Opinión. CARLOS RAMOS PADILLA*
Como jefe de gobierno de la capital Ebrard prometio ésta se convertiría en la metrópoli verde, fracaso!. Como Secretaria de Medio Ambiente de la capital Sheinbaum se dedicó a construir, en lugar de Cesar Buenrostro secretario de obras, los segundos niveles de periférico.
Hoy, ambos están en cargos de decisión dentro de la administración pública y hace unos días la Organización Mundial de la Salud informó de ajustes drásticos en las pautas para la calidad del global del aire y es que se calcula que la exposición del aire contaminado provoca 7 millones de muertes prematuras y afecta a millones de personas.
Este tipo de contaminación, es comparable a otros riesgos para la salud como la dieta no saludable y el tabaquismo. Pero más aún y lamentable, la Ciudad de México está realmente comprometida ya que frente a la calificación de la OMS estamos reprobados según las parámetros internacionales.
De acuerdo a Forbes, expertos determinan que el medio ambiente no es prioridad para el gobierno de López Obrador, pues no impulsa acciones relacionadas en estas áreas, ha dejado impunes los asesinatos de activistas y recortado el presupuesto de los organismos encargados de estos temas hasta 37%.
“(A Sembrando Vida) lo veo desconectado del contexto socio natural. Cuando hubo la noticia de este programa, lo que genero no fue un análisis de territorio dirigido a ver donde era más pertinente esa política, sino un listado de gente beneficiada, lo que hace que se preste a que sea muy clientelar. No haya planeación territorial”, precisó Adriana Flores, experta en Ecología y Manejo de Recursos Naturales de la Universidad Iberoamericana.
En declaraciones a medios extranjeros, Ricardo Torres, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, concluyó que “las normas en México son bastante laxas en comparación con las guías en el mundo”.
Incluso el malestar contra México es por la determinación de continuar generando energía a través del empleo de residuos fósiles como el carbón.
Para citar un ejemplo, en el 2020 año se dio a conocer el Índice Aire y Salud, un criterio único para medir los contaminantes en el país.
Cuenta con cinco categorías: buena, aceptable, mala, muy mala, extremadamente mala. El Índice Aire y Salud esta hecho con base en los parámetros de la norma oficial mexicana 172 de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Las nuevas pautas de la OMS se vuelven más estrictas en lo que concierne a partículas de suspensión por menos de 10 micras de diámetro (PM₁₀), a partículas de menos de menos de 2.5 micras (PM₂.₅) y el ozono (O₃).
En la CDMX, repito, en año 2020 el promedio fue de 18.8 microgramos por metro cúbico, es decir tres veces más que las nuevas normas establecidas por la OMS.
Según los indicadores nacionales la calidad del aire es considerada buena si está no rebasa los 75 microgramos por metro cúbico, mientras que para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la nueva norma es de 45 microgramos por metro cúbico.
Si hablamos del ozono, la norma mexicana establece que se tolera 137.5 microgramos por metro cúbico, sin embargo, la OMS considera altamente riesgosos los niveles por encima de los 60 microgramos por metro cúbico.
Con todo el gobierno de la CDMX enfatiza que se han logrado importantes avances en materia de salud ambiental contrario a las evaluaciones de expertos mundialistas. De acuerdo con una revisión que se hizo a la Cuenta Pública y a los Presupuestos de Egresos de la Federación, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales -la cual tiene como propósito construir políticas para proteger el medio ambiente- tuvo recortes de 2018 a 2021 de 28.07%.
“Creo que esto va a causar cierto escozor en el Gobierno de México porque vamos a estar cada vez más lejos de lo que recomienda la OMS” afirman especialistas dejando claro que ni en el país, ni en la CDMX el gobierno se encuentra preparado para las nuevas exigencias ambientales propuestas por la OMS.
*Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2