Una nueva cepa bacteriana se detectó en Arabia Saudita en 2012, causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), al parecer su antecedente fue un brote que se propagó en Jordania. Esta enfermedad respiratoria causa tos, fiebre, neumonía y dificultad respiratoria; el origen de la enfermedad está asociada a secreciones nasales de camellos y determinadas especies de murciélagos y es considerada de alta mortalidad.
De 2013 a 2014 se detectaron casos aislados en Reino Unido, Túnez, España y Estados Unidos, siendo en Corea el mayor número de casos registrados en 2015, el que ascendió a casi medio centenar.
El brote recientemente detectado en China ha puesto en alerta a gobiernos y organizaciones de la salud, este hallazgo ha sido denominado “Neumonía de Wuhan” al registrarse el mayor número de casos en ciudad centrooriental china de Wuhan; autoridades locales calculan que más de 300 chinos han contraído la enfermedad y ésta ha causado la muerte de al menos seis personas. Ante estos acontecimientos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó el lunes pasado a un comité de emergencia para hacer frente a la situación.
Autoridades sanitarias de Estados Unidos han confirmado en las últimas horas el primer caso de neumonía de Wuhan en su territorio, se trata de un paciente que viajó de China a Washington, diagnosticado en Seattle; el virus entonces se encuentra de nueva cuenta en América.
El antecedente, llamado la primera pandemia del siglo XXI, es la proliferación de la gripe A (H1N1) registrado en 2009; la también denominada fiebre porcina alertó a gobiernos de distintas naciones por su rápida propagación. Las contingencias adoptadas, así como la cobertura de vacunas, fueron oportunas, sin embargo esta pandemia dejó un número estimado de muertes de entre 151 700 y 575 400 personas a nivel mundial, de acuerdo con un informe de la División de Influenza de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). En este episodio los países más afectados fueron África y del sureste de Asia, donde se registró alrededor del 50% de las muertes totales.
En estos dos casos (H1N1 y MERS-CoV) se tiene comprobado que estos virus se presentan en lugares con grandes conglomeraciones de población, por lo que esa condición facilita su propagación, por tanto, las zonas urbanas son más susceptibles de infectarse.
Nuevamente estamos ante una crisis de salud que obliga a los gobiernos y organizaciones a aumentar los niveles de control, prevención y atención para evitar el mayor número contagios y decesos; México debe estar de nueva cuenta preparado para una contingencia de esta magnitud, sin duda.
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