TEXTO ÍNTEGRO: CRIMINALIDAD aumenta como resultado de la CORRUPCIÓN POLÍTICA, APATÍA SOCIAL y LUCRO ECONÓMICO

La ONU estima en un estudio que el crimen organizado causó en el mundo 700,000 muertes entre 2015 y 2021, una cifra similar a los fallecidos en conflictos armados en ese mismo periodo.

Los resultados del IGCO 2023 ofrecen información sobre la evolución de las economías ilícitas, los actores involucrados y la eficacia de las medidas de resiliencia diseñadas para contrarrestar la amenaza del crimen organizado en el mundo.

“Si bien la resiliencia global se ha mantenido en gran medida en los niveles de 2020, la criminalidad ha seguido creciendo en el mundo a un ritmo asombroso en respuesta a la intensificación de las presiones políticas, sociales, económicas y desafíos de seguridad, lo que significa las dificultades que implica abordar el fenómeno”, destaca el informe.

  • El número de personas que viven en condiciones de baja resiliencia ante el crimen organizado a nivel mundial ha disminuido significativamente: ahora el 62 por ciento de la población vive en países con baja resiliencia, en comparación con el 79,4 por ciento en 2021, advierte el IGDO, elaborado por la Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Trasnacional (GI-TOC, por su sigla en inglés).

Al proporcionar una visión exhaustiva y holística de la dinámica del crimen organizado, el Índice evalúa a los 193 Estados miembros de la ONU en términos del alcance y la escala de la criminalidad, por un lado, y su resiliencia, o capacidad para resistir y contrarrestar las actividades del crimen organizado, por el otro.

  • Señala que, si bien hoy en día más personas viven en países caracterizados por tener una alta resiliencia, al comparar la resiliencia global con el aumento de la omnipresencia de la criminalidad, los datos muestran que las respuestas no han logrado hacer frente a la amenaza del crimen organizado.
  • Los resultados del Índice 2023 muestran que los países clasificados como democracias plenas continúan exhibiendo niveles más altos de resiliencia al crimen organizado que los regímenes autoritarios.
  • Las prácticas de buena gobernanza que sean abiertas, transparentes, arraigadas en el estado de derecho y fomenten la participación activa de los ciudadanos sientan las bases sobre las cuales construir respuestas tanto estatales como no estatales a las amenazas criminales.

De hecho, se demostró que las democracias resisten mejor al crimen organizado en promedio, y la correlación entre el tipo de régimen y la resiliencia aumentó ligeramente en los últimos dos años.

Esta relación sirve para resaltar la necesidad de coordinación entre los pilares de las sociedades democráticas para comprender mejor las amenazas criminales que enfrentan y desarrollarse de manera aún más efectiva.

Aumenta criminalidad en las Américas

En 2022, las Américas experimentaron un aumento significativo en los niveles de criminalidad, afectando a todas las regiones del continente. En términos de criminalidad, América es el tercer continente más afectado, después de Asia y África, respectivamente, con una puntuación promedio de 5.20, de entre 0 a 10.

  • A nivel regional, América Central tiene el puntaje promedio de criminalidad más alto (6.28), seguida de América del Sur (5.94). Todos los mercados y actores criminales que se encuentran en las Américas están presentes en varios países, lo que subraya el alcance de estos mercados y la importancia del continente para el comercio ilícito global.
  • Estos mercados criminales interconectados y trasnacionales explotan los desafíos a la resiliencia presentes en cada país, aprovechando situaciones de liderazgo y gobernanza débiles.
  • Al considerar los puntajes promedio de todos los mercados criminales, queda claro que las Américas han surgido como un centro para los mercados ilícitos globales, y sus regiones figuran constantemente entre las tres primeras a nivel mundial en 11 de los 15 mercados.

Los puntajes del Índice 2023 muestran que las Américas continúan dominando el comercio mundial de cocaína como principal mercado de origen de la droga. tiene mayor prevalencia en América del Sur, que tiene una puntuación regional de 8.29 (+0.46); le siguen Centroamérica, con un puntaje de 7.81 (+0.37), y el Caribe, con un puntaje de 6.77 (+0.15).

  • También se considera que el mercado de la cocaína tiene una influencia significativa en 33 de los 35 países del continente. De estos, Colombia tiene el mercado de cocaína más extendido del mundo, con una puntuación de 9.50, seguido de cerca por Brasil, México, Venezuela y Perú (todos con una puntuación de 9.0).

