Por Carlos Ramos Padilla
Así, Delta, se llama este gigante que habrá de pegar y fuerte en la península de Yucatán. Un huracán que no se había visto, según Conagua, desde hace 15 años. Su fuerza es impresionante y los gobiernos de Quintana Roo y Yucatán toman las medidas precautorias necesarias y obligadas.
Ha sido desalojada Holbox y el total de la zona hotelera en CanCun y Playa del Carmen. En la noche de este martes el ojo del huracán entrò a Quintana Roo. Delta se intensifica en poder y compromete a Isla Mujeres y Cozumel.
Se calcula que las olas podrían alcanzar hasta los seis metros de altura. Delta, se calcula, mide más de mil metro de diámetro. Para el mediodía de este miércoles es probable la situación mejore, se de el recuento de daños (entre estos los cortes de suministro eléctrico, caída de árboles y postes así como anuncios publicitarios).
Se esperan también actos de rapiña para lo cual la fuerza pública está preparada para operar. Delta aún no cruza la plataforma continental pero vemos imágenes desgarradoras de las inundaciones en Tabasco.
Todo esto nos hace recordar el paso del huracán Gilberto aquel septiembre de 1988 con 341 fallecimientos directos en uno de los fenómenos más devastadores y mortíferos. Fue conocido como el “huracán del siglo”.
Medio millón de damnificados y 300 millones de pesos en pérdidas materiales. Luego, igual de espectacular, años después, en el 2005, el huracán Wilma, durante la administración del Presidente Fox.
Sus efectos destructivos alcanzaron territorio mexicano y cubano al igual que la parte sur de Florida en los Estados Unidos. Ante estos fenómenos meteorológicos, erupciones volcánicas o sismos, es vital contar con protocolos eficientes de protección civil y abundantes recursos económicos para aliviar a los damnificados, reconstruir zonas afectadas y dinamizar la economía de la región.
Esta parte sustantiva no la entienden los legisladores de Morena que a solicitud del Ejecutivo y del servil Mario Delgado pretenden desaparecer los fideicomisos.
Este gobierno se caracteriza por eliminar todo los pasado sin dar resultados positivos ni en presente ni en futuro.
Hay que recordar que para acabar con el huchicoleo, por ves primera se determinó, sin éxito, cerrar el abasto nacional de gasolinas.
Nada se logró más que un desajuste nacional y elevar los precios de los combustibles.
Así ahora con los fideicomisos. Se habrán de eliminar con las gravísimas consecuencias que en otros artículos hemos detallado. Pero más aún, Dos Bocas inundado y el Tren Maya en una zona de alto impacto ambiental, con grupos insurrectos alentados por la izquierda y una región que defiende a toda costa sus “usos y costumbres”.
La naturaleza no perdona y menos aún cuando el ser humano se empeña en alterar su dinámica para imponer sus caprichos.
Delta será un nuevo ejemplo de lo pequeño que es el hombre ante el embate de la Tierra pero desnudará una vez más el reducido criterio de políticos en turno que no sólo se creen dueños del país, sino de la naturaleza.
Ojalá la suma de fallecimientos no se incremente con la pandemia, el crimen organizado y ahora Delta.
- Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Tv
- Conductor del programa Va En Serio mexiquense tv canal 34.2