La deportación anual de un millón de migrantes irregulares anunciada por el presidente electo estadunidense, Donald Trump, profundizará la escasez de mano de obra en sectores clave y hará caer la economía de al menos cinco estados que concentran a la población hispana, en su gran mayoría no regulares, aseguran analistas.
La medida que según Trump protegería el empleo, parece omitir que de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por su sigla en inglés), por cada desempleado en 2024 hay 1.2 vacantes.
- Un estudio del American Inmigration Council (AIC) señala que deportar un millón de indocumentados al año costará 315 mil millones de dólares, en una primera etapa, por operativos, arresto y juicios; a lo que hay que sumar la afectación a sectores productivos por falta de mano de obra, lo que reduciría hasta 6.8 por ciento el producto interno bruto (PIB) en estados donde se concentran los migrantes; además de la pérdida de millones de dólares en recaudación de impuestos.
- Sofía Ramírez, directora del observatorio económico México Cómo Vamos, dijo que los estados más afectados serán California, Florida, Texas, Nueva York y Nueva Jersey, por su concentración latina irregular; aunque los mexicanos están más arraigados en California y Texas, donde 5.3 de los 11 millones de nacidos en México habitan en situación irregular.
- Según AIC, en la construcción labora 1.5 millones de indocumentados (13.7 por ciento del total); otro millón y medio trabaja en servicios como hoteles, tiendas y restaurantes; 970 mil se ubica en servicios profesionales; 870 mil en manufactura; 709 mil en comercio minorista; 460 mil en logística y 244 mil en agricultura (12.7 por ciento del total).
- Además, Texas es el estado de mayor comercio con México. En 2023 sumó 272 mil millones de dólares y 37 por ciento de sus adquisiciones anuales, por lo que el país es clave en el suministro de sus cadenas de producción.
“Un estado en constante expansión de naves industriales, perforación de pozos petroleros y crecimiento en agroindustria pueda prescindir de la experiencia y habilidad de los mexicanos”, enfatizó Ramírez.
“Sin importar su estatus migratorio, los mexicanos contribuyen a la economía con más de 324 mil millones de dólares anuales”, dijo.
Más precariedad
Rodolfo de la Torre, director de movilidad social del Centro de Estudios Espinoza Yglesias, consideró que aunque será muy difícil que Trump logre la deportación de un millón de migrantes anuales por el enorme costo económico que ello representa, debido a que los casos deberán ventilarse en tribunales, donde el fallo puede demorar meses.
- Por otro lado, las persecuciones provocarán que los indocumentados resientan una mayor precariedad en sus condiciones de vida al contratarse con salarios bajos ante el riesgo de multas que deberán asumir sus empleadores.
“Es de esperar que Trump impulse la modificación de las leyes migratorias, cambie reglamentos, establezca sanciones e intente un mayor comunión con la Suprema Corte para llevar a cabo su programa de deportación masiva”, señaló.
Recordó que de cada diez trabajadores en la agricultura de California, Florida y Texas, siete son mexicanos. “Sin su presencia muchos cultivos se perderán, pero además ser sustituidos por estadounidenses representará para los productores mayores costos que repercutirán a los consumidores”.
La deportación masiva de Trump
Pia Taracena Gout, analista de relaciones internacionales en la Universidad Iberoamericana, adelantó que se avecina una tormenta de sistemáticas violaciones a los derechos humanos, pues Trump con el apoyo de las dos cámaras, podrá implementar modificaciones legislativas con mínimas posibilidades de ser cuestionadas por la Suprema Corte.
“Trump llegará a la presidencia con un poder centralizado y el apoyo firme de la ultraderecha que no dudará en concentrar recursos para emprender el programa de deportaciones masivas, respaldada por la declaratoria de emergencia nacional que ha anticipado como su primera acción de gobierno”, subrayó.
La académica asentó que lo grave será que intentará imponer nuevamente el título 42 para obligar a México a ser el tercer país seguro y acabar con el estatus de protección temporal que beneficia a miles de connacionales, concluyó.