Paralelamente a la expansión del mercado de la cocaína en las Américas, ha habido un crecimiento significativo del comercio de drogas sintéticas. Con una puntuación media de 7.0 (+0.75), América del Norte es la tercera región más afectada a nivel mundial en este sentido. Dentro del continente, México parece ser el más afectado por este mercado, alcanzando una puntuación de 9.0.

En 2022, México se destacó como un actor importante en el comercio de drogas sintéticas, al ser testigo de un aumento en la popularidad y la producción de ketamina, metanfetamina.

El conflicto exacerba la vulnerabilidad al crimen organizado

Desde hace tiempo se ha señalado que las condiciones de conflicto y fragilidad son factores que contribuyen a la criminalidad. Los datos de esta segunda versión del Índice muestran que las zonas de conflicto enfrentan una mayor vulnerabilidad al crimen organizado.

El análisis revela que cuanto más afectado por el conflicto sea un país, mayor será la probabilidad de que experimente niveles reducidos de resiliencia ante el crimen organizado. Cuando los esfuerzos bélicos encabezan la agenda de un Estado, por ejemplo, los recursos se redirigen, debilitando las instituciones.

Expansión de los delitos financieros

La presentación de informes sobre los niveles de delitos financieros a través del proceso de revisión de expertos del Índice dio como resultado que los delitos financieros se identificaran como los más generalizados de todos los tipos de delitos medidos en 2023. Como esta es la primera vez que el Índice intenta medir los delitos financieros, no existe una línea de base para compare los resultados de 2023.

  • Sin embargo, los datos disponibles y la opinión de expertos, incluidos los aportes sobre los resultados del Índice 2021, sugieren que los delitos financieros efectivamente se han expandido significativamente en un corto período de tiempo.
  • Desde el fraude hasta la malversación de fondos, los delitos financieros adoptan muchas formas, lo que permite a los delincuentes organizados infiltrarse en los sistemas económicos y financieros formales de un país. La propia amplitud de tipologías de criminalidad incluidas en la definición de delitos financieros afirma la ubicuidad de este mercado.
  • Aunque a menudo se consideran “sin víctimas”, los delitos financieros en muchos casos están vinculados a delitos violentos y tienen la capacidad de socavar significativamente las estructuras sociales y económicas de un país.

Hoy en día, con la rápida innovación de las tecnologías digitales, los delitos financieros se pueden llevar a cabo con solo hacer clic en un botón desde el otro lado del mundo, lo que pone de relieve el impacto trasnacional del mercado.

  • Los delitos financieros desplazaron a la trata de personas como la economía ilícita más generalizada en 2022, pero eso no quiere decir que la trata de personas haya disminuido; los resultados del Índice muestran que, de hecho, la trata de personas ha aumentado desde 2020, el primer año bajo estudio.
  • El crecimiento continuo de la trata de personas sirve como un recordatorio aleccionador del impacto de este mercado en la sociedad, donde los humanos son el bien transaccional.

La influencia que ejercen los actores criminales se ha fortalecido desde la pandemia. Independientemente de la estructura y su posterior clasificación en el Índice, el alcance y la amplitud de la influencia de los perpetradores del crimen organizado crecieron en 2022. Es notable que este aumento se haya observado consistentemente en todos los tipos de actores criminales y en todas las regiones, con la única excepción de Oceanía.

A pesar de su presencia relativamente limitada en comparación con otros tipos de actores criminales, incluso los grupos de estilo mafioso han aumentado su prevalencia en los últimos años, crecimiento que es indicativo de una tendencia más amplia.

Este cambio se produce cuando el comercio y los viajes mundiales se han recuperado tras las restricciones impuestas por la pandemia, pero también como resultado de más oportunidades otorgadas a los delincuentes por el dominio cibernético, así como mayores posibilidades de explotar la fractura.

  • Los actores estatales siguen siendo los agentes más dominantes a la hora de facilitar las economías ilícitas e inhibir la resiliencia. Los actores integrados en el Estado siguieron siendo el tipo de actor criminal más generalizado en 2022.
  • Si bien el grado en que la criminalidad impregna el aparato estatal varía entre países y en todos los niveles, la participación estatal y/o la facilitación del crimen organizado ha aumentado, y el Índice encuentra trata de personas, el tráfico de armas y los delitos contra recursos no renovables han sido los más afectados.
  • La corrupción crea oportunidades para que prosperen las actividades ilícitas, ya que los grupos criminales pueden operar con riesgos reducidos, mientras que la infiltración criminal en las instituciones estatales socava la capacidad de los países para desarrollar resiliencia y formular políticas efectivas para contrarrestar el crimen organizado.

