Opinión. CARLOS RAMOS PADILLA
El sello distintivo del sexenio es ocultar (reservar) toda la información que les es incómoda o bien que permite evitar sanciones. El problema de la crisis de suministro de agua y su reciente distribución contaminada ha puesto en jaque a las incompetentes autoridades que a la fácil decidieron esconder los registros y datos que por obligación tendrían que entregar a la opinión pública. Así lo hicieron durante la gestión de amlo y Sheinbaum con los llamados segundos niveles de periférico.
En la alcaldía Álvaro Obregón se encuentra el pozo que suministra de líquido a las alcaldías Coyoacan y Benito Juárez. Incluso los escurrimientos subterráneos desde la zona alta del Ajusco y los Dinamos surten agua a zonas muy definidas como la Cantera y reserva ecológica de la UNAM baja el hasta el Centro Asturiano en la zona de Santa Ursula y Villa Coapa. Alrededor de cinco semanas atrás, vecinos de 9 colonias ubicadas en la Benito Juárez denunciaron la contaminación del agua con un fuerte olor a combustibles que el líquido estaba contaminado, olía a combustibles. Se determinó clausurar, cerrar, el pozo Alfonso XIII.
La Secretaría de la Defensa activó el Plan DN-III, se reforzó con la presencia de la Guardia Nacional e inició la entrega del líquido purificado a los demandantes. El Sistema de Aguas de la Ciudad de México, presentó una denuncia contra quien resulte responsable por un presunto “sabotaje”, intentado lavarse las manos del asunto. Intervino Ulises Lara titular de la Fiscalía General de Justicia de la CdMX sin precisar la labor y conclusiones de los peritos. A través de análisis otorgados por organismos privados y universidades detectaron que representaba un peligro para la salud el empleo de el agua contaminada.
De hecho algunos ciudadanos mostraron serias irritaciones en ojos y piel, lo cual, a través de conclusiones y recetas medicas, permiten la denuncia contra los servidores públicos. El Comité de Transparencia del Sacmex concluyo que reservaría de 3 a 5 años los resultados de las pruebas del agua contaminada. El análisis, elaborado a partir de una prueba denominada Demanda Química de Oxígeno (DQO) encontró que en los domicilios de la Benito Juárez se mantiene la presencia de contaminantes por encima del parámetro definido en la NOM-001-SEMARNAT-2021.
Las alcaldías Benito Juárez y Álvaro Obregón designaron como coordinador para atender la emergencia a José Luis Luege, exdirector de la Comisión Nacional del Agua quien, junto con varios especialistas a su cargo, también analizaron algunas muestras del agua contaminada en colonias como Nápoles, Nochebuena o Narvarte, y reveló que era muy probable que Petróleos Mexicanos fuera la fuente de la contaminación ya que en el acuífero había un tipo de diésel que se pudo haber filtrado desde un depósito hacia la red de distribución del líquido.
La doctora Judith Cardoso investigadora de la UAM Iztapalapa, colaboró para dar certidumbre a esa conclusión, se hallaron indicios de “dureza” con presencia de carbonatos y bicarbonatos y otros componentes orgánicos los cuales representan un alto riesgo para la salud. Ahora el INAI pidió a Pemex especificar la sustancia o contaminante que contiene el agua en la alcaldía Benito Juárez. Específicamente, deberá precisar la sustancia contaminante deberá que contiene el agua, las acciones para tratarla y los daños que puede causar al cuerpo humano y a la salud de las mascotas. En tanto nuevamente Batres y el gobierno capitalino evalúen sus responsabilidades y no atinan a resolver ni la crisis en el suministro de agua, ni los líquidos a contaminantes, menos la transparencia y obligaciones legales para el suministro de información a las contribuyentes.