Por: Francisco J. D´Angelo Ohep
El discurso populista parece no haber evolucionado desde la antigüedad, continúa confundiendo partidarios, militantes o camaradas, con “el Pueblo”. Además, los divide entre “buenos” y “malos”. Los romanos manejaban el concepto de “Pueblo”, como el grupo formado por patricios, plebeyos, y esclavos. Claudio en el año 41-54 d. C. expuso ante el senado:… “Por el contrario, Rómulo, nuestro fundador, se distinguió tanto por su sabiduría, que, a muchos pueblos en un mismo día, los tuvo como enemigos y luego como ciudadanos”. Observamos que apelar a los fundadores de la nación, es un ejemplo ya conocido en el discurso político al populo.
El escritor William Shakespeare en su Obra Julio Cesar, elabora un drama que cuestiona a la retórica y el uso perverso del lenguaje, pues con pericia en el discurso, sus oradores enmascaran, política y moralmente, a la verdad. Por otra parte, las desviaciones en el lenguaje de sus disertaciones, generan, a su vez, problemas epistémicos. No en vano el dramaturgo coloca, en palabras del personaje que encarna a Cicerón, el que “los hombres interpretan las cosas a su modo y se apartan de su recto sentido”.
Los Romanos tenían una noción de civitas, basada en el respeto a la ciudad y el pleno ejercicio de la ciudadanía:“basándose en el conocimiento y respeto de las personas hacia la sociedad, trabajar en equipo por el bien común”. ya eso ha cambiado, pero el discurso populista continúa siendo el mismo.
Esta concepción, en la post modernidad, ha sido convertida en una posición individualista, transformando el discurso, para disfrazar los intereses particulares, con el supuesto bien común.
Benito Mussolini en su declaración de guerra contra Francia y Alemania, en 1940, decía: “Salgamos al campo contra las democracias plutocráticas y reaccionarias de occidente, que siempre han obstaculizado la marcha y a menudo han atentado contra la existencia misma del pueblo italiano”. De manera descarada insulta a las democracias y se ubica contra Occidente, a pesar de ser Grecia y Roma son las cunas de nuestra cultura. Así apela el dictador a un supuesto atentado contra el pueblo italiano, confundiéndolos con “los camisas negras” y los partidarios del Partido Fascista Republicano.
Hitler por su parte, en un discurso ante el Reichstag, el parlamento alemán, en 1939, cuando anunció la invasión a Polonia, dice: Mi vida pertenece al pueblo alemán…No es necesario que vivamos nosotros; solo es necesario que viva nuestro pueblo, que viva Alemania”. Culmina su exposición con esta frase “alemanes: es preciso disciplina y obediencia ciega, para llegar al triunfo”. Los términos obediencia y sacrificio son comunes en los discursos populistas, ya que intentan distraer la atención del penoso presente, para desviarla hacia un supuesto glorioso futuro que nunca llegará; como ya es muy conocido en la Venezuela de Maduro y la Cuba de los Castro.
En otros tiempos, el dictador Fidel Castro Ruz en 1961, en uno de sus interminables discursos, con motivo del recordatorio del asalto del palacio presidencial en 1957, señala:
“A ese pueblo, que no lograrán conmover ni la agresión económica, ni el sacrificio que esa agresión nos imponga, ni los peligros, ni el terror; a ese pueblo, que despreciaban ayer los que lo explotaban, los que todavía no lo han sabido calibrar suficientemente hoy; a ese pueblo, que desprecian los que nunca han sentido con el pueblo; a ese pueblo, que desprecian los que se asocian a los más inmorales intereses para tratar de quitarle lo que la Revolución le ha dado, para tratar de arrebatarle lo que la Revolución ha conquistado para él; pero sobre todo, para tratar de arrebatarle no el presente, que el presente está lleno de horas de lucha, el presente está lleno de esfuerzo, el presente puede estar lleno de sacrificios; sino para arrebatarle el futuro, para arrebatarle la esperanza que alienta a nuestro pueblo, el porvenir por el cual estamos luchando todos”… Solo el Dictador tiene el derecho de disfrutar estos sacrificios del pueblo, ya que “el pueblo” es exterminado, esclavizado y sus libertades secuestradas; pero el discurso siempre es el mismo.
