En octubre de 2019 se detuvo a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera quien compurga pena de cárcel en los Estados Unidos.
En ese momento se trató de un operativo que pareciera con fallas en su planeación, toda vez que la delincuencia tuvo la capacidad de romper el sitio que les impusieron las fuerzas federales, de tal manera que llegaron hasta las viviendas militares y amenazaron la integridad de las familias de quienes participaban en ese operativo, obtener por la fuerza instalaciones estratégicas, entre otras acciones.
En ese operativo el presidente asumió la responsabilidad por su liberación, bajo el argumento de no poner en riesgo a la población. Quizás tenga razón.
Sin embargo, las diversas visitas del presidente de la República a Badiraguato carecen de la explicación consistente que convenza la razón de su presencia y contradicen el discurso presidencial de combate a la inseguridad.
Por ejemplo, la visita que hizo el presidente López Obrador a la madre de Joaquín Guzmán Loera no puede ser vista con simpleza, de un gesto de un gobernante hacia una ciudadana. Si bien es cierto que la señora Loera no es responsable de los actos de los demás, no se trata de cualquier persona que intenta acercarse al presidente en una gira y este hecho tiene repercusiones para el presidente.
El titular del Ejecutivo consintió que sus subalternos negociaran su acceso, el de sus escoltas y sus acompañantes hasta las entrañas del cartel de Sinaloa para llegar a saludar a la señora y tomarse el tiempo necesario para compartir el pan y la sal. Los soldados, marinos y policías en quienes su comandante Supremo ha instruido a combatir a la delincuencia tienen en esta acción, como un insulto y una humillación, por cierto, en el día del cumpleaños de Ovidio Guzmán, liberado por las fuerzas de seguridad en octubre de 2019. Un terrible mensaje que abrirá un frente con Washington y con el CJNG.
En días pasados las fuerzas federales detuvieron a Ovidio Guzmán, aunque no se sabe si el Ejecutivo intervendrá para su liberación, lo cierto es que se presenta a días de la presencia del presidente Joe Biden a México. Esta acción se percibe como para satisfacer o darle gusto a la administración de gobierno norteamericana.
Por eso es por lo que las diversas visitas que hizo el Ejecutivo a Badiraguato en lo sucesivo no sean vistas con la simpatía u hospitalidad que tuvieron y quizás esa organización pudiera emprender acciones contra el gobierno en turno.
Es posible que detrás de esta acción haya existido la presión del gobierno norteamericano para detener a Guzmán López, debido a que lo considera el principal introductor de fentanilo a ese país.
Cabe la posibilidad que esto cambie el escenario electoral de 2024 y el Ejecutivo decida que su sucesor sea alguien que verdaderamente garantice su seguridad. Hoy por hoy las agencias norteamericanas no vieron con simpatía las visitas que hizo el Ejecutivo a Badiraguato y eso puede causarle un dolor de cabeza a futuro.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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