De hecho, una de las correlaciones más fuertes encontradas entre los resultados del Índice es entre los actores integrados en el Estado y la resiliencia general (-0.79). Lo que sugiere esta correlación negativa es que a medida que los actores integrados en el Estado ganan importancia en un área particular, los niveles de resiliencia disminuyen.

Los actores estatales siguen siendo los agentes más dominantes a la hora de facilitar las economías ilícitas e inhibir la resiliencia. Los actores integrados en el Estado siguieron siendo el tipo de actor criminal más generalizado en 2022.

  • Si bien el grado en que la criminalidad impregna el aparato estatal varía entre países y en todos los niveles, la participación estatal y/o la facilitación del crimen organizado ha aumentado, y el Índice encuentra trata de personas, el tráfico de armas y los delitos contra recursos no renovables han sido los más afectados.
  • La corrupción crea oportunidades para que prosperen las actividades ilícitas, ya que los grupos criminales pueden operar con riesgos reducidos, mientras que la infiltración criminal en las instituciones estatales socava la capacidad de los países para desarrollar resiliencia y formular políticas efectivas para contrarrestar el crimen organizado.
  • De hecho, una de las correlaciones más fuertes encontradas entre los resultados del Índice es entre los actores integrados en el Estado y la resiliencia general (-0.79). Lo que sugiere esta correlación negativa es que a medida que los actores integrados en el Estado ganan importancia en un área particular, los niveles de resiliencia disminuyen.

La influencia de los actores extranjeros está creciendo. Si bien los actores integrados en el Estado continúan ejerciendo influencia sobre los flujos del crimen organizado a nivel mundial, el creciente poder de los grupos criminales extranjeros sugiere una mayor interconexión entre las redes criminales trasnacionales.

  • En un mundo post-Covid, la participación de grupos militares y de seguridad privados en situaciones de conflicto y crisis ha creado oportunidades para que actores criminales extranjeros participen en actividades ilícitas.
  • En términos más generales, es probable que la creciente omnipresencia de grupos criminales extranjeros en 2022 sea un reflejo del levantamiento de las restricciones relacionadas con la pandemia, en particular la reapertura de las fronteras de los países.

El contrabando y la trata de personas van en aumento

Si bien los delitos financieros superaron a la trata de personas como la economía ilícita más extendida, la trata de personas ha seguido aumentando desde 2020. A nivel mundial, en 2022, había más de 100 millones de refugiados y desplazados internos, una enorme proporción de los cuales había recurrido a contrabandistas para ayudarlos a escapar de circunstancias desafiantes.

Los delincuentes con fines de lucro, desde individuos oportunistas hasta redes profesionales a gran escala, continúan traficando personas fuera de los canales migratorios legales y a través de fronteras, a menudo en condiciones peligrosas y con un gran costo humano, dejando a muchos migrantes irregulares vulnerables a la explotación.

  • Los conflictos violentos, la desigualdad y las condiciones climáticas extremas podrían impulsar un mayor crecimiento en este mercado. El aumento de la trata y el tráfico de personas, comparación global 2021 vs 2023.
  • El espacio para los actores no estatales como vectores para el desarrollo de la resiliencia se está reduciendo. Los actores no estatales experimentaron la mayor caída en términos de su puntuación desde el Índice 2021 de los 12 componentes básicos de la resiliencia.

En un contexto global en el que los actores estatales dominan el panorama criminal, el debilitamiento del papel de los actores no estatales tiene implicaciones significativas para la vulnerabilidad de los países al crimen organizado, cerrando vías alternativas para combatirlo.

Posibles respuestas

La sociedad civil y los medios de comunicación pueden actuar como guardianes para exigir responsabilidades a las instituciones estatales, y muchos de ellos participan estrechamente en comunidades muy afectadas por el crimen organizado. Sin embargo, restricciones y censuras más estrictas reducen la capacidad de los actores no estatales de servir como fuentes de resiliencia alternativas a las proporcionadas por el gobierno.

