La crisis de seguridad que enfrenta México ha puesto en evidencia no sólo un repunte de ciertas actividades ilícitas, sino también cómo ha afectado a la niñez y adolescencia de nuestro país, pues según recientes estimaciones, entre 145,000 y 250,000 niñas, niños y adolescentes están en riesgo de ser reclutados o utilizados por grupos delictivos a nivel nacional, ya sea porque han sido víctimas o perpetradores.
- A través del estudio Reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes por grupos delictivos en México, realizado por el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), se advierte que estos riesgos para los menores obedece a una serie de condiciones estructurales y sociales desatendidas por el Estado mexicano, que son utilizadas por grupos familiares, pandillas y organizaciones delincuenciales en su beneficio.
Se destaca que las niñas, niños y adolescentes que se encuentran en situación de amenaza para el reclutamiento y utilización por parte de grupos delictivos se deriva de aquellos datos que dan cuenta sobre quienes no asisten a la escuela y se encuentran ocupados.
Según datos del estudio, en todas las entidades federativas hay niñas, niños y adolescentes en riesgo. Sin embargo, sobresale que 55% de la población en esta situación se concentra en siete entidades federativas:
- Estado de México (9.7%)
- Jalisco (8.6%)
- Chiapas (8.1%)
- Puebla (7.8%)
- Guanajuato (7.3%)
- Veracruz (7.2%)
- Michoacán (6.5%)
Sin embargo, destacan los casos de Puebla y Michoacán debido a que son las entidades con mayor porcentaje de su población de niñas, niños y adolescentes vulnerables en riesgo de este fenómeno.
Asimismo, se indicó que la pobreza, el abandono, la falta de oportunidades, la violencia familiar, el contexto social o la cercanía a zonas con presencia de grupos delictivos, son de las principales razones para el reclutamiento, el cual no siempre se da por cárteles, ya que existen otros grupos delictivos involucrados como las familias delictuales y las pandillas.
Mientras que se desconoce cómo y en qué medida estos reclutamientos han derivado en la evolución de la violencia juvenil, lo que también hace a este asunto un fenómeno sumamente complejo de prevenir.
- El involucramiento de los niños, niñas y adolescentes es una “excelente inversión” para la delincuencia organizada. La corta edad de los miembros les permite retomar actividades ilegales con facilidad en caso de tener breves encuentros con el sistema de justicia, además, otro beneficio de su juventud es la creación de lazos profundos con las personas con las que se relacionan a partir de la colaboración o el miedo”, dijo el informe.
Asimismo, se destacó que aunque existe una tendencia de criminalizar la pobreza, en muchas ocasiones, los incentivos que tienen las niñas, niños y adolescentes de participar en actividades delictivas son de corte aspiracionista y se suelen desprender de su percepción de desigualdad, así como de la falta de alternativas para un proyecto de vida.
“El involucramiento de niñas, niños y adolescentes es una “excelente inversión” para los grupos delictivos: la constante necesidad de querer pertenecer a un grupo, que les brinde protección, el sustituto o equivalente a una familia, la constante disposición al peligro, al sentir adrenalina y el poder, las drogas, las armas, autos y otros lujos es lo que hacen que estos adolescentes quieran permanecer en estos grupos delincuenciales”, cita el documento.
En el caso de las organizaciones del crimen organizado, se explicó que el proceso de convencimiento funciona a través de las relaciones que tienen integrantes de las organizaciones delictivas con niñas, niños y adolescentes, ello sucede en los entornos próximos a los miembros de la organización, y utiliza vínculos familiares, amistosos o comunitarios.
Reclutamiento por género
El informe destaca que el reclutamiento y la utilización de los menores también es diferenciada de acuerdo con el género, ya las niñas y adolescentes reclutadas o utilizadas no sólo están vinculadas a las labores cotidianas de los grupos al margen de la ley, sino que están expuestas al sistema machista a partir del cual el riesgo de ser violentadas incrementa.
- “Por ejemplo, se han reportado algunos casos en los cuales son tratadas como “esclavas sexuales, como mujeres de los comandantes y miembros de la organización, sometidas a la planificación forzada, e incluso obligadas a abortar o a embarazos forzados”, se describió.
