Ejerceremos el periodismo desde la clandestinidad

Por FRANCISCO RODRÍGUEZ

De aprobarse en el Congreso de la Unión la nueva Ley Censura que promueve el régimen de Cuarta… Transformación en los términos en los que le fue enviada a los senadores –bajo el disfraz de reformas a la legislación de Telecomunicaciones–, el periodismo crítico se realizará desde el clandestinaje.

Si los cuatroteros retroceden al oscurantismo y a la imposición del vasallaje, los periodistas regresaremos a las copias fotostáticas y hasta al olvidado mimeógrafo, ¡pero no nos acallarán!

Al igual que aquél otro López (de Santa Anna) nunca pudo silenciar al liberal Francisco Zarco.

La amenaza pende sobre este y otros portales informativos y de opinión no siempre halagüeña a los dizque gobernantes, porque aquí se hace periodismo, no relaciones públicas y menos propaganda.

Con las nuevas facultades que esa legislación obtendrá la recién creada Agencia Digital del Ejecutivo Federal, podrán gestionar desde ahí que los servidores en los que estas páginas electrónicas se alojan nos bajen el switch.

Es de suponer que la autoritaria Presidente formal –lo será hasta que verdaderamente asuma el cargo y deje de ser marioneta de AMLO– Claudia Sheinbaum aprobó la redacción de la pieza ya presentada ante el sumiso Senado morenista con todo y dictamen elaborado por el propio Pepe Merino quien, como Eduardo Clark, es otro de los consentidos que ella arrastra desde que “gobernó” la capital nacional. Los “ivermectinos”, se les podría llamar, tras haber experimentado con los capitalinos una cura contra el Covid administrándoles un matapiojos. ¡La “científica” y sus pupilos!

De ni siquiera haberse enterado ella del contenido que ataca las libertades de expresión y de prensa, y de tampoco haber pasado por el filtro de la ineficaz Consejería Jurídica –como se advierte en los titubeos de la señora al respecto en las mañaneras de jueves y viernes de la semana pasada— entonces estamos, otra vez, ante un equipo Montessori donde cada cual hace lo que le viene en gana, sin siquiera tomarla en cuenta.

La censura ya existe

Como todos los mediocres, los más encumbrados morenistas siempre encuentran justificaciones con los que pretenden salvar la cara.

Cierto que en el pasado hubo intentos similares, como en sexenio de Peña Nieto cuando por fortuna se echó para atrás la que entonces se llamó Ley Televisa.

Pero ahí está también la iniciativa que en febrero de 2021 trató de impulsar Ricardo Monreal desde el Senado para regular las redes sociales, como Facebook y lo que entonces se llamaba Twitter, pues deberían “obedecer las leyes mexicanas”. AMLO se la tiró a la basura porque, dijo de dientes para afuera, que él estaba en contra de la regulación en los medios y de la censura por parte de las redes.

Inherencia entre el decir y el actuar. Porque desde su oficina de dizque Comunicación Social, el portavoz Jesús Ramírez presionó a medios electrónicos y a medios impresos para que despidieran de sus páginas y de sus señales a periodistas y comentaristas no coincidentes con el régimen de Cuarta… Transformación.

La misma táctica se sigue en este gobierno que formalmente encabeza la señora Sheinbaum. Ahora son otros medios y no pocos portales cuyos titulares ceden y dejan de publicar contenidos de periodistas críticos –con pretextos pueriles como la falta de formadores o poque ya solo darán cabida a textos escritos por manos femeninas–, a cambio de las consabidas 30 monedas en forma de “convenio$” publicitarios.

De “prensa fifí” al desdén

La libertad de prensa, la libertad de expresión y el acceso a la información son tres derechos de la ciudadanía que están ligados a la profesión periodística.

Los dos primeros, a punto de desaparecer si se aprueba en sus términos la Ley Censura, hacen referencia al hecho de que la comunicación y la expresión a través de los medios han de poder ejercerse libremente, sin injerencias ni censura por parte del Estado, el sector empresarial u otros organismos o grupos sociales.

El segundo, ya fatalmente desaparecido con el INAI, puede definirse como el derecho a acceder a información que está en posesión de instituciones públicas, fundamentalmente del gobierno.

Pero ¿qué sucede cuando se ponen en tela de juicio estos derechos y libertades? López Obrador y ahora Sheinbaum han utilizado sistemáticamente su cargo para desacreditar a reporteros, columnistas y a medios de comunicación que revisan sus procederes y lo critican.

AMLO les llamaba “prensa fifí”, entre otros calificativos (como conservadores y deshonestos).

Sheinbaum aplica el desdén: “¿Dónde se publicó?”, pregunta al grupo de paleros que mayoritariamente asisten a hacerle preguntas cómodas en sus conferencias matutinas.

Y cuando éstos responden a gritos que “¡en Latinus!” hace una mueca de desagrado y suelta un “sin comentarios” que, como bien cronometró Carlos Loret de Mola, se convirtió en una catilinaria en contra de 16 minutos.

Y Claudia no cumple

Esa “santísima dualidad”, AMLO-Claudia pretexta su “derecho de réplica”. Y lo tienen. Sus matinés gozan de una gigantesca distribución en las redes sociales y, muchas veces, dominan las noticias en los medios de comunicación tradicionales.

Por eso las fuertes críticas desde Palacio Nacional a periodistas que le son incómodos a sus habitantes son preocupantes en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

Usted lo sabe bien. En México, los periodistas caen como si estuvieran una zona de guerra. Fundamentalmente por la narcoviolencia y la tolerancia, complicidad o hasta temor que los gobernantes de todos los niveles tienen con y hacia los criminales.

Porque esta andanada de violencia (no sólo física, también psicológica, digital, legal) contra periodistas y medios de comunicación no ocurrió en un vacío, sino que es concurrente con el deterioro de la seguridad y del Estado de Derecho en el país desde que inició este Siglo XXI.

Es preocupante que la Presidente de la República, en lugar de garantizar la libertad de expresión tal y como la obliga como la maltrecha Constitución, estigmatice e implemente una retórica en la que la única prensa válida es la que está a favor de su gobierno y la llena de lisonjas y de porcentajes de no creerse en sus encuestas a modo.

Por eso es por lo que, de aprobarse la Ley Censura en los términos originalmente planteados al Senado, no somos pocos quienes haremos periodismo desde el clandestinaje.

¡No nos callarán!

Indicios

¿Jugó Televisa el papel de mano del gato para que la 4T sacara a relucir la Ley Censura? El anterior fin de semana, el de Pascua, se desató el escándalo porque la empresa que ya cedió a sus cuates Emilio Azcárraga Jean transmitió los discriminatorios spots del gobierno estadounidense, lo que provocó que la Presidente anunciara que reviviría un artículo ¡que nunca existió! –como siempre, no sabía o la mal informaron–, y ya para el jueves estaban listos y presentados al Senado la ley y su respectivo dictamen que ni siquiera pudieron redactar los legisladores. ¿Estuvo Televisa en la jugada? ¿A cambio de qué? Porque, aunque se asuman como “soldados de la Presidente”, nunca dan paso sin huarache. * Le reconozco a usted el que haya leído hasta aquí. Y le deseo, como siempre, que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

[email protected]

@IndicePolitico

@pacorodriguez

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario