Resulta obligado escribir sobre la tragedia ocurrida el fin de semana pasado en Estados Unidos; se registraron dos ataques con arma de fuego contra población civil en dos estados: en El Paso Texas el día sábado y en Dayton Ohio el domingo. En el primer evento 22 personas fueron asesinadas, ente ellas 8 de nacionalidad mexicana y más de 20 heridos; mientras que en el segundo ataque se registró 9 personas asesinadas y 27 heridos; aun cuando las investigaciones están en curso, en ambos casos se considera actuaron asesinos en solitario. En El Paso el asesino fue detenido con vida en tanto que el asesino de Dayton fue abatido por la policía.
El autor de la masacre en Texas fue identificado como Patrick Wood Crusius, de 21 años originario de Dallas, mientras que el asesino de Ohio se le identificó como Connor Betts de 24 años; Wood perpetró el ataque en un centro comercial a plena luz del día, 13 horas más tarde Betts atacaría en un bar, donde su hermana resultó asesinada por él mismo.
El caso de El Paso resulta particular dado que Wood habría viajado de Dallas al centro comercial para consumar el ataque contra personas que lo frecuentan, esto es, contra personas de origen hispano, por lo que se ha catalogado como crimen de odio. Patrick Wood publicó en internet que su acción contribuiría a evitar la “invasión hispana de Texas”, haciendo apología de la ideología supremacista blanca; esta publicación ha orientado una línea de investigación que no descarta que este ataque se encuentre ligado a otros, promovidos en redes sociales por personas simpatizantes de tal ideología.
Ante estos acontecimientos, el presidente Donald Trump se vio obligado a dirigir un mensaje a medios, en el que reconoció los atentados como “terrorismo” doméstico e hizo un llamamiento a condenar en Estados Unidos el racismo, la intolerancia y el supremasismo blanco. Sin embargo Trump no se manifestó a favor de una regulación más estricta en el manejo de armas de fuego, en cambio señaló que medios de comunicación y las redes sociales fomentan el odio, incluso adujo que este caso se encuentra vinculado al fenómeno de la migración, por lo que llamó también a republicanos y demócratas a una eventual reforma migratoria.
A pesar de los esfuerzos y respuesta del gobierno mexicano por la muerte de los connacionales, todo parece indicar que Patrick Wood será juzgado y condenado en la Unión Americana, en virtud de la muerte de ciudadanos norteamericanos y porque la figura de terrorismo contemplada en el 139 del Código Penal Federal no se ajusta a las intenciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores; no obstante Wood puede enfrentar la pena de muerte que Dallas contempla en su legislación.