OPINIÓN. RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Nadie duda de las preferencias presidenciales para que Claudia Sheinbaum sea la candidata presidencial de MORENA y por consiguiente, casi, Ejecutiva federal.
Los dados están marcados a favor del Movimiento de Regeneración Nacional, para que surja nuevamente ganador del proceso electoral del 2024, por lo que el candidato que proponga será el próximo Presidente o la primera Presidenta de la República.
En el caso de Claudia, la carga es cada vez más ostensible y sus acciones lo manifiestan, con su presencia frecuente en campañas electorales y eventos políticos.
Sin embargo, hay quienes se muestran recelosos ante la inminente nominación de Claudia, ya que los resultados electorales del pasado junio de 21 muestran su deficiente operación electoral.
La prueba de fuego viene para Claudia como operadora política en la votación de Revocación de Mandato, del próximo domingo 10 de abril, donde se verá si realmente Claudia y sus operadores cuentan con el talento suficiente para motivar a la población a que acuda a sufragar.
El esfuerzo se verá traducido en la respuesta que se dé a los constantes llamados realizados a la ciudadanía para que apoye el proyecto de Revocación de Mandato, aunque lo esencial es que se retraten en las urnas para enseñar el músculo de MORENA.
La capacidad política de Claudia no se ha visto reflejada, y que los problemas fuertes que enfrentó en su gestión como Jefa de Gobierno no han sido resueltos en su totalidad y todavía se arrastran como es el caso del percance en la L12 del METRO.
Es cierto que los problemas no han sido tan grandes, pero en los principales tuvieron que intervenir desde otros niveles de gobierno para resolvérselos, para evitar que el llamado plan A de la sucesión se viera afectado.
Claudia pretende hacer lo que sus antecesores no cumplieron y que el actual Presidente tardó doce años en lograrlo, ser Jefe de Gobierno de la capital del país y luego Presidente de la República.
Varios de sus antecesores lo pretendieron, siendo el más cercano de ellos, Cuauhtémoc Cárdenas quien saltó de la jefatura de Gobierno a la candidatura presidencial, la que perdió en las urnas. Su sucesor Andrés Manuel López Obrador tropezó con algo similar, ya que saltó del gobierno citadino a la candidatura presidencial y también perdió en una elección sumamente polémica.
Marcelo Ebrard también pretendió lo mismo, pero en el camino se le atravesó el hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador y quedó relegado, al quedar segundo en las encuestas realizadas para ello.
Desde que se instrumentaron los sexenios en México en 1934, varios personajes que disfrutaron de la silla de Regente o Jefe de Gobierno intentaron saltar a la candidatura presidencial, sin éxito.
El primero de ellos fue Javier Rojo Gómez, quien gobernó tres entidades del país, Hidalgo, el entonces Distrito Federal y el territorio de Quintana Roo. Rojo Gómez fue desplazado por Miguel Alemán quien obtuvo la nominación priista y se convirtió en Presidente de la República.
Otro hidalguense, Alfonso Corona del Rosal, creyó sería candidato presidencial priista, pero fue desplazado por Luis Echeverría, quien resultó candidato del tricolor y Ejecutivo federal.
Otro más, Ramón Aguirre Velázquez, formó parte de los seis precandidatos del PRI y participó en la pasarela-farsa, efectuada por la dirigencia nacional del PRI. El candidato resultó ser Carlos Salinas de Gortari.
Manuel Camacho Solís era el favorito para suceder a Carlos Salinas de Gortari, ya que desde la jefatura de Gobierno del DF estableció acuerdos y alianzas con distintos grupos y parecía encaminado a serlo, pero Luis Donaldo Colosio fue el ungido, aunque no el Presidente, ya que fue asesinado y su relevo, Ernesto Zedillo Ponce de León, obtuvo la Presidencia de la República.
Después de los priistas llegaron los perredistas al gobierno capitalino y Cárdenas fracaso y López Obrador lo consiguió, aunque doce años después.
Ahora Claudia está sometida al extenuante entrenamiento de la organización y operación electoral y deberá pasar el examen al que será sometida el próximo día 10 de abril.
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Hablando de ex regentes de la capital del país, Ramón Aguirre Velázquez, será homenajeado en su tierra natal, Guanajuato, por la dirigencia estatal del PRI, la que hará un reconocimiento a su trayectoria política en la que consta su paso por la secretaría de programación y Presupuesto y la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
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