Estos tres países encabezan la lista de contagios por COVID-19 a nivel mundial, el primero registra 1, 550, 632 casos confirmados, el segundo 299, 941 y el tercero 262, 545; en cuanto a decesos, Estados Unidos cuenta con 91, 582, Rusia 2, 837, Brasil 17, 509. Los mandatarios de estas tres naciones minimizaron inicialmente los riesgos que conlleva la pandemia, al parecer, esta actitud los llevó a tomar decisiones tardías, equivocadas o insuficientes para atender la propagación del virus.
El mandatario de la Casa Blanca, Donald Trump, comenzó a tomar medidas contra la pandemia utilizando a sus villanos favoritos: China y México; prohibió los vuelos no esenciales al país asiático y en el caso de su frontera sur, ordenó la contención del flujo de migrantes. Con el paso de las semanas, Estados Unidos se colocó en el primer lugar que mantiene por contagios, por lo que acusó a China de haber ocultado información sobre la nueva cepa del virus e hizo señalamientos contra la OMS de solapar esta supuesta acción; el caso es que Trump ha eludido su responsabilidad y pretende culpar a otros para no sufrir consecuencias. Cabe recordar que en el mes de noviembre de este año se celebrará elección presidencial en la Unión Americana, en la que Trump busca reelegirse para un segundo mandato, por lo que le es urgente reactivar la economía y no llegar al día de la elección con una economía devastada por la pandemia, lo que minaría sus posibilidades de alcanzar el triunfo.
El presidente Ruso, Vladimir Putin, también inició sellando sus fronteras, en su caso con China, no aplicó medidas de confinamiento social hasta que los casos de contagio de multiplicaron exponencialmente. En este contexto, Putin se enfrentó con gobernadores regionales y alcaldes dado que éstos exigían medidas homogéneas para contender los contagios; es evidente que el mandatario ruso no ha alcanzado el liderazgo que lo caracteriza en esta emergencia. Inevitablemente la economía se ha visto afectada por la presencia y expansión del COVID-19, lo que preocupa seriamente a Putin ya que también tiene entre sus planes lograr las condiciones para participar en una elección presidencial, y así alargar los 20 años que lleva al frente del gobierno de Rusia.
El caso del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no ha sido distinto de los dos anteriores, incluso ha despedido en el mes de abril a su ministro de salud por las serias diferencias en el manejo de la crisis epidemiológica.
Estos tres mandatarios, con su actitud y poca empatía con la ciencia, han llevado a sus países a una situación compleja que pone en riesgo a millones de personas; estos tres países se encuentran el pico más alto de su tasa de contagio y sus respectivos presidentes buscan, contra todo pronóstico, reiniciar las actividades económicas, por sus intereses o por no perder la fuerza de su personalidad, lamentablemente.