TEXTO ÍNTEGRO: Estados del SUR-SURESTE reúnen los MUNICIPIOS con MÁS MISERIA de la REPÚBLICA

El 64% de las personas que han muerto por la pandemia eran empleados del sector comercial: vendedores ambulantes, vigilantes, empleados de negocios, repartidores de alimentos, choferes y obreros

La desigualdad en México es una realidad, y no es algo que no se pueda probar, pues hay estudios que lo demuestran. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dio a conocer, a través de un estudio llamado Medición de pobreza a nivel municipal 2020, que algunos municipios al sur de México han concentrado los mayores porcentajes de pobreza en México, mientras que al norte y centro del país, se concentran la mayoría de los municipios que se han clasificado como los que menos pobreza tienen, entre ellos, algunas alcaldías de la Ciudad de México.

  • La estimación, que fue emitida a mediados de diciembre del 2021, hizo una comparación de los porcentajes de pobreza municipal por cada cinco años, comenzando en 2010, seguido de 2015 y concluido el 2020.
  • De acuerdo con los resultados del estudio, estos son los 15 municipios con mayor índice de pobreza en todo México.

Durante los 10 años que se hizo el comparativo, destaca que cinco municipios se han mantenido en ese tiempo en la lista, que son Aldama, Chanal, Chalchihuitán y San Juan Cancuc en Chiapas y San Simón Zahuatlán en Oaxaca. Cabe señalar que estos son municipios indígenas y su población en situación de pobreza ha representado porcentajes superiores al 98%.

  • Chiapas, Oaxaca y Guerrero, han sido los estados que tuvieron a los municipios con mayor índice de pobreza el año antepasado, sin embargo, de 2015 a 2020, Oaxaca reportó una ligera disminución del 5% en 258 de los 570 municipios con los que cuenta.

A pesar de ello, sus porcentajes muestran un contraste bastante marcado en comparación con los municipios de San Pedro Garza García y Parás, en Nuevo León, así como la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México. El estado norteño y la capital mexicana, en conjunto con Sonora, formaron parte de la triada de estados que se mantuvieron como los más ricos del país por los 10 años que se hizo el comparativo.

En cuanto a pobreza extrema, el estudio especifica que en el periodo de 2010 a 2020, la distribución territorial del porcentaje de población en esta situación, muestra una tendencia a concentrarse en las regiones altas y de accesibilidad baja. Éstas son coincidentes, en su mayoría, con las regiones indígenas del país.

  • Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Veracruz son las entidades federativas con mayor número de municipios en donde más de la mitad de su población se encontraba en situación de pobreza extrema. Sin embargo, para 2020 presentaron una disminución de municipios en esta situación, principalmente, en el estado de Oaxaca.
  • En 2010, los cinco municipios con mayor índice de pobreza extrema fueron San Juan Cancuc, en Chiapas; San Simón Zahuatlán, San Juan Petlapa, Santa Lucía Miahuatlán y San Juan Lachigalla, en Oaxaca. En 2015 fueron Santos Reyes Yacuná en Oaxaca; Cochoapa el Grande, en Guerrero; Santiago Nuyoó, San Simón Zahuatlán y Santiago Amoltepec en Oaxaca. Para 2020 fueron Santiago Amoltepec y San Simón Zahuatlán en Oaxaca; Cochoapa el Grande en Guerrero; Coicoyán de las Flores y Santa Ana Ateixtlahuaca en Oaxaca.

Por su parte Jalisco, Sonora y Chihuahua son los estados con mayor número de municipios en donde menos del 10% de su población total se encontraba en situación de pobreza extrema. El mayor incremento de municipios en pobreza se ha observado en Zacatecas.

Para la muestra del 2020 se tomaron en cuenta 2 mil 466 municipios del país, de los cuales 173 concentraron la mitad de la población en pobreza.

El CONEVAL analizó tres diferentes rubros en los habitantes de estas zonas, que fueron bienestar económico, derechos sociales y contexto territorial. Estos abarcan factores como el ingreso, rezago educativo, servicios de salud, seguridad social, alimentación, entre otros.

Pobres, el 70% de muertos por Covid-19 en México

64% de las personas que han muerto por la pandemia eran empleados del sector comercial: vendedores ambulantes, vigilantes, empleados de negocios, repartidores de alimentos, choferes y obreros, revela el demógrafo Héctor Hernández Bringas, especialista de la UNAM y el Colmex

“El nivel de escolaridad es un indicador claro del nivel socioeconómico de las personas, y podemos ver que el 70 por ciento de las personas que han fallecido por Covid-19 en México tenían cuando más, cuando más, estudios de secundaria, es decir, eran personas con condiciones precarias de vida”, sentencia Héctor Hernández Bringas, investigador titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

  • El especialista, doctorado en demografía por el Colegio de México (Colmex), y principal investigador del perfil de las víctimas de la pandemia en el país, explica que el tipo de empleo de las personas que han perdido la vida por el virus del SARS-CoV-2 —identificado originalmente en Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019, pero que posteriormente se conocieron brotes previos, como el aparecido en España el 12 marzo de 2019, es decir, nueve meses antes que en la provincia china—, dice mucho del nivel económico que poseían y de la mayor exposición al contagio que tenían.

Por ello, dice, podemos saber que 64 por ciento de las personas que han muerto eran empleados del sector comercial: vendedores ambulantes, vigilantes, empleados de negocios, repartidores de alimentos, choferes y obreros, todos ellos expuestos al contagio diario porque tenían la necesidad de salir a trabajar para llevar alimento a sus familias, porque son un sector que “vive al día”.

