Desde 2019, los gobiernos de 15 entidades mantienen adeudos con las universidades públicas estatales por un monto superior a los 10 mil millones de pesos.
El problema de los adeudos se agudizó durante 2024, pues tan solo al 31 de octubre, 14 entidades ya adeudan otros 2 mil 550 millones de pesos.
Pide Morena regularizar a adeudos por 10 mil mdp con CAEM
Los casos más críticos ocurren en Coahuila, San Luis Potosí y Colima, cuyos adeudos superan el 30 por ciento del subsidio ordinario estatal que reciben sus universidades.
- De 2019 a 2023, el gobierno de Coahuila presenta un adeudo de dos mil 914 millones de pesos (mdp); Sonora, mil 560 mdp, y Tamaulipas, mil 507 mdp. En tanto, Chihuahua adeuda mil 421 mpd, y Baja California, mil 329 mdp.
- En el mismo periodo, la administración de San Luis Potosí adeuda 345 millones; Yucatán, 294 millones; y Nuevo León, 234 millones.
- Los estados que completan la lista son Durango, con 208 millones; Tabasco, 138 millones; Quintana Roo, 70 millones; Sinaloa, 18 millones; Colima 5.6 millones, Estado de México, 2.4 millones; y Guerrero, 400 mil pesos.
Estos adeudos, en su conjunto, suman 10 mil 51.8 millones de pesos que no han llegado a las universidades públicas.
Adeudos impactan contra las universidades
De acuerdo con datos de la Subsecretaría de Educación Superior, de conformidad con los Convenios de Apoyo financiero que año con año suscriben los gobiernos estatales con las universidades públicas, con el aval de la Secretaría de Educación Pública (SEP), tan sólo en 2023 el adeudo de los estados fue de mil 118 millones de pesos, lo que afectó principalmente a 5 universidades públicas estatales, 2 universidades públicas estatales de apoyo solidario y 2 interculturales.
- El financiamiento de las instituciones de educación superior públicas se realiza a través de convenios tripartitas que se firman de manera anual entre las universidades y los gobiernos tanto estatales como federales.
A la par de que los gobiernos estatales no les han entregado los recursos, las universidades crecieron en los últimos años un promedio de 4 por ciento anual, lo que implica que para poder satisfacer la demanda de la nueva población estudiantil y la operación de nuevas unidades académicas deben contratar personal académico y administrativo, situación que queda al margen de los convenios tripartitas.
También existe una presión financiera en las universidades, producto de los regímenes de pensiones y jubilaciones de las instituciones.
Llaman a garantizar entrega de recursos
- El secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Luis Armando González Placencia, explicó que han solicitado a la Cámara de Diputados acciones legislativas urgentes a fin de que se garantice que los recursos comprometidos lleguen directamente a las universidades.
- “Los términos del convenio tripartita suponen que eventualmente se pueda llegar a una situación en la que el 50 por ciento de lo que se le da a la universidad venga de la Federación y el 50 por ciento sea a través del Estado, y es justamente lo que no se ha podido cumplir».
«Se establece un porcentaje y finalmente los estados otorgan el recurso con base en una cláusula que incorporan a este convenio que dice que sí, siempre y cuando haya una suficiencia presupuestaria”, añadió.
- Javier Herrera, presidente de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, señaló que la leyenda “Sujeto a disponibilidad presupuestaria” incluida al pie de los convenios tripartitas, los gobiernos estatales la han usado como una manera de evadir la responsabilidad que tienen con sus universidades.
“¿Qué es lo que tenemos que cambiar? Es quitar la palabra ‘sujeto a disponibilidad presupuestal’, porque ahí ya no puede ir más allá la auditoría y presentar denuncias que podrían ser hasta incluso penales por desvío de recursos».
«Pero el Estado dice: ‘a ver, el problema es que yo cumplí, pero cumplí a medias porque ya se me acabó la disponibilidad presupuestal’. Es una redacción engañosa que cumple con la ley, pero incumple con el tema de justicia social y de garantizar educación superior”, manifestó.
