TEXTO ÍNTEGRO: La SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL en PELIGRO ante los futuros cambios de TEMPERATURA EXTREMA

La sequía y los chubascos no son raros, desde hace siglos los agricultores han lidiado con las inclemencias del tiempo, no obstante, el crecimiento rápido y descontrolado de las emisiones de gases de efecto invernadero terminan por cambiar los patrones del clima conocidos por quienes se dedican al campo.

La seguridad alimentaria mundial puede verse notablemente afectada por una marcada disminución de la diversidad de cultivos si las temperaturas aumentan de forma sostenida en el tiempo más de 1,5 °C sobre la era preindustrial, como ya ocurrió en 2024, revela una nueva investigación.

  • Investigadores de la Universidad Aalto estudiaron cómo los futuros cambios en la temperatura, las precipitaciones y la aridez afectarán las condiciones de crecimiento de 30 especies importantes de cultivos alimentarios en todo el mundo.
  • Descubrieron que las regiones de baja latitud enfrentan consecuencias significativamente peores que las de latitudes medias o altas.
  • Dependiendo del nivel de calentamiento, hasta la mitad de la producción agrícola en áreas de baja latitud estaría en riesgo a medida que las condiciones climáticas se vuelven inadecuadas para la producción.

Al mismo tiempo, esas regiones también verían una gran caída en la diversidad de cultivos.

“La pérdida de diversidad significa que la variedad de cultivos alimentarios disponibles para el cultivo podría disminuir significativamente en ciertas áreas, lo que reduciría la seguridad alimentaria y dificultaría la obtención de calorías y proteínas adecuadas”, dice en un comunicado Sara Heikonen, la investigadora de doctorado que dirigió el estudio, publicado en Nature Food.

Reducción grave de cultivos básicos

El calentamiento reducirá gravemente la cantidad de tierras de cultivo disponibles para cultivos básicos (arroz, maíz, trigo, papa y soja), que representan más de dos tercios de la ingesta energética alimentaria mundial.

  • Además, “los cultivos de raíces tropicales como el ñame, que son clave para la seguridad alimentaria en las regiones de bajos ingresos, así como los cereales y las legumbres, son particularmente vulnerables.
  • En el África subsahariana, la región que se vería más afectada, casi tres cuartas partes de la producción actual está en riesgo si el calentamiento global supera los 3 °C”, dice Heikonen.

Por el contrario, las áreas de latitudes medias y altas probablemente conservarán su tierra productiva en general, aunque las zonas para cultivos específicos cambiarán.

  • Es probable que estas áreas también experimenten un aumento en la diversidad de cultivos. “Por ejemplo, el cultivo de frutas templadas, como las peras, podría volverse más común en las regiones más septentrionales”, afirma Heikonen.

Plagas y meteorología extrema

  • Sin embargo, incluso si las condiciones climáticas son favorables, otros factores podrían obstaculizar la agricultura en estas áreas, afirma el autor principal del estudio, el profesor Matti Kummu.
  • “Mostramos que existe potencial climático pero, por ejemplo, el calentamiento podría traer nuevas plagas y fenómenos meteorológicos extremos, que nuestro modelo no incluye. Así que la situación no es realmente tan clara”.
  • Muchas de las regiones de baja latitud amenazadas por el calentamiento ya son vulnerables de muchas maneras. Se enfrentan a problemas de suficiencia alimentaria y las fuerzas económicas y sistémicas las hacen menos resilientes que los países del norte.

Sin embargo, Kummu ve formas en que estas regiones podrían, al menos en parte, enfrentar el desafío.

“En muchas áreas de baja latitud, especialmente en África, los rendimientos son pequeños en comparación con áreas similares en otras partes del mundo. “Podrían obtener mayores rendimientos con acceso a fertilizantes e irrigación, así como reduciendo las pérdidas de alimentos a través de la cadena de producción y almacenamiento.

