La elección presidencial de 2019 en Bolivia se tornó compleja cuando alrededor de la media noche el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció la suspensión de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP); después de 24 horas el TSE actualizó los resultados con una variación que otorgó ventaja suficiente (46%) al entonces candidato y presidente Evo Morales, para evadir una segunda vuelta electoral. En este contexto, el vicepresidente del TSE renunció a su cargo por la decisión de suspender la Transmisión de Resultados; de igual manera la Misión Electoral de la OEA emitió un comunicado en el que expresó su preocupación por los repentinos cambios en los resultados electorales. Semanas después Morales presentaría su renuncia a la presidencia y saldría de su país en autoexilio con destino a México.
La senadora de oposición, Jeanine Áñez, asumiría la presidencia tras la dimisión de Morales; todo lo anterior en medio de manifestaciones sociales masivas en favor y en contra del oficialismo.
En enero de 2020 TSE determinó que sería el tres de mayo la fecha en la que se repondrían los comicios presidenciales en Bolivia; en el mes de marzo, ya con la presencia de la pandemia mundial por COVID-19, se propuso se celebraran en la primer semana de agosto, luego que el seis de septiembre, finalmente el TSE anunció que será el 18 de octubre; esto es a un año de la fallida elección de 2019. Este contexto se presenta de nueva cuenta con el escenario de fuertes manifestaciones sociales por la reposición de las elecciones.
Movimiento al Socialismo, partido al que pertenece Evo Morales, y su candidato Luis Arce, acusan al gobierno bolivariano de estar dilatando la celebración de las elecciones para minar las preferencias que encabeza entre los votantes. El Poder ejecutivo argumenta que acudir a votaciones pone en riesgo a la población ante el aumento del número de contagios y muertes por COVID-19; en tanto el Poder legislativo ha hecho esfuerzos por reunir a los partidos y candidatos para lograr acuerdos que disminuyan la tensión social que prevalece en medio de la pandemia. Por su parte el Tribunal Supremo Electoral ha anunciado que el 18 de octubre es la fecha inamovible para la reposición de la elección presidencial.
Es evidente que la crisis política y social que Bolivia atraviesa se alargado por la falta de acuerdos y por la pandemia mundial por el nuevo coronavirus, es deseable, sin duda, que se alcancen los concesos necesarios para que esta crisis concluya lo antes posible y llegue a buen puerto.