  • La participación sustantiva de todas las partes interesadas (intergubernamentales, estatales y no estatales) en la conversación sobre las cambiantes amenazas del crimen organizado es fundamental para intensificar los esfuerzos para reprimir y prevenir el crimen organizado y reducir su impacto en las sociedades.
  • Al igual que en 2021, el indicador de “apoyo a víctimas y testigos” es el componente de resiliencia con la puntuación más baja en general en el Índice de 2023. Este hallazgo sirve como recordatorio del hecho de que los esfuerzos globales contra el crimen organizado a menudo utilizan un enfoque de securitización, centrándose en la supresión de las actividades de los actores criminales.

Hay un aparente desequilibrio en esta estrategia, ya que descuida a los más afectados por el crimen organizado. Las ramificaciones de esto podrían ser duraderas y de gran alcance, contribuyendo a una continua fragilidad del Estado y una mayor vulnerabilidad. Por lo tanto, es esencial abordar estas deficiencias en las salvaguardias que protegen a las víctimas y a los testigos.

  • A pesar del conflicto y la fractura política, la cooperación internacional ha mejorado. En contraste con el espacio cada vez menor para los ‘actores no estatales’ y la falta de apoyo a los más afectados por el crimen organizado, los resultados del Índice 2023 muestran que la cooperación internacional ha mejorado a nivel mundial.
  • Esto puede sugerir que los países continúan avanzando en la dirección de respuestas institucionales para combatir las actividades ilícitas, dejando sin explotar un recurso único de conocimiento, capacidad y habilidades locales que podrían complementar los marcos de respuesta estatales.

Sin embargo, paradójicamente, la fractura perdura allí donde idealmente debería prevalecer la colaboración.

  • La cooperación internacional no parece ser sistemática a nivel global. Más bien, la división entre Estados democráticos y autocráticos es evidente en la elección de los países con quién colaborar. En ese sentido, una verdadera cooperación contra el crimen organizado a escala global es un desafío.

Ante una cuestión que trasciende las fronteras y la política, los Estados deben intensificar el diálogo y trabajar en mecanismos para implementar y controlar los compromisos de lucha contra el crimen organizado.

Más países tienen altas tasas de criminalidad y sólidos marcos de resiliencia. La categoría de alta criminalidad y alta resiliencia sigue siendo la que presenta el menor número de países.

  • La evaluación de 2023 muestra que sólo 12 países, frente a nueve en 2021, aparecen en este cuadrante: China, Colombia, Costa Rica, Francia, Italia, Malasia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica, España, Estados Unidos y Reino Unido.
  • Podría decirse que la inclusión de nuevos indicadores en esta interacción, delitos financieros, delitos ciberdependientes y actores del sector privado, es responsable del aumento de los niveles de criminalidad en Costa Rica, Senegal y el Reino Unido.

Crimen organizado causó 700,000 muertes entre 2015 y 2021

  • La ONU estima en un estudio que el crimen organizado causó en el mundo 700,000 muertes entre 2015 y 2021, una cifra similar a los fallecidos en conflictos armados en ese mismo periodo.

“Entre 2015 y 2021, el crimen organizado causó alrededor de 700,000 muertes, comparables a las que se produjeron en conflictos armados (en ese tiempo)”, señala el Estudio Global sobre Homicidios difundido por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

  • “Mientras que la mayoría de esas muertes se produjeron en el continente americano, los homicidios relacionados con la criminalidad organizada son prevalentes en todo el mundo”, agrega el informe.

El documento señala que en el mundo se produjeron 458,000 homicidios intencionados en 2021, una cifra muy superior a los 94,000 muertos en conflictos armados.

“Además, a pesar de un aumento de más del 95% en el número de muertes por conflicto registradas entre 2021 y 2022, que fue principalmente el resultado de la escalada de conflictos en varios países como Burkina Faso, Etiopía, Mali, Somalia y Ucrania, los datos disponibles indican que la cifra mundial de homicidios en 2022 seguía siendo el doble que la de muertes por conflicto”, sostiene el estudio.

Por continentes, en África se registraron 176,000 homicidios en 2021, en América 154,000, en Asia 109,000, en Europa 17,000 y en Oceanía 1,000.

