La presencia de Hezbollah en América Latina ha crecido en las últimas décadas, estableciendo redes de financiamiento ilegal, narcotráfico y lavado de dinero que amenazan la estabilidad de la región.
- Un informe reciente de la corporación RAND analiza el impacto de esta organización en varios países latinoamericanos y la forma en que sus actividades pueden socavar la seguridad local e internacional.
- La influencia de Hezbollah no solo se limita a sus operaciones clandestinas, sino que también ha logrado tejer alianzas con grupos del crimen organizado, generando una red de apoyo que le permite continuar sus actividades con relativa impunidad.
Uno de los principales focos de actividad del grupo terrorista en América Latina es la región de la Triple Frontera, donde convergen Argentina, Paraguay y Brasil.
- Esta zona se ha convertido en un punto estratégico para el lavado de dinero y el tráfico de drogas, permitiendo a la organización financiar sus operaciones en el Medio Oriente y otras partes del mundo.
- Según el informe de RAND, la falta de controles efectivos y la corrupción en algunas instituciones gubernamentales han facilitado la expansión de esta red ilícita, lo que representa un desafío significativo para la seguridad en la región.
Además de la Triple Frontera, países como Venezuela han sido señalados como aliados estratégicos de Hezbollah.
- De acuerdo con diversos informes de inteligencia norteamericano, el régimen venezolano ha proporcionado apoyo logístico y financiero a miembros de la organización, permitiéndoles operar con mayor libertad en América Latina.
Esta cooperación ha generado preocupación en la comunidad internacional, ya que podría facilitar la planificación y ejecución de actividades terroristas fuera de la región.
- RAND advierte que esta situación requiere una respuesta coordinada por parte de los gobiernos latinoamericanos, en conjunto con sus aliados internacionales, para desarticular las redes de Hezbollah y mitigar su influencia en el hemisferio occidental.
- El informe también subraya que la presencia del grupo terrorista en América Latina no solo representa una amenaza para la seguridad regional, sino que también tiene implicaciones a nivel global.
- La organización ha utilizado la región como un punto de apoyo para sus operaciones en otros continentes, aprovechando la falta de regulaciones estrictas y la debilidad de los sistemas de control financiero en algunos países.
- Como resultado, Hezbollah ha logrado movilizar grandes sumas de dinero a través de empresas fachada y transacciones ilícitas, lo que le permite financiar sus actividades sin ser detectado fácilmente.
- Para combatir esta creciente amenaza, el informe de RAND recomienda fortalecer la cooperación en materia de inteligencia entre los países latinoamericanos y mejorar los marcos legales que regulan el financiamiento del terrorismo.
La implementación de mecanismos más estrictos para rastrear flujos financieros sospechosos y desmantelar redes de lavado de dinero es clave para reducir el impacto de Hezbollah en la región.
Además, se destaca la importancia de reforzar la seguridad en fronteras estratégicas y fortalecer la supervisión de entidades financieras para evitar que sean utilizadas con fines ilícitos.
Otro factor preocupante es el papel de la desinformación y la manipulación mediática en la expansión de la influencia de Hezbollah en América Latina. A través de diversas plataformas digitales y redes sociales, la organización ha promovido narrativas que buscan ganar simpatizantes y minimizar su verdadera naturaleza como grupo terrorista.
- RAND advierte que esta estrategia ha sido utilizada con éxito en algunas comunidades, lo que podría dificultar los esfuerzos para combatir su presencia en la región. La educación mediática y la implementación de estrategias para contrarrestar la propaganda de grupos extremistas son esenciales para reducir su impacto público.
- En este contexto, los gobiernos de América Latina enfrentan un desafío significativo: equilibrar la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo con el respeto a su soberanía y estabilidad interna.
- Si bien algunos países han tomado medidas para frenar las actividades de Hezbollah en sus territorios, otros aún enfrentan dificultades para implementar estrategias efectivas. La falta de coordinación y la existencia de intereses políticos divergentes pueden complicar los esfuerzos para erradicar la influencia de la organización en la región.
La creciente preocupación por la presencia de Hezbollah en América Latina también ha llevado a un aumento de la presión por parte de Estados Unidos y otras potencias internacionales para que los países de la región tomen medidas más enérgicas contra el grupo.
En los últimos años, Washington ha instado a sus aliados en el hemisferio occidental a designar a Hezbollah como una organización terrorista y a adoptar políticas más estrictas para combatir su financiamiento. No obstante, la respuesta ha sido dispar, ya que algunos gobiernos han mostrado resistencia a alinearse completamente con esta postura, temiendo repercusiones políticas y económicas.
Hezbollah y grupos radicales iraníes en Bolivia, Nicaragua y Venezuela
- El grupo chií libanés Hezbollah y grupos radicales iraníes tienen “bases” en Bolivia, Nicaragua y Venezuela, aseguró este lunes la embajadora de Israel en Costa Rica, que era concurrente para Managua, Mijal Gur Aryeh.
- “Puedo decir que hay también otros países en la región que tienen bases de Irán e Hezbollah, y particular Venezuela y Bolivia”, dijo la diplomática israelí en una conferencia de prensa virtual desde San José con medios nicaragüenses que trabajan desde el exilio.
La embajadora detalló que los servicios de Inteligencia israelíes han ayudado “a muchos países de América Latina a interceptar grupos terroristas,” y puso como ejemplo, que solo en el último año, ayudaron a interceptar algunos de estos grupos en Brasil, Argentina, Perú, Colombia, México.