Agrega que, además de estar a merced de contraer la enfermedad durante su jornada laboral, tenía que enfrentarse a otra fuente de contagios, el transporte público, pues estas personas viven en las zonas conurbadas de las ciudades, en las zonas más rurales.
Con todas esas condiciones desfavorables, detalla Hernández Bringas, se reafirma que “son las personas más vulnerables las que siempre van a sufrir las peores consecuencias ante una desgracia, ante una tragedia natural fuerte, ¿Por qué? —se cuestiona— porque son personas que no tienen acceso a servicios de salud —se responde a sí mismo—”.

  • En ese sentido, criticó el poco apoyo proporcionado por los gobiernos de los tres órdenes, al no tener la visión de crear programas para incentivar el “famoso quédate en casa” cuando se tiene una población que buena parte vive de la economía informal. Por ejemplo, detalla, en la Ciudad de México “no hubo los apoyos necesarios para estas personas, al igual que para los negocios que lo único que les dieron fue un crédito de 20 mil pesos que con eso no resuelves nada o de manera muy parcial las necesidades”.

En abril de 2020, muy al inicio de la pandemia en México, —el primer contagio se reportó el 27 de febrero de 2020— la capital del país puso en marcha el programa “Quédate en casa” con el que buscaba contener la dispersión de los contagios de Covid-19 proporcionando a las personas que reportaban tener síntomas de la enfermedad un kit médico que consistía en un par de cajas de paracetamol, ivermectina, cubrebocas, termómetros, y un tríptico de cómo debían cuidarse; una despensa con productos de la canasta básica: arroz, frijol, lentejas, atún, chiles, gelatina, pasta para sopa, azúcar, galletas, pasta dental, cloro y papel sanitario; y una tarjeta con mil pesos de dinero que podían utilizar a su entera discreción.

  • Sin embargo, este mecanismo no impidió que los ciudadanos, aún con síntomas de SARS-CoV-2, salieran a las calles para ganar más dinero, pues alegaban que ese recurso no era suficiente para mantener a sus familias. “Para millones de personas el ‘Quédate en casa’ no fue una posibilidad real”, sostiene el especialista en población de la UNAM.

Por ello, asegura que, de haberse implementado el programa de manera correcta, éste “hubiera evitado una gran cantidad de muertes porque en ese momento no había vacunas”. Pues, explica que los países que sí instrumentaron programas de apoyo como el pago de servicios: energía eléctrica, agua, entre otros, sí lograron que el impacto de las muertes fuera menor, aunque reconoce que “México es un caso muy particular” en el que “la mortalidad no se iba a evitar de ninguna manera, pero sí en las cantidades que ocurrieron al inicio de la pandemia en el país”.

Pese a que la gran cantidad de mortandad por la Covid-19 se da en zonas urbanas debido a su propia vocación de concentración de población por la mayor oferta de empleos que ofrece, cuando hablamos de la letalidad del virus descubierto en Wuhan, China, la zona geográfica de residencia de las víctimas cambia radicalmente para situarse en estados rurales, sí, en aquellos en que existen menos personas y menos contagios.

  • Hernández Bringas explica a La Hoguera que la letalidad —cantidad de personas que mueren respecto al número de contagiados— en zonas pobres de México asciende a 16 por ciento, cifra dos veces más que la media nacional que ronda entre los 7 y 8 por ciento, es decir, mueren 8 personas de cada 100 que se contagian, mientras que en las zonas pobres mueren 16 de cada 100 casos registrados.
  • Y esto se debe, afirma, a que, en las zonas rurales, en las zonas pobres, se carece de servicios de salud, porque no se realizan pruebas, porque “no existen”, y las posibilidades de llegar a un hospital para ser atendido son “muy bajas”. Estos factores son determinantes a la hora de hacer el conteo de decesos respecto a la cantidad de personas que contrajeron la enfermedad.

“Entonces, en zonas rurales, en las zonas apartadas, en los estados con mayor pobreza donde la letalidad es más alta hay menos contagios, pero, si te da Covid-19, tu probabilidad de muerte es extremadamente alta”, alerta el demógrafo del Colmex.

Por otro lado, reitera que la mayor cantidad de muertes —mortalidad— por SARS-CoV-2 está directamente relacionada con la densidad poblacional, es decir, son las grandes ciudades las que presentan mayores niveles de contagios y son las mismas que también tienen más muertes, ello debido a que en las ciudades más habitadas resulta casi imposible mantener la sana distancia, de modo que la Covid-19 “sí es un fenómeno de carácter urbano y con la particularidad de las zonas fronterizas” porque en éstas últimas hay mucho tránsito de personas de varios países, lo que dificulta tener un control de la pandemia.

  • El Estado de México y la Ciudad de México confirman la regla, al ser las dos entidades con mayor densidad poblacional, con 16 millones 992 mil 418 y 9 millones 209 mil 944 personas, respectivamente, de acuerdo con el Censo de población y Vivienda de 2020 del Inegi, tienen los mayores índices de contagios y muertes.

De acuerdo con los propios datos oficiales otorgados por la Secretaría de Salud (SS), hasta ayer 6 de febrero de este año, la Ciudad de México encabezaba los contagios nacionales acumulados con un millón 268 mil 716 casos, asimismo lidera las muertes con 54 mil 030. Por su parte, el Estado de México, gobernado por el priista Alfredo del Mazo Maza, reporta 486 mil 369 contagios durante toda la contingencia sanitaria desde la aparición del primer caso en la entidad —6 de marzo de 2020—, y 33 mil 694 personas fallecidas a causa de la Covid-19./Agencias-PUNTOporPUNTO

Documento íntegro:

Presentacion_Pobreza_Municipal_2020

 

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