OPINIÓN. RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
De verdad que la sucesión presidencial se convirtió en parte de las gracejadas y bromas de mal gusto de los políticos que se presentan como opción para ser abanderados de unos y otros partidos.
La proliferación de organismos políticos con registro nacional y la de otros que no la tienen, pero que muestran su ambición por formar parte del selecto grupo, hace que las candidaturas se oferten al por mayor.
Unos se insertan, otros lo son y los menos ni siquiera son considerados como prospectos sólidos. Eso sí, cada uno de ellos busca los respaldos que conviertan en realidad su sueño.
El catálogo es amplio, rebasa por mucho el número de partidos que competirán en la contienda, todavía algo lejana.
Primero deberán dejar pasar los comicios del cinco de junio, después los dos del 2023, que servirán para analizar la posibilidad de los partidos para ir solos o en alianza.
Con todo y ello, unos y otros expresan sus deseos de ser partícipes de esa gran fiesta cívica que es la elección presidencial.
El primero en abrir la contienda interna de su partido fue el Presidente de la República, quien mostró algunas de sus cartas y dejó fuera de su baraja a un aspirante que debió proponerse él mismo.
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard se revelaron como los principales aspirantes a la nominación del partido gobernante, aunque también se mencionó a otros más que, simplemente, hicieron caso omiso de ello.
Sheinbaum y Ebrard confesaron sus aspiraciones para ser los nominados, mientras que Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma y otros más, aceptaron que su mención no rebasa es ámbito.
Ricardo Monreal se sintió relegado de ese reducido grupo y e incluyó en el mismo, siempre manifestando su lealtad a MORENA, partido del que, dijo, considera puede ser su abanderado.
Gerardo Fernández Noroña hizo lo propio, aunque se retractó, hace poco, renunciando a su derecho de buscar la nominación presidencial.
Adán Augusto López, secretario de Gobernación no despuntaba todavía, por lo que no fue incluido ene se grupo, al que ahora pertenece al reducido de tres prospectos serios.
La apertura de la sucesión presidencial no se redujo solamente a los militantes o simpatizantes de MORENA, sino que amplió el panorama para los otros partidos.
Enrique de la Madrid, ex secretario de Turismo e hijo del ex Presidente Miguel de la Madrid inició sus recorridos por todo el país, con reuniones con cabezas de sectores en esas entidades, a los que manifiesta su interés por ser candidato del PRI.
Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del partido tricolor, tiene esas secretas esperanzas de que se convierta en el candidato presidencial de su partido.
Santiago Creel Miranda revive sus esperanzas de enarbolar la bandera del panismo en una elección presidencial, después de dos intentos fallidos.
Ricardo Anaya inició una precampaña en busca de los apoyos necesarios para reincidir en la candidatura presidencial, pero asuntos judiciales frenaron su empuje y dedica el tiempo a la atención de los mismos.
Los gobernadores Mauricio Kuri, Querétaro; Mauricio Vila, Yucatán; Diego Sinhué Rodríguez, Guanajuato y Francisco Javier García, hacen su luchita para competir con los logos de Acción Nacional.
Sin embargo, lo que más llama la atención es la intención e MC de posicionar a un candidato con vistas al proceso electoral del 2024. El partido de Dante Delgado cuenta con tres aspirantes, aunque dos de ellos no muestran, aparentemente, intención de competir por esa apreciada gema que es la Presidencia de la República.
Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, se desinfló antes de llegar al momento cumbre; Samuel García se hace el remolón y afirma que terminará el período para el que fue electo en el gobierno de Nuevo León y que llega hasta el 2027, por lo que queda el espacio para el imberbe e inexperto alcalde Monterrey, Luis Donaldo Colosio, al que ya presentan como su opción para el 2024.
La frescura de Colosio y el nombre que porta son sus mejores auxiliares, más que el respaldo que le pueden dar los dos gobernadores de su partido, los que no las traen todas consigo.
Falta mucho para la nominación de candidatos, pro ya algunos de ellos comienzan a romper lanzas, dejar atrás su pasado y presentarse como opción real.
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Más problemas que ayuda provocará la presencia de Marybel Villegas, como coordinadora de la campaña de Mara Lezama, en Quintana Roo. Marybel va con la idea de que Mara sea desplazada y ella asuma la nominación. Quintana Roo sigue siendo una bomba electoral que esperemos sea desactivada.
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