  • Sin embargo, el calentamiento global en curso agregará mucha incertidumbre a estas estimaciones y probablemente se necesiten aún más acciones, como la selección de cultivos y la mejora genética novedosa”, dice.
  • “Pero siempre digo que la modelización y el análisis son la parte fácil; entender cómo hacer que ocurran los cambios es la parte más difícil”.
  • Si bien los responsables de las políticas en los países de latitudes bajas deben trabajar para cerrar esas brechas, en las regiones de latitudes medias y altas los agricultores y los responsables de las políticas necesitan más flexibilidad, dice Kummu.

El calentamiento probablemente cambiará los cultivos que se cultivan en esas áreas, y se producirán más cambios a partir de la variedad de presiones sobre el sistema alimentario mundial. Hacer frente a esos cambios requerirá la capacidad de ajustar y adaptarse a medida que se desarrollen las consecuencias del cambio climático.

“Si queremos asegurar nuestro sistema alimentario en el futuro, necesitamos mitigar el cambio climático y adaptarnos a sus efectos”, dice Heikonen. “Aunque los mayores cambios se produzcan en las regiones ecuatoriales, todos sentiremos los efectos a través del sistema alimentario globalizado. Necesitamos actuar juntos para abordar estos problemas”.

Cambio climático pone en riesgo producción de maíz, frijol y otros alimentos

Comer un plato de fruta fresca o de arroz es algo tan cotidiano, para muchos, que la sola idea de que ya no se puedan encontrar en los mercados suena poco más que imposible de imaginar.

  • Sin embargo, un estudio publicado recientemente se aventuró a mapear las regiones del mundo en las que la producción de alimentos está en mayor riesgo por los efectos del cambio climático. México no se salva.
  • Entre las principales conclusiones del estudio Climate change threatens crop diversity at low latitudes destaca que el cambio climático pone en juego tanto la diversidad como la cantidad de frutas y verduras que las futuras generaciones tendrán sobre la mesa.

Sara Heikonen, Matias Heino, Mika Jalava, Stefan Siebert, Daniel Viviroli y Matti Kummu, investigadores de la Universidad de Aalto encontraron que, a medida que aumentan las temperaturas, hasta el 30% de la producción mundial de alimentos se pone en riesgo, lo que incluye algunas de las cosechas que se dan en territorio mexicano.

¿Qué cultivos estarán en mayor riesgo en México?

La sequía y los chubascos no son raros, desde hace siglos los agricultores han lidiado con las inclemencias del tiempo, no obstante, el crecimiento rápido y descontrolado de las emisiones de gases de efecto invernadero terminan por cambiar los patrones del clima conocidos por quienes se dedican al campo.

La alteración en la frecuencia y duración de estos fenómenos puede traer graves consecuencias para la seguridad alimentaria, es decir para el acceso de alimentos variados, económicos y nutritivos.

«La producción de alimentos tal como la conocemos se desarrolló en un clima bastante estable, durante un período de calentamiento lento que siguió a la última edad de hielo. El continuo aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero puede crear nuevas condiciones, y la producción de alimentos y ganado simplemente no tendrá tiempo suficiente para adaptarse», dijo Matias Heino, uno de los autores principales de la publicación en una entrevista para la Universidad de Aalto.

  • En territorio mexicano, el estado con mayor riesgo, según el mapeo de los científicos, es Sinaloa: un aumento de entre 1.5 y 2 °C en la temperatura global podría comprometer la cosecha de productos que crecen en la región, como la berenjena, el chile verde, frijol, garbanzo, jitomate, maíz de grano, mango, pepino y tomate verde.
  • No obstante, no es el único de la lista, entre más severo es el panorama, más se compromete la producción de alimentos en diferentes partes del país, como Oaxaca y Veracruz, dos de las entidades con mayor producción de ingredientes básicos en la cocina: un incremento de 3 ° C podría traer pérdidas de cosechas a finales de este siglo.