- El legislador del Partido Verde Ecologista de México señaló que el objetivo es que el próximo año se pueda avanzar en las negociaciones políticas para que los convenios tripartitas de 2026 se elimine esa cláusula y se establezcan mecanismos para el cumplimiento de las entidades con la educación superior.
“Yo creo que el trabajo político se tiene que hacer con los gobernadores y ahorita la gran mayoría de los gobernadores son de morena, entonces hay que hay que hacer este gran consenso con ellos para que realmente se le apueste a la educación”, añadió.
Crece la demanda para la educación superior
Luego de tocar fondo el gasto nacional en educación en 2020, para el siguiente año y hasta 2023 se perfiló en un proceso de recuperación sostenido, aumentando en esos tres años 6.6% en términos reales, sin embargo, para 2024 no pudo mantener tal dinamismo y se estima un gasto nacional total en educación por un billón 839,901 millones de pesos, 0.16% en términos reales por debajo de lo realizado un año antes, esto, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública.
- La reducción en el gasto total en educación estimado para 2024, se explica por la baja en el gasto privado, que se redujo 1.26%, el correspondiente al gasto público aumentó 0.22 por ciento.
- El gasto privado en educación en el año que está por terminar de acuerdo con cifras de la SEP fue de 460,252 millones de pesos y representó el 25% del total, el 75% restante fue gasto público.
Para comprender y contextualizar de mejor manera la reducción en el gasto nacional en educación es importante desglosar los componentes de este a partir de la matrícula que se atiende. El componente más importante es el de la educación básica que representa el 69% del total, le sigue la educación media superior con 16% y la superior con el 15%.
El dato relevante es que el segmento más importante, es decir, el de educación básica, integrado por 34.8 millones de alumnos, registró una disminución de 0.84%, equivalente a 201,900 personas.
- Disminución que refleja la nueva dinámica poblacional en el país, pues de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, la tasa de fecundidad en México para este año se estima en 1.89 hijos en promedio por mujer, lo que significa que hay una tendencia de baja en aumento poblacional en México, situación que anticipa que para el corto y mediano plazo se acentuará la baja en la demanda por educación básica.
- La tendencia relevante actual, está en la educación superior desde una perspectiva de género, pues mientras que hasta 2016 el número de hombres en ese nivel educativo era ligeramente superior al de mujeres. A partir de 2017 se observa un cambio marginal en la composición de la matrícula por sexo, con 0.3 puntos porcentuales más de mujeres que de hombres, es decir, en ese año el 50.2% eran mujeres y 49.8% hombres.
Para 2024, la brecha creció en forma significativa, de forma tal que el 53.9% de la matrícula total en educación superior son mujeres y 46.1% hombres, una diferencia de 7.9 puntos porcentuales, brecha récord, no observada desde que se tiene registro de datos. El aumento en la demanda de educación superior es más evidente al contabilizar el número de escuelas en los últimos siete años.
- De 2017 a 2024, el número de escuelas de educación superior aumentó 30%, al pasar en dicho lapso de 9,331 planteles a 12,140. Las escuelas públicas en este nivel de educación aumentó 23%, mientras que las privadas en 34%. En posgrado las escuelas públicas aumentaron 24% y las privadas 38%, igualmente en dicho lapso.
- El porcentaje de absorción total en educación superior en 2024, que considera la modalidad escolarizada y no escolarizada, de acuerdo son la SEP es de 90.7%, el más alto en la historia reciente, sí solo se considera la modalidad escolarizada, el número de alumnos de nuevo ingreso por cada 100 egresados baja a 72.6 por ciento.
Universidades públicas en crisis
Las universidades públicas en México enfrentan un desafío histórico. Con presupuestos reducidos por la austeridad republicana y la falta de inversión en ciencia y tecnología, su capacidad para sostener las funciones de docencia, investigación y difusión de la cultura se ha visto gravemente afectada.
