Opinión CARLOS RAMOS PADILLA*
No hay duda que los miembros de los carteles están infiltrados en varias entidades de manera exponencial. Poco se dice pero por ejemplo en Quintana Roo en los últimos días han incendiados autos en el estacionamiento del aeropuerto internacional así como algunos yates en los muelles.
De los disparos a turistas desde motos acuáticas hay referencias documentadas. El colmo es que la semana pasada, el Cártel Jalisco Nueva Generación, desfiló en Zirándaro, Guerrero, población ubicada e la Tierra Caliente, colindante con Michoacán. Fueron cerca de 40 camionetas con civiles mostrando ametralladoras “Minimi” (armas que tienen una válvula de gas ajustable aumentando la cadencia de fuego de 700 a 800 disparos por minuto al doble). Algo como lo ocurrido en Culiacán luego de la liberación de Oviedo Guzmán o con las frecuentes “peregrinaciones” públicas de los llamados motonetos en San Cristobal, en Chiapas.
En todos los eventos las Armas empleadas corresponden a uso exclusivo del Ejército Mexicano y que a decir de los expertos las utilizan las Fuerzas Armadas en Singapur. Este exhibición de poder de los narcos conlleva dos mensajes, uno de una franca impunidad y otra la de atemorizar a la sociedad civil que queda vulnerable y en riesgo y más aún cuando hay órdenes a los soldados de no actuar y de respetar los derechos de los sicarios.
Ya hemos visto cómo pseudoestudiantes de la normal dé Ayotzinapa han atacado instalaciones militares sin consecuencia alguna. Todo esto no es representativo de capítulos de series de televisión donde Epigmenio Ibarra hace apología del crimen organizado. Es una fotografía real de lo que ocurre en el país en zonas como Tijuana, Mexicali o Ciudad Juárez en donde los crimínales imponen, su do les viene en gana, hasta toque de queda y cierre de carreteras con vehículos incendiados.
Por ello el gobierno de Estados Unidos, entre otros, emiten alerta a sus conciudadanos para no viajar a México (último reporte a Zacatecas) “porque ahí matan”. El director de Aduanas, Horacio Duarte ya debe muchas explicaciones: el avión Jumbo que despegó de México boletinado internacionalmente por transportar armas, drogas y terroristas; él robó de contenedores cargados oro, plata y electrodomésticos en Manzanillo y la introducción de armamento ilícito a nuestro país.
Pero como muchos otros funcionarios sobreviven bajo el manto de la impunidad, la ausencia del Estado de Derecho y la cantidad de “hermanos” y millones de amigos que dice tener el presidente del país.
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio