Cabe la posibilidad que algunas de las valoraciones sobre el desempeño del presidente Andrés Manuel López Obrador recaigan sobre tres factores. El primero, la ausencia de compromiso en el combate a la corrupción; segundo, en la caída en el fortalecimiento a los derechos humanos; y tercero, en la falta de colaboración en seguridad y defensa, y de manera mediática, en temas migratorios.
Sobre la corrupción, la curva de aprendizaje todavía no percibe escándalo de corrupción, pese a que el presidente dio aviso a sus secretarios de Estado que no permitan actos de corrupción, incluso de su propia familia. Además, comienza a pagar el costo de los errores de sus subalternos cambio del apoyo recibido en su campaña presidencial. Por ejemplo, fue muy desafortunado y desagradable, que el titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, haya tratado como fifís a los policías federales que reclamaban trato digno en sus condiciones laborales y no fue sino hasta que el presidente López Obrador lo señaló que Garduño pidió disculpas, no antes. También los exabruptos de los candidatos a consejeros de la Comisión Reguladora de Energía, que mostraron su ignorancia en temas energéticos en sus entrevistas en el Senado.
De esta administración no parece que haya voluntad para procesar a Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos, ni se ha sabido que exista alguna investigación sobre el paso express de Cuernavaca que causó la muerte de dos personas o del nuevo aeropuerto de la ciudad de México. Tampoco se ha sabido que abran expediente por responsabilidades en la Fiscalía General de la República y de la cancillería mexicana sobre el apoyo institucional de que se dio a Humberto Moreira, que fue acusado por la Fiscalía Española de nexos con el narco, quien fue literalmente rescatado por la embajada mexicana y la Agregaduría de la PGR en ese país.
La corrupción se extiende a diversas Secretarías y dependencias del Ejecutivo, en Entidades Federativas, Municipios y Poderes; y como alguna vez dijo el exSecretario de Defensa Cienfuegos, es un asunto de seguridad nacional, y quizás, así lo vean en West Wing en la Casa Blanca para poder someter a México en negociaciones estratégicas, como el T-MEC.
En el tema de derechos humanos, no ha habido avance en los asuntos sensibles de la pasada administración, como Tlatlaya, Ayotzinapa, Ostula, que dan cuenta del estado de vulnerabilidad en que se encuentran los derechos humanos en México. No hay una política entre las corporaciones de seguridad de respeto a los derechos humanos, se siguen presentando casos de tortura y violaciones a los derechos humanos. El costo que ha pagado nuestro país ha sido el descrédito, y con ello, diversas oportunidades políticas en el plano internacional, para llevar a nuestro país múltiples oportunidades surgidas a los ojos del mundo, producto de la ventana de oportunidad que abrió el nuevo gobierno.
En el plano de la seguridad y defensa, la vulnerabilidad de las instituciones de seguridad se traslada a su ineficacia y sumado a la penetración de la corrupción en su clase política, dan como resultado, el aumento en los índices de violencia. La Jefa de Gobierno de la ciudad de México no ha demostrado eficiencia en temas de seguridad, así como el gobernador de Jalisco.
Además, la desconfianza de la administración de la Casa Blanca sobre los cuerpos de seguridad mexicanos. Esta es una preocupación real, sobre todo por la situación geopolítica de México en el marco del conflicto con el Estado Islámico que lleva el Pentágono, como una vulnerabilidad para su seguridad, a propósito del arresto en El Salvador de presuntos integrantes del grupo extremista ISIS.
En el tema migratorio, el reciente anuncio del presidente Trump que enviaría a elementos de la Guarda Nacional a la frontera con México, levantó un sentimiento de nacionalismo en la clase política mexicana y en la ciudadanía. Primero, el senado mexicano se pronunciaría llamando al respeto, que tuvo eco en todos los candidatos a la presidencia de la República y, por último, en el jefe del Ejecutivo Federal cuyo mensaje televisivo fue redactado con una narrativa muy precisa, que gran parte de la ciudadanía y de la opinión pública se volcó en apoyo a sus palabras.
Más allá de sus escándalos, el punto es la vulnerabilidad del gobierno mexicano por los diversos frentes de crisis que ha abierto en seis meses que lleva esta administración.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
Correo electrónico: [email protected]
Twitter: @racevesj