En suelo veracruzano crece, principalmente, arroz, café, caña de azúcar, naranja, piña, toronja, limón, sandía y tabaco, aunque también llega a ocupar hasta el cuarto y quinto lugar en la producción de manzana, papa, pera y plátano.

En el caso de Oaxaca destaca la cosecha de papaya, piña, ajonjolí, caña de azúcar, café, amaranto, coco, mango, rosas y limón.

Afectaciones del clima en la producción de alimentos en México

  • Ejemplos de lo que ocurre cuando hay cambios en el patrón del clima hay muchos, uno de los más recientes se registró en 2023, año en el que las condiciones climatológicas desfavorables afectaron las cosechas de frijol en Zacatecas, el principal productor de la legumbre.

Dada la sequía que experimentó la región la producción disminuyó 52.2%, lo que ocasionó que el precio pagado a los productores en la entidad disminuyera 45% en comparación con lo obtenido el año anterior, como reporta el Panorama Agroalimentario 2018-2024.

  • El mismo reporte detalla que al menos el 69% de la superficie total agrícola depende del agua de lluvia, la vuelve más vulnerable cuando las tormentas escasean.
  • En 2023, los estados que tuvieron problemas con su producción debido al desabasto de agua fueron Chihuahua, Michoacán, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.

Ese mismo año, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), alertó que la sequía en Puebla podría ocasionar que los precios de las verduras subieran hasta un 40 %. Y es que, en general, la pérdida d

El dato:

  • Los cambios en los patrones del clima ya complementen cosechas.
  • Los cultivos más expuestos a la sequía durante el primer semestre de 2024 fueron caña de azúcar, frijol, maíz grano, nuez y trigo grano.

Una de las apuestas por parte de las autoridades mexicanas ante la escasez de agua es el cultivo de productos con una mayor tolerancia a la sequía como lo son el garbanzo blanco, sorgo, canola, girasol, chícharo, amaranto, quinua, nopal y maguey.

Regiones más afectadas por cambio climático, en Asia y África

Fuera de las fronteras mexicanas, el problema se agrava. El calentamiento reducirá gravemente la cantidad de tierras disponibles para los cultivos básicos.

“Este efecto es efecto es especialmente pronunciado en el caso de las raíces y los cereales tropicales, lo que sugiere la necesidad de cambios en la dieta o de aumentar las importaciones de alimentos.

Además, mostramos que los cuatro cultivos básicos mundiales (trigo, arroz, maíz y soja) enfrentan algunas de las mayores reducciones en el área de cultivo”, alerta el artículo

Según el estudio, el cambio climático afectará a 27 de los plantíos más importantes y siete tipos de ganado diferente.

  • De los 177 países estudiados, solo 52 estarían seguros en el futuro, la mayoría de ellos se ubican en Europa. En el otro lado de la moneda se ubican los territorios del Sudeste de Asia, y de la región de Sahel, en África, donde hay una gran dificultad de adaptación.
  • Los países más vulnerables son Camboya, Ghana, Guinea-Bissau, Guyana y Surinam. Sin cambios efectivos para reducir los efectos de los gases invernadero, hasta el 95% de su producción actual quedaría en riesgo.

Aunque los países ubicados en latitudes medias y altas conservarán la proporción de suelo en el que se puede cultivar, mucho de lo sembrado podría cambiar de ubicación, siguiendo los cambios en los patrones de sequía, lluvias y temperaturas.

  • Áreas dentro y fuera del Espacio Climático Seguro para la producción de cultivos. Es probable que esto también aumente la diversidad de cultivos en estas zonas. «Por ejemplo, el cultivo de frutas de clima templado, como las peras, podría volverse más común en las regiones más septentrionales», afirmó Heikonen en un comunicado.
  • La buena noticia es que si se reducen las emisiones de efecto invernadero y el aumento de las temperaturas en las próximas décadas se limita a 1.5 o 2 °C, sólo una fracción de la producción de alimentos se enfrentaría a condiciones nunca vistas, como asegura Matti Kummu.

