Editorial NEXOS
No son pocos los generales en retiro —la mayoría divisionarios— molestos con el discurso y conducta de López Obrador para con el Ejército Nacional, sobre todo consideran que con ello violenta de manera sistemática la vida institucional del Ejército.
Las tensiones y malestar al interior de los altos mandos son crecientes. Es difícil —prácticamente imposible— conocer el número de desafectos, pero es considerable, saben que manifestarlo abiertamente podría traerles represalias.
Rafaél Aguilar Valenzuela, en Nexos, identifica siete temas que molestan y tensan la relación al interior del Ejército:
1. La lealtad al comandante en jefe en lugar de a la Constitución. Se piensa que el general secretario, Luis Cresencio Sandoval, subraya la lealtad al presidente por sobre a la Constitución. La lealtad, para ellos, es a la Constitución, expresión del consenso de las y los mexicanos. Están dispuestos a dar la vida por lo que ordena la Carta Magna.
2. La nueva estructura del Ejército. No hay acuerdo sobre la nueva estructura orgánica que se quiere dar del Ejército, donde la Guardia Nacional (GN) pasa a ser un cuerpo más junto con la Fuerza Aérea y el Ejército. Consideran que, de aprobarse la reforma, la GN tendría un gran crecimiento y el Ejército se reduciría y tendría cada vez menos peso. Temen, incluso, que López Obrador decida acabar con el Ejército y quedarse solo con la GN. Consideración que, incluso, resbaló no hace mucho en Palacio Nacional.
3. El Ejército como empresario y propietario. Para los generales no es desconocida la experiencia en Latinoamérica de las contradicciones introducidas en el Ejército cuando entraron al mundo de los negocios. No comparten que el Ejército sea constructor de obras civiles y tampoco propietario de empresas de lucro. Como profesionales saben que, en los países de América Latina donde los gobiernos han entregado al Ejército tramos de la administración civil y los ha hecho propietarios de negocios, los militares de alto rango se han corrompido. Entre otros casos, los mandos militares de Guatemala, Nicaragua, Venezuela y Bolivia. Los generales disidentes mexicanos se preguntan: ¿qué hace distinto a los militares mexicanos en comparación con los de otros países de la región? ¿Qué los hace incorruptibles? Saben, también, que en el pasado fueron muchos los generales que se relacionaron con el narcotráfico para hacer dinero. ¿Por qué meter al Ejército y sus mandos al mundo de los negocios? ¿Qué se espera de ellos?
4. El Ejército multiusos. Molesta que el presidente utilice al Ejército como “agencia pública multiusos”. Para ellos eso rebaja y denigra al Ejército. Las funciones de los militares son otras. Fueron formados y capacitados para desarrollar otro tipo de tareas y responsabilidades. Ahora el Ejército se desgasta en actividades que no le corresponden y deja de lado las que les son sustantivas.
5. Manos amarradas. Reprueban la estrategia de seguridad del presidente: “abrazos y no balazos” y que no se debe usar la fuerza porque genera más violencia. A estos generales les molesta que les tengan las “manos amarradas”, mientras avanza el crimen organizado. Les ofenden las concesiones que el presidente hace al crimen en aras de supuestamente alcanzar la paz. Piensan que así no se obtendrá. Debe ser muy humillante ser militar y observar que se ofenda, agreda y hasta expulse con lujo de violencia a las Armas Nacionales de regiones enteras dentro del territorio nacional.
6. Declaraciones del general Sandoval. Ciertas actitudes y declaraciones del secretario de la Defensa Nacional desagradan a no pocos en retiro. Lo ubican excesivamente cercano y consecuente al presidente. En particular su intervención en el aniversario de la Revolución Mexicana (2021), cuando, uniformado con los cordones de la cortina de su oficina, el general secretario comparó el proyecto de López Obrador con la gesta de las guerras de Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana. Para estos mandos, el más secretario que general tomó partido por el proyecto político que encabeza el presidente. Ellos consideran que el Ejército, como institución del Estado, no debe tomar partido por ninguna de las fuerzas políticas del país. En su concepción, los militares no tienen una posición política partidaria y están al servicio de toda la sociedad y no solo de una parte de ella.
7. Militarización de la sociedad. Reprueban el proceso de militarización de la sociedad mexicana que impulsa el presidente. Ven como todos los días les adjudica nuevas tareas al Ejército que no les corresponden y que los aleja de sus responsabilidades sustantivas. Para ellos, en el Colegio Militar y la Escuela Superior de Guerra aprende la división de las responsabilidades entre militares y civiles en la conducción del Estado.
Estos son los siete temas que hoy tensan y dividen al Ejército. El malestar está presente y cada día crece. Frente a los niveles de verticalidad que existe en la institución y el temor fundado de los altos mandos a manifestarse abiertamente, resulta imposible saber la dimensión del grupo que no está de acuerdo con lo que ahora sucede en la institución.
Temen, y con razón, que si hacen público lo que piensan serían sancionados y podrían perder los derechos adquiridos a lo largo de una vida de servicio. Buena parte de ellos están ya al borde de la jubilación. Esto los obliga a tener mucho cuidado, pero no elimina los niveles de descontento y desacuerdo.
Agua lleva el río… CUIDADO!!