Las renuncias de Mónica Maccise, Katya D’Artigues y Mauricio Merino, Asa Cristina Laurell, Mara Gómez Pérez, así como la renuncia de cinco miembros del Consejo Editorial de Notimex, hace crisis en el Estado mexicano y en algunas de las funciones de la administración del presidente López Obrador.
Se trata de integrantes de la Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), de la Secretaría de Salud, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y de la Agencia de Noticias del Estado mexicano.
Estas renuncias tienen por común denominador diferencias con la visión de las políticas públicas de dichas dependencias, mientras que en el caso de Notimex por desacato al laudo en favor del sindicato, por uso de recursos para perseguir e intimidar periodistas, que se alejan del espíritu de dicha agencia y la política de austeridad permitió dejar sin recursos públicos a la CEAV.
De alguna u otra manera existió el consentimiento del poder político, que fomentó la decadencia de las funciones de dichas dependencias. Acciones, omisiones, falta de voluntad política o de presupuesto, hacen caer las instituciones.
Es posible que esta sea de manera deliberada, una forma para debilitar instituciones, y con ello, una manera de debilitar el servicio a las funciones de Estado en materia de salud, seguridad e información.
Con el golpe en CONAPRED se deja en estado de indefensión los críticos del poder político y los sujetos de discriminación en todas sus variantes; al presionar para retirar la titular de la CEAV, se minimiza las políticas de atención a víctimas del delito, y que esta administración ha sido incapaz de superar en seguridad, sobre todo con el reconocimiento que el mismo presidente ordenó la liberación de Ovidio Guzmán en un operativo de las fuerzas de seguridad en Culiacán en octubre pasado.
Por lo que toca a Notimex, el golpe es recibido en el derecho a la información que tenemos los ciudadanos, ya que se deja sin el consejo de personas que establezcan políticas directivas, de contenido y de calidad de la agencia, y se deja al libre arbitrio de una sola persona esas decisiones.
También el golpe a estas instituciones y a sus funciones, el daño principal lo recibe la democracia mexicana.
Además el presidente que ha sido crítico con los órganos autónomos, principalmente el Instituto Nacional Electoral (INE), considera que esos órganos gastan bastantes recursos y que simulan sus funciones, cuando según él, solo le da empleo a las amistades del poder y señaló que quienes no compartan la política de transformación, pueden optar por dejar de trabajar en el gobierno.
En este sentido los organismos autónomos, como el INE, el Banco de México o el INEGI, fueron diseñados para ser un contrapeso de los poderes políticos a los excesos en que incurrieron pasadas administraciones, no para ser obstáculo al desarrollo del país.
Pensar que el enemigo está en los consejos u organismos especializados es darse un tiro en el pie, cuando en campaña se abanderaron causas políticas que defendieron esos órganos y hoy se asesta un golpe a las instituciones.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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