Opinión. RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Todo tipo de batallas y más las políticas dejan saldos favorables y desfavorables que en lo futuro pueden convertirse en cuentas a saldar.
La ocurrida el pasado domingo en San Lázaro se puede anotar como un gran desencuentro entre dos grupos que jamás intentaron conciliar o negociar para llegar a un acuerdo favorable que pudiese sacar avante la iniciativa de Reforma Eléctrica a la que el Presidente López Obrador le había puesto tanto entusiasmo.
Los adversarios se sintieron satisfechos con la forma en que dilucidaron el tema, aunque, finalmente, las acusaciones de uno y otro lado superaron el debate.
Las dos facciones, la de la mayoría, compuesta por MORENA, PVEM y PT y la de los opositores conformada por PAN, PRI, PRD y MC, se enfrascaron en una guerra de descalificaciones, sin jamás desgranar los beneficios o perjuicios que traería dicha modificación constitucional.
Cada uno de esos grupos dedicó la mayor parte de su tiempo en tribuna para atacar al adversario, sin miramientos de ninguna clase. Fue un ataque continuo, fuego graneado.
Y aunque no se consiguió lo anhelado por el Ejecutivo federal, la Reforma Eléctrica, el enfrentamiento dejó en claro muchas cosas.
La principal de ellas es la carencia de un negociador o una figura que, a partir de la mayoría, pudiese conversar en forma correcta con los opositores. Ignacio Mier y Leonel Godoy, lejos están de ser figuras representativas o de alcances como para establecer una comunicación fluida con los opositores y mucho liderar una bancada con tantos contrastes como lo es la de MORENA. Sergio Gutiérrez como presidente de la meda directiva poco podía hacer desde la conducción de los trabajos.
De los tres Godoy es el que tiene mayores tablas y menos aspiraciones futuras, mientras que los otros dos tienen la mente puesta en la respectiva posibilidad de contender por los gobiernos de Puebla y Veracruz, donde, curiosamente, ambos enfrentan la negativa de los gobernadores para convertirse en sus relevos. Ni Mier y muchos menos Gutiérrez mostraron el empuje necesario para contender por una gubernatura.
La sesión ordinaria del 17 de abril mostró también otras facetas, aunque prevaleció el elemento del saltimbanqui político, tres legisladores. El primero Carlos Miguel Aysa, militante priista brincó a la mayoría de MORENA, para negociar la representación diplomática del padre, quien no había sido liberado como Embajador en República Dominica. En compensación, Alexis Gamiño, representante del Partido Verde fue expulsada del mismo por votar en contra de la Reforma Eléctrica que apoyaba su partido, mientras que Andrés Pintos, también del Verde tomó el trapecio y se pasó al MC.
Lo bueno de estos es que la mayoría no intentó o, cuando menos, no consiguió tentar a diputados de otros partidos para que se sumarán a la aprobación a cambio de una buena remuneración, como sucedió tantas veces antaño.
Dentro de lo malo se encuentran los chantajes y amenazas vertidos, principalmente, del lado de la mayoría, aunque la bancada minoritaria no se abstuvo de lanzar insultos e improperios.
Lo que queda claro es que las campañas electorales en seis estados del país habrán de endurecerse, con vista a conseguir los mejores resultados para unos y otros.
Habrá de verse que tanto impacto entre el electorado la férrea defensa de la oposición para no dejar aprobar dicha Reforma Eléctrica o si lo hizo la posición de la bancada mayoritaria que consideró como una traición a la patria la voluntad contraria a ello de sus adversarios de los partidos minoritarios.
El cinco de junio conoceremos que tanto impactó dicha discusión entre el electorado de esas seis entidades.
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Alejandra del Moral abrió sus posibilidades para competir por el gobierno del Estado de México, como propuesta priista. La diputada local cuenta con experiencia legislativa a nivel local y federal, dirigencia de partido y hasta fue alcaldesa de Cuautitlán, además de formar parte del gobierno federal y estatal. La realidad es que los priistas deben decidir entre hombre y mujer para los Estados de México y Coahuila y en el segundo de ellos no se ve una mujer que supere las posibilidades de los hombres que se mencionan, por lo que al EDOMEX le correspondería una mujer y los priistas tiene dos con igual empaque la diputada federal, Ana Lilia Herrera y la mencionada Alejandra del Moral. Veremos que tanto se encuentra erradicado el machismo de esa entidad en un estado en el que abunda el feminicidio.
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