Osaka Japón será sede de la cumbre del G20 este 28 y 29 de junio, en la que se espera ocurra una reunión entre Donald Trump y Xi Jinping; en estos días previos a este foro económico, Estados Unidos y China mantienen una sórdida guerra comercial en la que el alza en los aranceles ha sido moneda corriente.
La primera víctima de esta guerra es Huawei Technologies Co Ltd, luego de que el gobierno norteamericano la incluyera en una lista negra que prohíbe a firmas estadounidenses hacer negocios con ésta, aduciendo razones de seguridad nacional. Huawei ha sido señalada por la administración Trump como una empresa que pudiera dedicarse al espionaje desde sus dispositivos; por la inclusión en esta lista empresas como Google y Qualcomm han dejado de proveerle software y componentes. Lo cierto es que Huawei es en el mundo la segunda mayor vendedora de teléfonos inteligentes solo detrás de Samsung.
Recientemente el Fondo Monetario Internacional y diversos economistas afirmaron que para 2030 China sería la mayor economía del mundo; en una entrevista para Fox News Trump afirmó que durante su administración China no será la primera potencia económica, por lo que se encuentra “feliz” por esta guerra comercial. De fondo también se encuentra la negativa de Estados Unidos para China expanda el control de la red móvil 5G lo que permitiría al país asiático hacerse en el futuro del desarrollo tecnológico del mundo.
Se trata entonces de una guerra comercial que va más allá de la compra venta de servicios y productos físicos, se trata pues de una competencia por el mercado de datos e información. Es la disputa por estos productos intelectuales que superan el valor de los productos físicos; conformándose así el nuevo paradigma del capitalismo de nuestra era.
Las dos principales economías del mundo se encuentran en una frontal confrontación a la que se ha denominado la “Guerra fría (tecnológica) del siglo XXI”, la cual contribuye al reposicionamiento de Trump a escala internacional (Make America Great Again) y en Estados Unidos contribuye a su proyecto de un segundo mandato. China por su parte valora disminuir las exportaciones de “tierras raras” a Estados Unidos, minerales bajos en carbón que se utilizan en la fabricación de tecnología y armamento; China cuenta con el 90% del control de este mercado.
El golpe a Huawei es el segundo más fuerte después de la detención de Meng Wanzhou, su directora financiera, ocurrido en Canadá en diciembre pasado; Meng es hija del fundador de Huawei, quien ha sido señalada por el gobierno estadounidense de vender tecnología a Irán. En este contexto se llega a la cumbre del G20, esperando que la guerra comercial no escale a un conflicto de mayores proporciones.