En la actualidad, el dictador usurpador de la presidencia de Venezuela, conocido como el Carnicero Nicolás Maduro, es señalado en un informe de la ONU del 15 de septiembre del presente año, conjuntamente con otros miembros de la dictadura, Diosdado Cabello, Néstor Reverol y Vladimir Padrino López, como violadores de Derechos Humanos, es acusado también de crímenes contra la humanidad y por la DEA como narcotraficante. Como una paradoja inaceptable le permitieron dar un discurso en la 75 Asamblea de la ONU del 23 de septiembre del año en curso, expuso que el país está destruido, según él, por culpa de los Estados Unidos de Norteamérica: … “Como consecuencia directa de las medidas coercitivas, unilaterales y de las agresiones económicas impuestas por el Gobierno de EE.UU, en nuestro pueblo se ha producido coyunturalmente un proceso de emigración de ciudadanos, fundamentalmente por razones económicas.” Pero no expresa que en realidad todo esto sucede porque el chavismo destruyó PDVSA, expropió industrias, se robó más de 300 mil millones de dólares, obligó al desplazamiento forzado a 5 millones de venezolanos, (a los que a su vez no les renueva el pasaporte para que queden sin derechos ciudadanos en el país donde vivan); además desapareció miles de personas, y encarceló y torturó otras tantas.
Por su parte, López Obrador habló en la ONU, sobre Benito Juárez y del fascista Benito Amilcare Andrea Mussolini, expresando lo siguiente: “Se le conoció como el Benemérito de las Américas, fue tan importante su proceder y su fama, que Benito Mussolini lleva ese nombre porque su papá quiso que se llamara como Benito Juárez”. Cosa que es cierta: el padre de Mussolini se llamaba Alessandro Mussolini, fue herrero y puso ese nombre a su hijo, porque era un socialista y admiraba al líder reformista Benito Juárez y a André Costa, primer socialista que llegó a ser diputado en el parlamento italiano en 1882.
En un país con 77,100 muertos por COVID19, qué puede importarle al pueblo el nombre que se le colocó a un dictador en Italia, quien para colmo, jugó un triste papel en la II Guerra mundial, entre otras razones, por apoyar a los Nazis. Además, recordemos al ejército italiano en el Norte de África en 1940, el cual sufrió terribles derrotas y tuvo que solicitar el apoyo del África Korp Alemán, para que los nazis acudieran en su defensa, contra el general inglés Bernard Montgomery.
Hoy en México, con más de cinco millones de desempleados, el gobierno sigue hablando de las remesas que este año llegan a 3,532 millones de dólares, a pesar de ser un país que puede vivir de inversión local y extranjera. Las remesas son el mejor ejemplo de un país cuya población no puede mantenerse con el producto de su trabajo interno; por esta razón, sus familiares desde el exterior, deben enviarles dinero. Situaciones como ésta se observan en países con dictaduras crueles y sistemas económicos quebrados como Cuba y Venezuela. Por último, en este discurso, habló López del avión presidencial y no se entendió en absoluto lo que dijo porque rifó un avión que está rentado, supuestamente para entregar dinero a los hospitales. Ya de sobra sabemos que esto puede hacerse más eficientemente de forma directa, pues es conocida la tragedia por la falta de medicinas y el sufrimiento de los padres de Niños con Cáncer.
Quizás todo este acertijo se resuelva si acudimos a la Cartilla Moral…México fue víctima de un triste discurso populista, donde el pueblo “bueno” seguirá esperando que se le solucionen sus problemas y el pueblo “malo”, que no es partidario de la 4ta Transformación (la cual por cierto, se parece bastante a la 5ta República de Hugo Chávez),y este pueblo supuestamente “malo” seguirá luchando por un México post moderno, con desarrollo, buscando respuestas en discursos más responsables y apegados a la realidad que se está viviendo en el país y en el mundo.
Francisco. J D´Angelo Ohep
Es Director Legal de Venemex. Asociación de Venezolanos en México AC. Abogado y Master en Derecho Internacional. Defensor de Derechos Humanos de Migrantes y Refugiados. www.venemex.org