La tasa de desocupación juvenil es preocupante en América Latina y el Caribe. Se mantiene en niveles sin precedentes, alerta la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Antes de la pandemia del Covid-19 rondaba en 18% y ya se consideraba elevada.
- Pero con esta crisis, superó rápidamente el límite de 20% y aun no baja, sigue en su nivel de 21.4%, se precisa en la nueva edición del Panorama Laboral 2021 de América Latina y el Caribe, que ofrece una mirada a la peor crisis del empleo, desde que la Oficina Regional de la OIT comenzó a publicarlo en 1994.
- Y destaca que el pronóstico sin crecimiento económico que será mucho más bajo en 2022, apenas por encima del 2%, es un indicio claro que a la región le costará más tiempo, salir de la crisis por Covid-19.
Estima que la tasa de desocupación este año, podría bajar entre 0.2 y 0.3 puntos porcentuales, para mantenerse por encima de 9%.
Y en la región, la pandemia tuvo un impacto más severo por causa de comorbilidades sociales como informalidad y desigualdad. Así, una de cada dos personas ocupadas está en la informalidad.
- De los 49 millones de puestos de trabajo que se perdieron en el peor momento de la crisis por la pandemia, en el segundo trimestre de 2020, aún faltan por recuperar 4.5 millones. Y cerca de 4 millones corresponden a personas que se incorporaron a las filas del desempleo.
- Destaca que la nueva edición del Panorama Laboral de la OIT que al inicio de este 2022, se estimó que hay 28 millones de personas que buscan ocupación sin encontrarla.
- La tasa promedio de desocupación regional a fines de 2021 se estimó en 9.6%. Representa una mejoría desde el 10.6% que alcanzó en 2020; pero un retroceso frente al 8% que registró en 2019.
En el caso de las mujeres, la tasa de desocupación se mantiene elevada en 12.4% desde 2020. No experimentó mejoría en 2021, lo cual contribuye a amplificar el impacto de la crisis sobre desigualdad de género en el trabajo.
El golpe más intenso entre las mujeres de la región latinoamericana y caribeña, se asocia a la mayor presencia femenina en sectores económicos fuertemente afectados por la crisis económica como hotelería y restaurantes y en otras actividades de servicios y del sector hogar.
El análisis de la OIT precisa que la mayor incidencia de la informalidad también se da entre mujeres.
“Frente al escenario actual, es imperativo adaptar una agenda más amplia de políticas integrales y de gran alcance, centrada en las personas y, en particular, en la creación de empleo formal” consideró Roxana Maurizio, especialista regional en Economía Laboral de la OIT.
- Señaló que sin un conjunto de medidas coherentes para generar puestos de trabajo, lo nocivo de la crisis se prolongará y dejará profundas cicatrices sociales y laborales por un largo plazo en América Latina y el Caribe.
Jóvenes con menor nivel de escolaridad, los más afectados
Puede que las personas jóvenes resistieran más los efectos físicos de la covid-19, pero no lo que causó en materia laboral. Condiciones como una alta tasa de informalidad de hasta 68% les dejó más vulnerables ante los despidos. Y en momentos de recuperación, en los que incluso vamos dejando el cubrebocas, jóvenes con baja escolaridad todavía no pueden salir del desempleo.
- Al cuarto trimestre de 2021, sólo las personas jóvenes “con estudios de preparatoria y universidad han logrado recuperarse, e incluso superar el nivel de empleo observado antes de la pandemia”, señala un reporte del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Quienes cuentan con grado de bachillerato incrementaron casi 10% su tasa de empleo y los universitarios, cerca del 9 por ciento.
- El informe Los jóvenes sin preparación son más vulnerables en el mercado laboral destaca los avances que ha tenido el país en la matriculación escolar y los beneficios económicos a largo plazo para quienes continúan estudiando.
“En 2019, 1.4 millones de jóvenes se graduaron del bachillerato, cifra 1.6 veces mayor que hace una década. De esos graduados, dos de cada tres iniciaron una licenciatura o una carrera técnica”. Pero “33% de la población en edad de estudiar una carrera decide no hacerlo y comienza a trabajar sin estudios superiores en un mercado laboral cada día más exigente y complicado”.
En vísperas de conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores es necesario comunicar la importancia y beneficios de estudiar una carrera, concluir estudios superiores, “porque no sólo mejoras tu condiciones laborales, tus ingresos, también lograrás desarrollar mayores habilidades y la posibilidad de adquirir otras”, dice en entrevista Ana Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Imco.
Dos caminos, dos realidades diferentes
Una primera y contundente razón para continuar estudiando: “Los jóvenes con bachillerato y licenciatura ganan 14% más que aquellos que sólo concluyen la secundaria, incluso desde el inicio de la vida laboral”, destaca el organismo.
- El ingreso promedio mensual de la población de entre 15 y 24 años es de 5,700 pesos, señala el Imco con base en la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
- Por niveles de escolarización, las personas jóvenes que estudiaron sólo la primaria ganan en promedio un poco más de 5,100 pesos al mes. Si concluyeron la secundaria, su salario mensual sube a 5,420 pesos en promedio. Con el bachillerato pueden aspirar a 5,600 pesos y si tienen una carrera profesional podrían ganar casi 6,700 pesos.
“El desempleo y la recuperación ha diferido en las diferentes generaciones, y entre los jóvenes varía además de acuerdo con el nivel de educación que tengan”, señala la economista Ana Gutiérrez. En 2020, cuando la pandemia golpeó más fuerte a todos los países, las personas jóvenes con menos estudios perdieron más empleos que sus pares con más oportunidades académicas.
- Debido al impacto de la pandemia, las trabajadoras y los trabajadores jóvenes con estudios de primaria o de secundaria tuvieron una caída de casi 15% en sus puestos de trabajo. En tanto, 8% de quienes cuentan con estudios de preparatoria se quedó sin su fuente de ingresos y 5% de quienes estudiaron una licenciatura, según el reporte.
- Y mientras las y los jóvenes con educación media superior y superior ya recuperaron esos empleos e incluso superan las cifras prepandémicas, el grupo con menos escolaridad sigue luchando por conseguir trabajo: cerca del 5% todavía está en el desempleo.
“La proporción de personas de 15 a 24 años que buscan activamente un empleo y no lo encuentran (7.2%) es dos veces mayor que la que presenta el grupo de 25 a 44 años (3.5%) y tres veces mayor que la del grupo de 45 a 64 años (2.4%)”, de acuerdo con el documento./Agencias-PUNTOporPUNTO
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