Se elevará los precios de los alimentos
El día después de que el presidente electo, Donald Trump, anunció que Tom Homan sería su zar fronterizo encargado del plan para deportar a millones de inmigrantes indocumentados, el recién nombrado apareció en un programa de televisión local en el norte del estado de Nueva York, donde fue criado, y una de las primeras preguntas fue ¿qué sucederá con todos los trabajadores en las lecherías? Su respuesta inmediata fue que se haría algo para protegerlos, justo de lo que le acababan de encargar, la deportación.
- La mayoría de esos trabajadores son mexicanos, muchos de ellos indocumentados. Esa misma pregunta se está haciendo sobre trabajadores sin papeles en otros sectores en Estados Unidos, mientras Trump asegura que desde su primer día cumplirá su promesa de deportar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados en este país.
- Pero deportaciones masivas llevarán a un incremento en los precios de alimentos, obligará a granjeros a no cosechar cultivos, podría provocar el cierre de hasta la mitad de los restaurantes en el país, dejaría potencialmente a cientos de miles de personas de la tercera edad sin asistencia –y éstas son sólo algunas de las consecuencias–. El impacto macroeconómico, calcula el American Immigration Council, sería un desplome del PIB de entre 1 y 2 billones de dólares.
Si los mexicanos son aproximadamente la mitad de la población indocumentada, entonces deportar a todo mexicano sin papeles resultará en un desplome de entre 500 mil millones y un billón de dólares, lo que representa entre 2 y 3 por ciento del PIB de Estados Unidos.
La Cámara de Comercio estadunidense ha insistido en que los inmigrantes son una parte vital de la principal economía del mundo y que, de hecho, Estados Unidos necesita aún más inmigrantes para compensar el efecto de una población estadunidense envejecida y con un declive en la tasa de nacimientos. “Ahora mismo, los datos más recientes indican que tenemos 8 millones en oferta de trabajo en Estados Unidos, pero sólo 6.8 millones de trabajadores desempleados… Tenemos muchos empleos, pero no suficientes trabajadores para tomarlos. Si cada desempleado en el país encontrara un trabajo, aún tendríamos millones de ofertas de empleo más”, escribió Stephanie Ferguson Melhorn, directora de Políticas de Fuerza Laboral y Trabajo Internacional de la Cámara de Comercio en noviembre de 2024.
Las cifras son inequívocas. La Oficina de Presupuesto del Congreso –CBO, agencia oficial del Poder Legislativo para investigaciones– y la Reserva Federal han emitido cálculos concluyendo que un incremento de inmigración –tanto autorizada como indocumentada– ha tenido un impacto extremadamente positivo sobre la economía estadunidense. Si estas tendencias no continúan, reporta la CBO, en 10 años Estados Unidos podría perder casi 9 billones de su PIB, incluyendo 1.2 billones de dólares en ingresos fiscales al gobierno federal.
- El profesor Raúl Hinojosa de la Universidad de California en Los Ángeles, quien ha estudiado las relaciones económicas entre Estados Unidos y México durante décadas, ofrece datos aún más específicos: en 2022, trabajadores nacidos en el extranjero contribuyeron con 3.83 billones al PIB del país (es decir, casi 15 por ciento del total de 25.74 billones de ese año) y aportaron 7.32 billones en producción económica total. Los trabajadores extranjeros autorizados fueron responsables de 2.56 billones en PIB y 4.89 billones en producción, mientras que los trabajadores extranjeros no autorizados fueron responsables de 1.28 billones en PIB (casi 5 por ciento del total) y 2.44 billones en producción.
Según estimaciones del Instituto de Políticas Migratorias (MPI, por sus siglas en inglés), los mexicanos representan el mayor grupo de inmigrantes no autorizados, con 45 por ciento del total de 11.3 millones de personas sin estatus legal en 2022. Los mexicanos indocumentados son 5.1 millones en 2022, una cifra que se ha reducido 34 por ciento desde 2007.
