Desde hace poco más de una semana un grupo de madres de familia y mujeres tomó las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el centro histórico de la ciudad de México, en exigencia de justicia por delitos contra sus hijos e hijas.
Esta fue quizás el último recurso al que pudieron haber llegado, después de haber transitado por diversas oficinas de gobierno, entre las que se encuentran, separos de la policía, policías ministeriales, secretarias, agencias del ministerio público, directores de área, subprocuradores y quizás, hasta el secretario particular de un procurador o del mismo fiscal, en el que incluye horas y horas de antesala, para ser recibidas por el licenciado.
En su desesperación por ser escuchadas pintaron algunos cuadros de próceres nacionales, como Madero, Morelos o Hidalgo, mientras que en una sorprendente respuesta, el presidente López Obrador se indignó por haber pintado el cuadro de Madero, en vez de tomar indignación por la ausencia de justicia. El presidente no hizo comentario alguno por los cortes finos de carnes que mostraron las mujeres en uno de los refrigeradores de las oficinas de la CNDH.
Desde luego que entre las funciones de Estado que ejerce la CNDH no se encuentra la función jurisdiccional, pero sí es responsable de llamar a los órganos del Estado mexicano a hacer valer los derechos humanos de las personas.
Por ejemplo, puede recomendar a las procuradurías o fiscalías a establecer oficinas de atención a víctimas; o a los congresos locales a prever en sus presupuestos de egresos el establecimiento de estas oficinas.
Cuando su titular ha sido una luchadora social que ha padecido en carne propia la desesperanza de tener un familiar desaparecido, puede recomendar al Congreso a reforzar el marco de protección de víctimas de violencia de género.
A propósito del tema de la pandemia, puede recomendar al subsecretario de Salud Hugo López Gatell, hacer a un lado sus opiniones o juicios de valor respecto del desempeño de las pasadas administraciones y reunirse con los exsecretarios de salud para escuchar e intercambiar ideas, respecto de sus propuestas de políticas para aminorar los efectos de la pandemia en México.
Incluso, si su militancia política lo permite, la titular de la CNDH puede exhortar al Ejecutivo Federal a evitar referirse con adjetivos calificativos de cualquier naturaleza, a quién disienta de su forma de pensar u opinen sobre sus políticas públicas y que se aleja de la conducción con respeto con todos los actores políticos, económicos o sociales del país que le merecen a un jefe de Estado y de gobierno.
La CNDH forma parte de la articulación de las políticas de derechos humanos, al convertirse en persecutor del Ejecutivo, Legislativo y Judicial para garantizar el respeto de esos derechos.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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