Las secuelas de la elección del pasado 20 de octubre en el país andino siguen siendo noticia internacional, la incertidumbre que dejó la interrupción de la publicación de los resultados preliminares de los comicios presidenciales, ha llevado no solo a desconocer el triunfo de Evo Morales, lo llevó a su dimisión y destierro. La falta de certeza en los resultados de ese proceso electoral ha originado una serie de renuncias que tienen a Bolivia al borde de una crisis institucional.
La primera renuncia la presentó el martes 22 de octubre el vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Antonio Costas, quien se inconformó por la suspensión de la trasmisión de los resultados preliminares electorales. Luego de tres semanas de la jornada electoral y de protestas, la OEA presentó el 10 de noviembre un informe preliminar sobre los resultados de la elección presidencial boliviana, en la que señaló diversas inconsistencias que no le permitían validarlos, en tanto misión invitada para auditar ese proceso, por lo que sugería llamar a nuevas elecciones; en ese contexto, Evo Morales anunció la renovación del TSE y convocó a nuevas elecciones sin que precisara fecha. Horas más tarde los titulares de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Bolivia pidieron al presidente Evo Morales su renuncia.
Ese mismo domingo 10 de noviembre, mediante un comunicado por televisión, Evo Morales anunció su renuncia a la presidencia de Bolivia; el mandato de Morales concluiría en enero de 2020, año en el que alcanzaría 14 años en el cargo. Al mismo tiempo el vicepresidente, Álvaro García Linera, hizo lo propio.
Luego de estas renuncias la presidenta del TSE, María Eugenia Choque Quispe, dimitió a su cargo y sería detenida por la policía momentos después. El presidente de Cámara de Diputados y la presidenta del Senado bolivianos renunciaron también, así como los alcaldes de Sucre, Potosí y de Oruro, junto con los ministro de Hidrocarburos y Minería.
Este recuento de renuncias viene al caso en virtud de que, una vez que ha dimitido el Presidente de Bolivia, debe asumir un presidente interino que convoque a nuevas elecciones; en este caso, este 12 de noviembre, ha sido la senadora Adriana Salvatierra, quien en su carácter de vicepresidenta del Senado, asumió, primero, la presidencia de ése órgano y luego el interinato. En esta calidad, Salvatierra deberá convocar a elecciones en los siguientes noventa días.
Evo Morales ha sido asilado en México, desde donde aseguró que seguirá en política (sic) y que volverá “con más fuerza y energía”; lo anterior puede interpretarse como una posibilidad de regresar a Bolivia y participar en la nueva elección que se convocará en los siguientes 90 días. Puede ser que este escenario ocurra; al tiempo.