Opinión RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Si algo queda claro es que Andrés Manuel López Obrador cumple (aunque sean algunas) con las promesas de campaña de hace seis años.
No importan las encuestas, ni el capataz del partido (Mario Delgado), el compromiso hecho entre el entonces candidato presidencial y tres de los actuales candidatos a gobernadores se cumplieron en tiempo y forma, ahora esos aspirantes deben cumplir el suyo y mostrar que fueron los indicados para ganar.
Era 2017 y López Obrador buscaba candidatos ganadores para recibir una carretada de votos a su favor, postulando buenos candidatos a los principales cargos de elección popular.
Así fue como César Yáñez le acercó un personaje polémico en Puebla. El sujeto le pidió de manera directa la candidatura al gobierno de Puebla hasta en tres ocasiones que se entrevistó con él.
Alejandro Armenta recibió tres veces la negativa, aunque venía con una oferta negociable, ya que la candidatura al gobierno de Puebla estaba resuelta para Luis Miguel Barbosa, quien le había acercado los restos del perredismo en el Senado al abanderado de MORENA.
Sin importar la larga militancia en el priismo y los negativos de Armenta colaborador cercano de Mario Marín, AMLO le dijo compite por el Senado y en seis años te hago candidato, lo que cumplió.
En Yucatán las cosas fueron parecidas, Joaquín (Huacho Díaz) había sido candidato del PAN al gobierno estatal en 2012 y en 2018 quiso repetir, la dirigencia estatal panista ya tenía candidato en Mauricio Vila.
Huacho fue acercado a López Obrador quien le ofreció ser el candidato de MORENA al gobierno del estado, aunque Díaz Mena quería ser candidato al Senado. El candidato presidencial de MORENA le dijo, mira “Huacho, sé que no vas a ganar”, pero en Yucatán queremos una buena cantidad de voto y en seis años te haré candidato a gobernador. Huacho remolón aceptó y ahora es el candidato de la alianza de MORENA con PT y Verde.
En Chiapas otra vez la burra al trigo, Eduardo Ramírez ex militante del PRI y Verde buscó la candidatura al gobierno del estado que su amigo Manuel Velasco le negó y acudió con López Obrador que recibía cascajo a destajo, y como Armenta, le pidió la candidatura ya comprometida con Rutilio Escandón, por lo que AMLO le dijo que en esa ocasión no se podía, pero le ofreció la nominación al Senado con el compromiso de ser el candidato seis años más tarde.
Ramírez que, al igual que Armenta, concentraba demasiados negativos, sobre todo por su paso por la secretaría de Gobierno y algunas turbias relaciones, comprendió que no era su momento.
Seis años después, con el respaldo de Ricardo Monreal consiguió presidir el Senado de la República, al igual que Armenta y posicionarse a la candidatura a gobernador.
Los tres personajes Armenta, Díaz Mena y Eduardo Ramírez vieron cumplido el compromiso que asumió el Presidente y ahora les corresponde a ellos cumplir con el suyo.
La tarea no es fácil, Huacho enfrenta la resistencia de los conservadores yucatecos, Armenta también enfrenta el conservadurismo de Puebla, que al igual que Yucatán son plazas muy cercanas al PAN, mientras que Chiapas es un estado más liberal, donde Ramírez, el más polémico y cuestionado de los tres cabalga en caballo de hacienda, sin enemigo al frente.
El Presidente cumplió en tiempo y forma, bajo su consigna favorita que asienta: amor, con amor se paga, ahora veremos si los tres cumplen el suyo de ganar el gobierno estatal. El Presidente guarda particular interés en Yucatán, único estado del sur que no gobierna MORENA y quiere ampliar la cobertura del partido que fundó y del que sigue siendo el alma, antes de que su partida lo resquebraje como sucede con todos los partidos de izquierda en México.
Fuerte revés para Miguel Torruco candidato de MORENA a la alcaldía de Miguel Hidalgo, fue la renuncia de su coordinador de campaña, Fernando Garduño, quien se sumó a la campaña de Mauricio Tabe, quien busca la reelección. Torruco no avanza en la conquista del voto de los electores, le cuesta mucho trabajo ganar adeptos.
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