  • América tiene la mayor tasa de homicidios del mundo con 15 muertes violentas por cada 100,000 habitantes y es también el continente donde más asesinatos se cometen con armas de fuego, el 75% del total.
  • En ese continente el crimen organizado está detrás de la mitad de los homicidios registrados, una cifra mucho más alta que la media mundial, situada en el 22%, y casi diez veces superior a Europa.

Según el estudio, la competencia entre grupos criminales puede llevar a aumentos repentinos y pronunciados en los homicidios, como se ha visto en Ecuador en el último año o fue el caso de México entre 2015 y 2018.

  • El informe señala que en América Latina los homicidios relacionados con el crimen organizado están estrechamente vinculados con los asesinatos con armas de fuego.
  • Otro aspecto del estudio es que la violencia relacionada con el crimen organizado puede variar de forma rápida.
  • Así, la tasa de homicidios relacionados con el crimen organizado bajó en América desde 12 homicidios por 100,000 habitantes en 2015 a 7 en 2020 y volvió a repuntar hasta 9 en 2021.

“Gran parte de esta disminución se puede atribuir a una reducción en los homicidios relacionados con el crimen organizado en países de América Central como El Salvador”, indica el informe.

Cómo se ha transformado el crimen organizado en América Latina

  • América Latina está experimentando una fuerte transformación en la forma en cómo operan las estructuras de crimen organizado en la región. Así lo advierten diversas organizaciones internacionales y expertos consultados por BBC Mundo.
  • La composición actual de las bandas criminales, el tipo de negocio que llevan adelante, la amplitud del territorio hasta donde llegan sus tentáculos y el anonimato de muchos de sus líderes son algunos de los factores que están detrás de esa transformación.
  • Lo anterior aumenta la complejidad a la hora de enfrentar a estas organizaciones delictivas, según diversos analistas, mientras muchos países siguen aplicando soluciones previas a pesar de que las circunstancias no son las mismas.

“Creo que hoy estamos viviendo en América Latina un cambio muy significativo que no habíamos visto desde la caída del cartel de Cali, a mediados de la década de 1990, que causó un gran reacomodo en el mundo criminal”, señala a BBC Mundo Douglas Farah, consultor y analista internacional, que lleva más de tres décadas investigando asuntos relacionados con la seguridad en el continente americano.

“Hoy estamos ante una nueva ola de crimen organizado y es necesario que la entendamos”, agrega.

Farah y otros expertos explican que ciertos episodios han propiciado esta transformación. Entre ellos, la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2016, que provocó la proliferación de nuevos actores que pasaron a controlar las regiones cocaleras del país.

También la pandemia de covid-19 que, según Lucía Dammert -académica de la universidad de Santiago de Chile y experta en criminología-, “inundó a América Latina de cocaína de bajo valor porque era más complejo exportarla”.

“Eso multiplicó las organizaciones criminales”, afirmó. Estos son los principales cambios que reflejan la evolución del crimen organizado en la región.

1. Fragmentación de la estructura criminal

  • Para los expertos consultados por BBC Mundo, una de las particularidades del crimen organizado que hoy golpea a América Latina es que se compone de una infinidad de grupos que operan en alianzas desde distintos países para lograr sus objetivos.

Esta fragmentación del panorama delictivo no era común hace unos diez años atrás.

  • El fenómeno ha sido alertado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su Informe Mundial sobre la Cocaína 2023, donde se afirma que hoy existe una “miríada de redes de tráfico”.

Al referirse específicamente a Colombia, el estudio afirma que, si bien el tráfico de cocaína “alguna vez estuvo controlado por unos pocos actores importantes”, “como resultado de la fragmentación del panorama criminal tras la desmovilización de las FARC en 2016, ahora involucra a grupos criminales de todos los tamaños, estructuras y objetivos”.

  • Jeremy McDermott, codirector de InSight Crime, una institución que se especializa en investigar el crimen organizado en América, afirma que “ya no hay carteles que controlan todos los vínculos en la cadena de una actividad criminal”.

“Ahora, todos dependen de otros grupos criminalizados”, señala.

Con esto, las líneas de suministro se hacen más eficientes. Y el trabajo de la policía, más difícil.

