La obtención de información es una actividad que auxilia a los tomadores de decisiones en materia de seguridad nacional pero que ha sido mal utilizada y subestimada en sus aplicaciones.
Cada mañana el presidente es informado del estado que guarda la seguridad del país, haciéndole de su conocimiento información que puede desviar el rumbo de los acontecimientos en materia de seguridad, economía, sociedad o política.
En este sentido, el anterior CISEN era realizaba estas funciones sobre el estado del país, pero no siempre llegaba a su destinatario final. Otro de los factores lo constituye, que la información es seccionada y clasificada en algunos de los niveles de autoridad.
Estas son las principales hipótesis que recayeron en los acontecimientos de Ayotzinapa. Primero, los cercanos al presidente no le informaron la totalidad de los sucesos y, segundo, la información fue cortada en el trayecto de los niveles de autoridad.
Un factor más lo constituye, la actualización de tecnología en los procesos de obtención de información. Se sabe que el CISEN poseía alguna tecnología que era obsoleta con la que el Estado mexicano se acercaba de información.
Sin embargo, en otros casos el Estado adquirió software, como Pegasus, para desviar el debido uso y espiar periodistas o críticos del sistema.
Hoy los procesos de inteligencia han demostrado nuevamente su ineficacia, al ser incapaz de detectar los sucesos de Culiacán, en octubre pasado, por los que se liberó a Ovidio Guzmán, así como la incapacidad en detectar los riesgos que llevaron al asesinato de mujeres y niños de la familia Lebarón en Chihuahua.
Pues bien, el cambio de régimen que vivimos con la #4T parece que no traspasó la importancia que subyace en la información, en la actualización tecnológica y en el uso que se le da al valor de la información.
Por tal motivo, el presidente de la República es un hombre que debe estar informado de lo que sucede en cada rincón del país, aunque a veces se estima que los colaboradores que rodean al Ejecutivo Federal no le informan todo lo que debe de saber.
Hoy el Centro Nacional de Inteligencia trasladó las deficiencias heredadas por el CISEN y sigue sin demostrar eficiencia en sus resultados, lo que da cuenta que sus procesos, tecnología y junto con una nueva visión no han sido actualizados.
La inteligencia civil del CNI dirigida por un militar en retiro, parece que no es motivo suficiente para que la inteligencia de las Fuerzas Armadas comparta información. Esta es una crisis en los sistemas de seguridad que viene arrastrando de varios años atrás.
Cuando se lo proponen, las fortalezas de la seguridad nacional mexicana han sido muy eficientes, como en 2011 cuando México participó en la Operación Gerónimo con el Departamento de Defensa Norteamericano.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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