Estos 5.1 millones de mexicanos indocumentados son aproximadamente la mitad de los 10.9 millones en total que nacieron en México y viven en Estados Unidos. La diáspora mexicana en Estados Unidos, la cual incluye tanto a personas nacidas en México como estadunidenses que afirman tener ascendencia u origen mexicano, se calcula en 38.8 millones.
Más de la mitad de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos residen en California o Texas. Los Ángeles, Chicago, Houston, Dallas, Riverside, Phoenix, San Diego, Nueva York y San Francisco son las nueve ciudades con las poblaciones mexicanas más grandes.
- Según el MPI, los inmigrantes mexicanos tienen menos probabilidades de dominar el inglés que el conjunto de la población estadunidense nacida en el extranjero. Los adultos mexicanos tienen tasas más bajas de nivel educativo que las poblaciones nativas y extranjeras en general. Al igual que los inmigrantes adultos en general, los nacidos en México participan en la fuerza laboral en mayor medida que los nativos de Estados Unidos, y los mexicanos tenían más probabilidades de estar empleados en los sectores de servicio; recursos naturales, construcción y mantenimiento; y producción, transporte y traslado de materiales.
Todos estos números son cálculos, pero es indisputable que existen decenas de millones de trabajadores extranjeros en Estados Unidos, el grupo más grande entre ellos son los mexicanos, con un impacto económico medido en billones, no miles de millones de dólares.
Alarma en las empresas
Mientras Trump contempla planes para deportar a millones, las industrias que sostienen están expresando graves advertencias sobre el futuro. La deportación masiva exacerbará las carencias laborales, especialmente en industrias que dependen mucho de trabajadores inmigrantes indocumentados, comentó Nan Wu, directora de investigaciones del American Inmigration Council, en entrevista con CNBC. Ella calcula que la industria de la construcción perderá uno de cada ocho trabajadores. Agregó que sacar a tantos empleados en un periodo corto incrementará los costos de construcción y llevaría a demoras en la edificación de nuevas casas, haciendo que la vivienda sea aún más cara en muchas partes del país.
- El mayor impacto podría ser en el precio de los alimentos. La cadena alimentaria depende de una fuerza laboral predominantemente inmigrante para algunos de sus trabajos más difíciles, como la pizca de fruta, la aplicación de pesticidas sobre cultivos, operando maquinaria y los rastros, reporta el Wall Street Journal. Unos dos tercios de los trabajadores en granjas de cultivos son nacidos en el extranjero y 42 por ciento no está legalmente autorizado para trabajar en el país, según un informe del Departamento de Trabajo.
Los inmigrantes, sobre todo los indocumentados, son aproximadamente un tercio de la fuerza laboral cuidando a las personas de la tercera edad en este país. Se calcula que hay unos 142 mil inmigrantes indocumentados trabajando en cuidado de niños, asistentes personales de cuidado y asistentes en domicilios, según el Nikaen Center en Washington.
- Algunos comercios tendrán que cerrar. Sam Sánchez, empresario restaurantero y presidente de Third Coast Hospitality, originario de Nuevo León y residente de Chicago, dice temer que hasta una mitad de todos los restaurantes en Estados Unidos serían obligados a cerrar sin trabajadores indocumentados. Si los vas a deportar, estos restaurantes cerrarán y tendremos una pérdida masiva de ingresos y veríamos un desplome, dijo Sánchez al Financial Times. Creemos que el presidente Trump, como dueño de negocios, reconocerá esto. Tenemos a buenos ciudadanos. Queremos asegurar que sigan trabajando.
Trump y su equipo enfrentarán un grave problema en su afán antimigrante. Hasta su zar fronterizo lo sabe en su propia casa: este país no puede funcionar sin ellos. /PUNTOporPUNTO
Documento Íntegro a Continuación: