EL GRUPO ATLACOMULCO

Opinión RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

Hace varios años en plena campaña presidencial, el entonces candidato Ernesto Zedillo Ponce de León me invitó a platicar con él en el camión del candidato y dentro de la conversación salió el tema del poderoso Grupo Atlacomulco.

Una y otra vez negaba su existencia y lo refería a simples leyendas urbanas y para convencerme de ello llamó al entonces dirigente nacional priista Ignacio Pichardo Pagaza y le espetó ¿verdad Nacho que el Grupo Atlacomulco no existe? La respuesta fue rápida del ex gobernador mexiquense y quien formaba parte importante del mítico grupo.

Y es que no le faltaba razón para decirlo, ya que el grupo Atlacomulco no es un club en que se registran los aspirantes a pertenecer al mismo, ni se envían solicitudes, sino se trata de una asociación en la que las cabezas son los ex gobernadores del estado que se reúnen cada ocasión que surge una contingencia y platican y cambian impresiones para formar un núcleo sumamente unido.

No es maleable ni dúctil, se trata de personajes que funcionan como un Consejo de Ancianos, con la salvedad de que no son senectos los que lo integran.

Ellos son los que definen los candidatos a los principales cargos de elección popular, especialmente el de gobernador, donde impera la cordura y se hace valer la decisión de la mayoría, con el compromiso de todos de participar dentro de los apoyos al candidato, aunque este no sea de su agrado.

Varios han sido los momentos de mayor tensión entre sus integrantes. Alfredo del Mazo González fue metido con calzador, a pesar de la contrariedad del entonces poderoso jefe del clan, Carlos Hank González. Otra más cuando Arturo Montiel se impuso y convenció a todos de la nominación de Enrique Peña Nieto quien inició su búsqueda del voto con veinte puntos por debajo del candidato panista Rubén Mendoza Ayala, a quien derroto en las urnas.

Una más, el convencimiento que le fue hecho a Peña Nieto de no insistir en la nominación de Alfredo del Mazo Maza y empujar la de Eruviel Ávila, quien amagaba con aceptar los ofrecimientos de la oposición.

Hoy Alfredo del Mazo Maza vive una situación similar. La encrucijada en que se encuentra lo hace dudar sobre dos rutas, impulsar a su “delfina” Alejandra del Moral u optar por Ana Lilia Herrera, a la que el Grupo Atlacomulco que ahora comanda Arturo Montiel empuja. Claro que tiene otra vía, dejar que el candidato sea solamente de ornato y seguir el ejemplo de sus amigos y compañeros Claudia Pavlovich, Quirino Ordaz, Alejandro Murat y Omar Fayad, entre otros, con una huelga de brazos caídos y esperar la recompensa del gobierno federal.

Sus antecesores, Alfredo Baranda Emilio Chuayffet, César Camacho y Arturo Montiel esperan siga la tradición, para mantener la plaza como reducto priista, mientras su primo Enrique Peña Nieto se esconde en el extranjero y recibe solamente a quienes lo buscan para consejos.

Los priistas saben que la última barrera de votos es el Estado de México que en caso de no retener el gobierno estatal el partido tenderá a ser parte de la chiquillada en los comicios presidenciales del 24

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El acoso en contra del dirigente nacional priista Alejandro Moreno Cárdenas es constante, ya que nuevamente en el aeropuerto de la CDMX fue víctima del mismo. El campechano procedía de Washington donde acudió a las oficinas de la OEA para denunciar la persecución política de la que es objeto en México…Nuevamente un grupo de choque intentó, por la fuerza, penetrar en la sede de la cementera Cruz Azul, aunque no logró su propósito hace poco menos de tres meses lo intentaron también dejando un reguero de sangre, con muertos y heridos de lo que no se sabe, hasta el momento, si hubo o no responsables del mismo.

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