Sin embargo, esta crisis también representa una oportunidad para replantear el modelo universitario. ¿Cómo pueden las universidades superar los retos financieros y convertirse en motores de cambio social y económico?
Desde hace años, las universidades públicas han experimentado una disminución en términos reales de su presupuesto. Este fenómeno, que comenzó antes de la 4T, se ha intensificado en los últimos años, afectando:
- La investigación científica y tecnológica: Menos fondos significan menos proyectos de impacto.
- La infraestructura educativa: Muchas universidades enfrentan problemas de mantenimiento y falta de recursos para laboratorios y bibliotecas.
- La formación académica: Los docentes y estudiantes tienen acceso limitado a herramientas necesarias para competir en un mercado global.
Una universidad emprendedora: La clave para la sostenibilidad
Ante la escasez de recursos, surge la necesidad de imaginar una universidad emprendedora que movilice el conocimiento hacia la resolución de problemas sociales y, al mismo tiempo, genere ingresos propios.
¿Qué es una universidad emprendedora?
Es aquella que aprovecha su capacidad de investigación y docencia para:
- Crear valor social: Desarrollar soluciones para problemas en áreas como salud, medio ambiente y educación.
- Establecer vínculos con la industria y el sector público: Generar colaboraciones que beneficien tanto a las instituciones como a la sociedad.
- Innovar en modelos educativos: Incorporar prácticas que integren la movilización del conocimiento en la formación de estudiantes.
Ejemplos de movilización del conocimiento:
- Desarrollo de tecnologías aplicadas, como tratamientos médicos accesibles.
- Colaboraciones con empresas para resolver retos específicos en sus cadenas de producción.
- Programas de impacto social en comunidades vulnerables.
Obstáculos y preguntas clave para la transformación
El camino hacia un modelo emprendedor no está exento de desafíos. Algunas preguntas clave que deben abordarse son:
- ¿Cómo valorar socialmente el conocimiento? Es fundamental establecer métricas que reconozcan el impacto social y no solo el económico de los proyectos universitarios.
- ¿Qué cambios estructurales son necesarios? La creación de departamentos especializados en innovación y vinculación con el sector productivo será esencial.
- ¿Cómo incentivar la participación de académicos y estudiantes? Programas que ofrezcan beneficios directos, como acceso a fondos para investigación aplicada o prácticas profesionales en proyectos reales.
La responsabilidad del Estado y el papel de las universidades
Aunque las universidades deben buscar modelos sostenibles, esto no exime al Estado de su responsabilidad. Según organismos internacionales, México debería invertir:
- 5% del PIB en educación pública.
- 1% del PIB en ciencia y tecnología.
Sin embargo, la falta de estos recursos no puede ser un pretexto para el estancamiento. Es momento de que las universidades lideren la innovación educativa.
Hacia un modelo de universidad pública con impacto social
La transformación de las universidades públicas debe centrarse en:
- Fortalecer los vínculos con la sociedad: Resolver problemas específicos en salud, medio ambiente y tecnología.
- Crear redes académicas: Facilitar colaboraciones nacionales e internacionales en torno a objetivos comunes.
- Integrar la movilización del conocimiento en la enseñanza: Preparar a los estudiantes para aplicar lo aprendido en contextos reales.
- Impulsar la generación de recursos propios: Sin comprometer la accesibilidad y la equidad.
Innovar para garantizar el futuro de las universidades
La crisis presupuestal de las universidades públicas es un llamado a la acción. Aunque el financiamiento estatal sigue siendo crucial, es momento de que las instituciones adopten un modelo emprendedor que las haga sostenibles y relevantes para la sociedad.
Este cambio no solo garantizará su futuro, sino que también permitirá a las universidades desempeñar un papel central en la construcción de un México más justo e innovador. /Agencias-PUNTOporPUNTO