El hambre afectó a 41 millones de personas

La seguridad alimentaria del sur de México y parte de Centroamérica está en riesgo por eventos climáticos extremos como las sequías, según un informe divulgado este lunes por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

  • De acuerdo con el organismo, 14 países de América Latina y el Caribe pueden ver restringido su acceso a alimentos, lo que se conoce como “subalimentación“, a raíz de la crisis climática.
  • En su informe “Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición 2024“, la FAO llama especialmente la atención sobre la vulnerabilidad del «Corredor seco» de Centroamérica, frente a las sequías prolongadas.

Esta franja de territorio se extiende desde el sur de México hasta una región de Panamá, pasando por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

“Catorce países se consideran vulnerables porque tienen una mayor probabilidad de tener un impacto en la subalimentación, debido a estos fenómenos“extremos, remarcó la organización, con sede regional en Santiago de Chile, sin revelar el listado completo.

  • Consultada por la AFP, la oficina de la FAO tampoco detalló las razones para no identificar las demás naciones en riesgo.
  • Además de las sequías, las olas de calor y las tormentas intensas reducen la productividad agrícola, interrumpen las cadenas de suministro y aumentan los precios de los alimentos, dijo el organismo en su estudio.
  • Entre 2019 y 2023, la inseguridad alimentaria – el acceso discontinuo a comida – aumentó un 1.5% en promedio en los países vulnerables.

“La variabilidad del clima y los eventos extremos son una amenaza para la estabilidad de la seguridad alimentaria y la nutrición“, alertó en un comunicado Mario Lubetkin, representante regional de la FAO.

  • No obstante, el hambre afectó a menos personas en Latinoamérica en 2023, según el reporte.
  • Ese año un 6,2% de los 733 millones de habitantes de la región padecieron por la falta de comida, 2.9 millones de personas menos que en 2022.

En peligro los avances alimentarios en AL

Las variaciones del clima y los eventos extremos como sequías, inundaciones y tormentas afectan a por lo menos a 20 países de América Latina y ponen en riesgo los avances que ha logrado la región en la reducción del hambre y la desnutrición, dio a conocer ayer un informe de cinco agencias de la organización de Naciones Unidas.

  • América Latina y el Caribe es la segunda región del mundo más expuesta a eventos climáticos extremos después de Asia, según el informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
  • Los acontecimientos extremos, que afectan a 74 por ciento de los países analizados, reducen la productividad agrícola, alteran las cadenas de suministro de alimentos, aumentan los precios y afectan los entornos alimentarios, poniendo en riesgo los logros alcanzados en la reducción del hambre y la desnutrición en la región, agrega el reporte.

De acuerdo con el organismo, 14 países de América Latina y el Caribe pueden ver restringido su acceso a alimentos, lo que se conoce como subalimentación, a raíz de la crisis climática.

  • En su informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición 2024, la FAO llama especialmente la atención sobre la vulnerabilidad del llamado corredor seco de Centroamérica, frente a las sequías prolongadas.

Esta franja de territorio se extiende desde el sur de México hasta una región de Panamá, pasando por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

En el caso de las cifras de hambre e inseguridad alimentaria, el informe señaló que en los dos casos la región logró un retroceso.

  • De acuerdo con el informe, el hambre afectó a 41 millones de personas en la región durante 2023. Esto representa una disminución de 2.9 millones de personas respecto a 2022 y de 4.3 millones de personas respecto a 2021.

La región también demostró mejoras en la inseguridad alimentaria moderada o grave por segundo año consecutivo y cayó bajo el promedio mundial por primera vez en 10 años.

El informe señala que unas 187.6 millones de personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria, 19.7 millones menos que en 2022 y 37.3 millones menos que en 2021. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro a Continuación:

https://www.nature.com/articles/s43016-025-01135-w.pdf

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