Para los Estados Unidos la relación bilateral con México gira en torno a sus intereses económicos, de migración y, quizás la principal, de seguridad, en los que se desarrollan una gran cantidad de temas sobre los cuales marcha la relación.
Por eso es por lo que después de la embajada norteamericana en El Cairo en Egipto, la misión diplomática en México constituye la más importante que tiene en América Latina en la que junto sus Consulados trabajan unas 400 personas.
Quizás para Washington lo más importante sea la seguridad, el eje sobre el cuál giran todos y cada una de las agendas temáticas y que lo conceptúan con un vínculo indisoluble a la economía y migración.
La muerte de dos ciudadanos norteamericanos, las lesiones a otro y la sobreviviente, todos de un ataque de miembros de la delincuencia organizada en Matamoros en Tamaulipas quizás no sea el único caso en contra de ciudadanos norteamericanos, pero sí el que atrajo la atención pública nacional y norteamericana.
Develó las deficiencias del sistema de seguridad mexicano, cuando ninguna de las autoridades de seguridad mexicanas sabía del paradero de los norteamericanos, es decir, la delincuencia obra libremente con o sin el consentimiento de las autoridades.
Esto quiere decir que, si el grupo delincuencial que secuestró a los norteamericanos comete un delito, pues tienen garantía de impunidad y los ciudadanos de desesperanza.
Las autoridades mexicanas no supieron dónde se encontraban secuestrados, sino que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) les señaló el lugar donde se hallaban de donde fueron rescatados por las fuerzas mexicanas.
Y es muy probable que en esas mismas circunstancias se encuentren las fuerzas de seguridad y de procuración de justicia en estados como Jalisco, en donde el gobernador afirmó que la Fiscalía estaba infiltrada por la delincuencia, Michoacán o Guerrero, esta última donde los factores del mercado has sido desplazados por la delincuencia quien es el que establece los precios a los productos de la canasta básica.
El punto en donde Washington presiona a México es en seguridad. Conoce las debilidades de seguridad de las instituciones mexicanas, como las anteriores, así como de su clase política.
La Casa Blanca y las agencias de seguridad norteamericanas verdaderamente tienen otros datos sobre la radiografía de la seguridad mexicana.
Saben que por lo menos el 30% de los centros de población mexicanos está en manos de la delincuencia; sabe que las políticas de seguridad son insuficientes, mal diseñadas, mal alineadas y con algunos tomadores de decisión en seguridad están cooptados por la delincuencia y que es necesario despolitizar la seguridad mexicana.
Saben también que difícilmente se pueden lograr los cambios estructurales y secundarios del país, con unas políticas públicas que poco abonan a la redistribución de la riqueza, en economía, en lo social y de seguridad de la ciudadanía; que se está tensando la relación con poderes y organismos autónomos que poco abona a la gobernabilidad democrática.
También saben que el compromiso por recuperar la seguridad y combatir a la corrupción es parcial, simulada y persigue fines electorales.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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