La Agenda Nacional de Riesgos (ANR) es el documento estratégico y prospectivo que orienta las operaciones del Sistema de Seguridad Nacional, a partir de la identificación de manera anual de aquellos fenómenos que pueden vulnerar los intereses y objetivos nacionales, focalizando la atención que el Sistema de Seguridad Nacional presta a cada uno de ellos.
En él se incorporan todas las posibilidades de riesgos y amenazas de los campos del poder político, económico, social y de seguridad. Es un documento de Estado que no debe de tener discreciones en sus cálculos.
Las divulgaciones de Guacamaya Leaks proveen cierta información de la que se infiere algunos temas de esa Agenda, aunque es información limitada de las que en muchas ocasiones no se tiene el contexto para saber a ciencia cierta sus antecedentes o consecuencias.
Pero los desaciertos de la administración federal ponen en entredicho el contenido o voluntad política para solucionar los problemas de este país.
En el plano del poder político los analistas que elaborarían la ANR debieron de advertir que del contenido de las conferencias matutinas que da el Ejecutivo Federal conllevan a tensar la relación entre los distintos actores políticos, otros poderes de la Unión, de las entidades federativas, sociedad civil o profesionistas, sin embargo, es muy posible que no haya alguien que advierta al Ejecutivo de las consecuencias de ello para el país.
Cuando el Ejecutivo abre frentes de crisis con otros gobiernos y organizaciones internacionales se desprende que hay una desvinculación entre estos temas y la ANR que abre la posibilidad que existan desencuentros o diferencias diplomáticas. Las consecuencias ya no podrá afrontarlas el Ejecutivo al terminar su mandato.
En el plano económico, pese a que la moneda nacional está presentando una fortaleza, no es el único indicador del rumbo de la economía mexicana. Crisis económica o factores internacionales muchas de las veces no pueden ser dominadas por las políticas económicas.
Por lo que toca al plano social, por ejemplo, parece existir una disparidad entre los análisis de la ANR y los contenidos de los planes de estudio de la educación pública, para por este medio inculcar en la población valores cívicos o contenidos de calidad. Si existen esos análisis entonces hay una deliberada política educativa para que sus contenidos no hagan progresar a sus educandos y se mantengan subsumidos en la ignorancia.
En lo que se refiere a la seguridad, es notorio que la ANR no consigna, o se omite deliberadamente, el desinterés o falta de voluntad de algunas entidades federativas que optan por trasladar sus responsabilidades a la federación, que también tiene sus propias deficiencias en seguridad. El tema político es importante, debido a que uno u otro prefiere que el costo político de los desaciertos lo pague alguien más y a duras penas su responsable.
Si la ANR carece de la enunciación y análisis de temas sensibles o habiendo sido tomados en cuenta, no se elaboran políticas públicas para su contención, cualquier tema sólo serán anotado como buenas intenciones y la Agenda tendrá una desvinculación, y por tanto, será un documento de poca utilidad y superado por voluntad de los tomadores de decisiones.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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