  • De hecho, muchas organizaciones -como es el caso del PCC (Primeiro Comando da Capital), de Brasil, o el Tren de Aragua, de Venezuela- han logrado expandir sus tentáculos por la región gracias a esta especie de “subcontratación criminal”.
  • “Para nosotros, el Tren de Aragua no es un grupo que tiene una jerarquía bien definida, que responde a mandos centralizados. Es una especie de federación o franquicia”, señala McDermott.
  • Douglas Farah añade que la fragmentación de los grupos delictuales ha sido impulsada, en parte, por el ingreso de nuevos actores internacionales en la escena criminalística latinoamericana.
  • “Por primera vez estamos viendo la influencia real de las mafias albanesas, de grupos provenientes de Montenegro o la presencia constatable de mafias italianas, como la ‘Ndrangheta”, dice.

De acuerdo con la ONU, estos grupos no pretenden tomar el control del territorio sino más bien “están tratando de hacer que las líneas de suministro se encadenen”.

El ingreso de estas bandas ocurre en momentos en que ha habido un aumento considerable del tráfico de cocaína desde América Latina a Europa, donde, a su vez, se han registrado importantes alzas en el consumo, especialmente en países como Bélgica, Francia y España.

“El precio de la cocaína en Estados Unidos se ha estancado en más o menos 15 o 17 mil dólares por kilo. En Europa, en cambio, sobrepasa los 80 mil dólares por kilo y, en Rusia, los 120 mil. Es decir, hay mercados de mucho más valor que Estados Unidos en este momento para los productores de coca latinoamericanos”, explica Douglas Farah.

2. Diversificación de negocios

Lo anterior se enlaza con otra de las características que hoy define a las bandas que están detrás del crimen organizado en la región: la enorme diversidad de sus negocios ilegales.

Según los analistas, el hecho de que exista un panorama más fragmentado, también genera que el tipo de negocio al cual se dedican sea más amplio.

“Antes, las estructuras del crimen estaban especializadas en un área de negocio criminal. Pero con el tiempo y la globalización se dieron cuenta de que la diversificación de sus servicios es una oportunidad que no pueden desperdiciar”, le explica a BBC Mundo Pablo Zeballos, exoficial de inteligencia chileno y consultor internacional de crimen organizado.

  • El tráfico de personas y de armas, la prostitución, la expansión de drogas sintéticas, la falsificación de medicamentos, el sicariato y la minería ilegal -que en algunos países como Perú o Colombia generan igual o más dinero que el narcotráfico- son algunos de los negocios que están incorporando de manera conjunta las diversas organizaciones criminales, explican los expertos.

Jeremy McDermott acota que esto es importante especialmente para los grupos que tienen “control territorial”.

“Uno necesita control territorial para diversificar el portafolio criminal”, aclara.

  • El codirector de InSight Crime agrega que es sustancial entender que todos estos componentes nuevos -la diversificación de los negocios y la aparición de diversos actores- se dan en un contexto de un incremento de la corrupción de los estados y de sus sistemas judiciales y de seguridad.
  • “La corrupción siempre ha sido un problema pero hoy en día la democracia está más sitiada que nunca por el crimen organizado. Vemos la penetración sistemática hacia el Estado por parte de estos grupos”, dice.

Douglas Farah coincide. “Todo esto se facilita por la criminalización de varios estados, que están haciendo alianzas con estas organizaciones de crimen”, dice.

  • “Un factor fundamental fue la pandemia pues los estados estaban paralizados y sin recursos mientras ciertos grupos seguían tejiendo alianzas. Eso ha permitido una amplificación de estos grupos que sí tienen recursos para entrar a nuevos mercados”.
  • De todas formas, en esta diversificación de los negocios, el narcotráfico y la cocaína siguen siendo un eje clave. Según el Informe Mundial sobre la Cocaína 2023 de la ONU, el cultivo de coca en América Latina se disparó un 35% del 2020 al 2021.

Esto no sólo representa una cifra récord sino también es el aumento interanual más pronunciado desde 2016.

3. Anonimato de sus líderes

La nueva generación de narcos tiene poco o nada que ver con el estereotipo que encarnó, como nadie, Pablo Escobar. Y esa es otra característica del crimen organizado actual.

Atrás quedaron las excentricidades propias del máximo líder del cartel de Medellín, quien le gustaba presumir de su enorme fortuna.

  • Con su carácter sanguinario, se encargó de que todo el mundo lo conociera, siendo el hombre más buscado entre finales de los 80 y principios de los 90.
  • Los nuevos líderes de las bandas criminales latinoamericanas parecen haber aprendido la lección y hoy prefieren mantener un bajo perfil.