- Mientras que recientemente también se cuenta con testimonios de niñas y adolescentes reclutadas por grupos ligados al narcotráfico, quienes forman células de halcones (encargadas de vigilar los 23 movimientos de las autoridades) o sicarias, encargadas de ejecutar a integrantes de grupos rivales.
Y en el caso de los niños y adolescentes reclutados, ellos generalmente desempeñan labores como informantes o halcones, y adquieren mayores responsabilidades y son promovidos para tareas más riesgosas como trasladar mercancías ilegales o vigilar casas de seguridad. En ocasiones son obligados a participar en conflictos armados que ponen en riesgo su vida e incluso se les llega a asignar la ejecución de secuestros u homicidios.
Finalmente, se dijo que, pese a las estimaciones anteriores, las instituciones del Estado carecen de un diagnóstico de este problema, con lo que se desconoce la magnitud de este fenómeno, así como sus principales causas y efectos.
“El Estado no sistematiza los datos relacionados con el fenómeno y sus características y no se aprovechan ni realizan cruces de información con el sistema de justicia para adolescentes. Esa información, si bien no da un estimado del tamaño del problema (en el sentido de que los adolescentes en conflicto con la ley no son todos las y los adolescentes involucrados en alguna actividad con grupos delictivos), brinda elementos para aproximarlo”.
En México, más de 300 homicidios han sido contra menores
En México se han registrado 32 mil 215 homicidios, de los cuales 337 se han cometido contra menores de uno a 14 años de edad. Se trata de la tercera cifra más alta en 2021, considerando que en 2019 se registraron 33 mil 746 asesinatos (386 de menores de 14 años) y en 2018 con 33 mil 233 homicidios (389 de menores de 14 años de edad).
- En las cifras publicada sobre homicidio, basándose defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Secretaría de Salud (Ssa) corregidas para algunas entidades que tienen subregistro, se establece que 31 mil 878 asesinatos ocurrieron entre los 15 a 64 años.
- Se suma a esta cifra de 31 mil 878 asesinatos, 98 y 244 homicidios cometidos contra menores de uno a cuatro años y de cinco a 14 años, respectivamente, de acuerdo con la base de datos de la Secretaría de Salud.
La suma total, considerando todas las edades, de uno a 64 años, es decir, 31 mil 878 es 265 por ciento mayor a lo reportado en 2005, con 8 mil 671 homicidios. También es mayor en más de 25 por ciento que 2020, que contabilizó 25 mil 399.
- Pero menos de ocho por ciento con respecto a 2019, en el que se reportó la cifra récord de homicidios con 33 mil 360 casos. Comparando la mortalidad entre menores de uno a cuatro años, el reporte para 2021 establece la cifra más baja con 93 casos, misma que se registró en 2016. Y de cinco a 14 años de edad, en 2021 se han reportado 244, que es mayor a las cifras de 2014 y 2015 con 219 y 217, respectivamente. Pero menor al 2011, 2012 y 2017 con 330, 325 y 303 menores asesinados.
Las cifras publicadas en el Tercer Informe de Gobierno, con base a los datos de la Secretaría de Salud, del Inegi y Proyecciones de población del Conapo a partir de la población de la Encuesta Intercensal 2015, no coinciden con lo publicado por el INEGI.
- El Inegi informó de 36 mil 579 homicidios en 2020. Esta cifra que es menor en el Tercer Informe de Gobierno al reportar sólo 25 mil 749 asesinatos (de estos 98 de niños de 1 a 4 años y 252 de 5 a 14 años).
- Las fuentes informantes del Inegi parten del registro de homicidio de 362 Oficialías del Registro Civil, 256 Agencias del Ministerio Público y 104 Servicios Médicos Forenses.
Se capta información de presuntos homicidios directamente de los Servicios Médicos Forenses con base en las afecciones y lesiones (causas), la presunción del tipo de defunción y el motivo de la lesión, registrados en el certificado de defunción.
Las primeras dos son fundamentales para distinguir entre un presunto homicidio, un presunto accidente o un presunto suicidio, aunque en algunos casos el certificante carece de elementos suficientes para identificar la intencionalidad./Agencias-PUNTOporPUNTO
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