“Seguimos la situación y cuando vemos que hay oportunidad para parar estos terroristas, cooperamos con los Gobiernos en el continente” americano, explicó.
- Consultada sobre si mantienen cooperación con EEUU en América Latina, la diplomática dijo que sí, “es muy, muy estrecha… Compartimos información”, aunque agregó que “no puedo decir más que eso en los medios.”
- Aclaró que, por la misma naturaleza de la inteligencia, tampoco puede compartir detalles muy específicos sobre cómo opera el grupo armado Hezbollah y los iraníes radicales en Latinoamérica.
“Puedo solo decir, por ejemplo, que en los ataques terroristas en Argentina, sabemos claramente que fueron manejados dentro de la embajada iraní en Buenos Aires”, anotó, en referencia al atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires en 1994.
“Tenemos esta información sobre ataques en el pasado y puedo solo decir que seguimos también ahora la situación”, dijo.
- De igual forma, la embajadora aseguró que existe “en todo el mundo” una cooperación “desafortunadamente muy estrecha entre organizaciones terroristas con el crimen organizado.”
- “Ellos cooperan muy fluidamente. De hecho, no se sabe generalmente cuando termina el crimen organizado y cuando empieza el terrorismo, porque muchos de estos grupos terroristas están muy, muy involucrados en el crimen organizado”, apuntó.
Citó como ejemplo a Hezbollah, como uno de los grupos más grandes traficantes de drogas en Siria y en todo Oriente Medio.
- Por tanto, dijo que Israel ha invitado a los países democráticos “que quieren conservar su estado de Derecho y su libertad” a estrechar sus relaciones y cooperación para hacer frente a esos desafíos, como el terrorismo y el crimen organizado.
- Aseguró que Israel está luchando contra el terrorismo de Hamas, de Hezbollah y el de Irán, país al que identificó como el líder de ese eje “que tiene como objetivo la violencia, el odio y el terrorismo, en particular en el Medio Oriente.”
Advirtió que en Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega “eligió a Irán como aliado” a pesar, de que “Irán es el mayor promotor del terrorismo en el mundo.”
La diplomática dijo que Israel ha lanzado una advertencia a los israelíes que residen en Nicaragua por ese motivo.
Centroamérica: el huracán del narcotráfico
Centroamérica es y ha sido tradicionalmente zona de paso de la cocaína desde los centros de producción sudamericanos con dirección a Estados Unidos. Ni siquiera Costa Rica es ya excepción. Durante largo tiempo considerada un oasis de tranquilidad en la región, ha visto aumentar la violencia ligada al narcotráfico en los últimos años.
- Un reciente artículo del New York Times al respecto causó revuelo en el país. En él, se cita un documento del Departamento de Estado de EE.UU., según el cual, «desde 2020, Costa Rica figura entre los primeros puntos de transbordo de cocaína desde Sudamérica hacia Estados Unidos y Europa, lo que ha provocado un aumento de la delincuencia y la corrupción».
- En conversación con DW, el ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, Mario Zamora, coincidió con la realidad descrita, pero subrayó que «ese artículo hace referencia a la situación de 2020, y este 2024 hemos logrado una reducción visible en cuanto a la estadística que se lleva en esta materia».
- Aunque el caso de Costa Rica llame la atención, hay que situarlo en el contexto centroamericano. «Es un problema de la región», dice a DW Alex Papadovassilakis, analista de Centroamérica en InSight Crime. «Guatemala y Honduras han sido los países históricamente más fuertes en el trasiego de cocaína. Pero Panamá y Costa Rica tienen también su lugar en el panorama, pues los dos tienen puertos importantes».
El experto agrega que «hay países donde el problema ha sido más grave, pero hay rutas de trasiego de cocaína en todo Centroamérica, incluyendo El Salvador y Belice. Y suelen cambiar, según las dificultades que encuentren».
Nuevos elementos
También Carolina Duque, investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV), de la Universidad Nacional Tres de Febrero, en Argentina, hace notar que «los países de Centroamérica siempre han estado en la cadena del narcotráfico como países de tránsito de la droga».
Pero consigna algunas novedades. «En la última década, en algunos países, como Honduras y Guatemala, han aparecido cultivos ilícitos de coca. No en gran escala, pero las mafias pueden estar avanzando en cambiar los sitios de producción de cocaína, por la logística y los costos de producción», dice a DW.
- Un estudio de la Universidad de Ohio, publicado en la revista Environmental Research Letters, plantea que, «desde 2017, grupos delictivos organizados han estado estableciendo plantaciones de coca en América Central para la producción de cocaína.
- Esto ha roto el largo monopolio de Sudamérica sobre la producción de hoja de coca». De acuerdo con sus autores, «el 47% del norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y Belice) presenta características biofísicas muy adecuadas para el cultivo de coca».
- Otro elemento nuevo es la utilización de áreas protegidas. «Considero importante llamar la atención de cómo el narcotráfico y las mafias empiezan a usurpar tierras y territorios de áreas protegidas para instalar pistas clandestinas, plantaciones.
Lo cual también implica deforestación, acabar con la biodiversidad», afirma Carolina Duque. Por otra parte, habla de una «diversificación de los mercados criminales» que también facilita el narcotráfico. Por ejemplo, menciona que «la trata de personas ha aumentado en Centroamérica» en el marco de las migraciones. /PUNTOporPUNTO
Documento Íntegro a Continuación:
https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/perspectives/PEA3500/PEA3585-1/RAND_PEA3585-1.pdf