Así lo plantea Jeremy McDermott, quien acuñó el término “Los invisibles” para referirse a estos líderes en su informe “La nueva generación de narcotraficantes colombianos post-FARC: ‘Los Invisibles'».

“La nueva generación de traficantes ha aprendido que el anonimato es la mejor protección», destaca el texto.

Otros expertos consultados por BBC Mundo coinciden con McDermott. “Han aprendido que la exposición pública es peligrosa. Y el anonimato evita que exista un conocimiento real respecto de los liderazgos”, dice Pablo Zeballos.

“Porque todos sabemos quién es el Niño Guerrero (líder del Tren de Aragua), la pregunta es: ¿sabemos quién es realmente el Niño Guerrero? ¿Sabemos cómo piensa, dónde va? ¿Estamos frente a un psicópata o un criminal? ¿Es realmente el único líder del grupo? Son preguntas que todavía no tienen respuesta”, añade.

  • Lucía Dammert, por su parte, afirma que “hoy día, pensar en que vamos a encontrar al Pablo Escobar de esta época, es una construcción mediática, una serie de Netflix. Eso ya no sucede”.
  • Lo anterior provoca, una vez más, que el trabajo de la policía sea más complejo. Pues al no saber a ciencia cierta quiénes son los jefes de las bandas -si es que hay uno solo- la tarea de dar con ellos se hace más difícil.
  • Pero esta no es la única enseñanza que han incorporado los nuevos líderes de estas bandas. Según la investigación de McDermott, ahora también saben «que la plata es muchísimo más efectiva que el plomo».

El codirector de InSight Crime aseguró que actualmente los cabecillas de los grupos criminales “no están protegidos por un ejército de sicarios sino por contadores y abogados”.

“Los narcos modernos tienen más probabilidad de tener una maestría en negocio que una historia de violencia en la calle”, indica.

4. El fin de las «islas de paz»

En los últimos años, diversos países latinoamericanos que solían estar relativamente libres de crimen organizado han experimentado un incremento de la inseguridad, la violencia e ilegalidad.

Esto representa otro cambio de la estructura de la criminología en la región. “Ya prácticamente no existen las llamadas ‘islas de paz’ porque los mercados ilegales están presente en casi todos los países”, afirma Lucía Dammert.

  • Ecuador es quizás el ejemplo más patente, que en solo unos años ha pasado de ser un país de tránsito de la droga al centro de distribución, almacenamiento y procesamiento.

Esto ha provocado una violencia sin precedentes: en 2023, el país batió su récord histórico de homicidios con 7.878, lo que refleja un drástico aumento si lo comparamos con las cifras de 2019, donde hubo 1.187.

  • Otros países como Chile, Costa Rica o Uruguay también han experimentado un aumento de la inseguridad, aunque no al nivel de Ecuador.

“Hay que aclarar que estos países siempre han tenido delincuencia local. Pero lo que observamos ahora es que sus realidades nacionales están siendo cambiadas por el ingreso de organizaciones internacionales, por la mutación de sus propias pandillas locales y por el control de ciertos territorios o puertos”, explica Zeballos.

  • Según los expertos, esto ocurre principalmente por la búsqueda de lugares más seguros por donde transitar la mercancía ilegal.

“Están buscando nuevas rutas porque ahora Colombia o el puerto de Santos, en Brasil, están tan identificados que cualquier cargamento tiene más alto riesgo de incautación”, señala Jeremy McDermott.

La expansión de estas bandas también ha sido impulsada por la crisis migratoria que vive la región, advierte Pablo Zeballos.

  • Hablando particularmente sobre el Tren de Aragua, indica que “producto de la diáspora venezolana, que incluye a estos criminales, se ha generado una presencia más amplia en distintos países”.
  • Pero estas naciones, justamente por no haber experimentado esto antes, no están preparados para lidiar con estos grupos de crimen organizado, de acuerdo con Douglas Farah.

“Son países que no han pensado en la seguridad interna como un tema y ahora tienen que hacerlo”, señala.

En vista de todo lo anterior, los analistas advierten que muchas de las herramientas que se solían emplear para enfrentar al crimen organizado hoy deben cambiar.

Un desafío que poco a poco ha comenzado a encabezar la lista de prioridades de la mayoría de los países de la región. /PUNTOporPUNTO

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