La batalla no se limita ùnicamente a obtener la presidencia, si no también a tomar control del Congreso.
Sin embargo, la oposición esperanzada por Xóchilt Gálvez, busca conseguir una nueva oportunidad que depende de la participación de todos los sectores de la población en las elecciones. Esta posibilidad se encuentra colgando de un hilo, tambien por la división de la oposición con actores como Movimiento Ciudadano que al no unirse hacen el juego al gobierno.
Al parecer, la oposición mexicana, a un año de las elecciones presidenciales, está especialmente atenta a una posible fractura en el partido en el gobierno, donde el ex canciller Marcelo Ebrard protagoniza las elecciones.
Aunque, según la encuesta de El Universal de finales de Junio, la intención de voto a Ebrard esta por debajo en un 22%, mientras que Sheinbaum obtiene un un 34%, Adam Augusto López sorprendentemente empatado con Gerardo Fernández Noroña, ambos con un 8%, Ricardo Monreal obtiene 6% y Manuel Velasco alcanza apenas un 6%.
La pregunta que surge es: ¿Qué pasaría si el Partido del Trabajo abandona la alianza con MORENA y lanza a Noroña como candidato individual? ¿O si Movimiento Ciudadano se va con Ebrard o se suma a la oposición? A su vez, el reto de MORENA es evitar que los grandes descontentos internos y externos terminen de afectar el movimiento de la 4T.
- El hecho de que exista abstención en el proceso de votación, con un gobierno que ha reemplazado programas sociales por entregas directas de ayuda en dinero a su nombre, es una clara falta de consciencia.
- Al parecer, muchos ciudadanos no reconocen la importancia del voto, no establecen una conexión con los candidatos y piensan que su situación económica y social no mejorará si salen a votar.
- Nosotros los venezolanos, hemos perdido el derecho al voto debido a que el régimen de Maduro se robo las elecciones de 2018, tienen la mayor representación en el Consejo Nacional Electoral, establece condiciones extremadamente difíciles para ejercer el voto.
- Además, persigue inhabilita y persigue candidatos opositores y líderes de la sociedad civil, y carecemos de un sistema sólido y confiable que resguarde y cuente los votos con transparencia.
- Aquí radica la importancia de defender instituciones autónomas democráticas, como el Instituto Nacional Electoral (INE) en México, que garantiza la transparencia y la imparcialidad en los procesos electorales.
En contraste, en Venezuela, sabemos que perder el derecho al voto viene seguido de perder libertades, derechos ganados desde hace años, la propiedad privada y hasta la vida.
El derecho humano y cívico del voto debe ejercerse como una obligación moral que tienen los pueblos de manifestar su voluntad, y así evitar tenerlo y no ejercerlo. Es lo mismo que tener poder y no ejercerlo, es perder esta oportunidad que nunca sabemos si es la última. Decía Nietzsche, F., El Anticristo: “Donde falta voluntad de poder, hay decadencia”. /PUNTOporPUNTO
Francisco J D´Angelo Ohep, Director Legal de Venemex, Asociación de Venezolanos en México AC., Máster en Derecho Internacional y Doctor Honoris Causa.