TEXTO ÍNTEGRO: Aumento de las TEMPERATURAS eleva las PLAGAS de ratas en las GRANDES CIUDADES

En América, Washington y San Francisco son las ciudades con más avistamientos de ratas, seguidas de Toronto (Canadá) y Nueva York.

Los avistamientos de ratas son cada vez más frecuentes en muchas ciudades del mundo. Un nuevo estudio, que inspeccionó las quejas relacionadas con las ratas, descubrió que el aumento de las temperaturas debido al cambio climático está creando una «tormenta de ratas perfecta» y permitiendo el florecimiento de las poblaciones.

  • En el primer examen de este tipo, se estudiaron 16 ciudades para determinar cómo las poblaciones modernas de ratas se están viendo afectadas por los humanos. Algunas grandes ciudades, como Londres y París, no se incluyeron por falta de datos.
  • No obstante, resultados de las 16 ciudades consideradas pueden servir de baremo para medir todos los entornos urbanos. La conclusión del estudio es que, a medida que se calientan las temperaturas, las ciudades están en riesgo de ser invadidas por las ratas.

Aunque hasta ahora las poblaciones de ratas eran difíciles de contabilizar debido a la forma en que viven y se esconden los roedores, este nuevo estudio de la revista ‘Science Advances‘ se ha centrado en las quejas de las ratas y ha identificado 11 grandes ciudades del mundo que las han visto aumentar.

Las ciudades más y menos infestadas de ratas del mundo

La peor ciudad europea en cuanto a infestación de ratas es Ámsterdam. De las 16 ciudades estudiadas, se considera que Ámsterdam es la quinta con mayor crecimiento de población de ratas, sólo por detrás de Nueva York.

  • En América, Washington y San Francisco son las ciudades con más avistamientos de ratas, seguidas de Toronto (Canadá) y Nueva York. En particular, Washington registra una tendencia al aumento de los avistamientos de ratas, un 50% más que Nueva York. Las autoridades de Washington no han respondido a las solicitudes de comentarios.

Sólo tres ciudades registraron tendencias significativas a la baja: Nueva Orleans, Louisville y Tokio. La ciudad de Luisiana, cuna del Mardi Gras, registró el mayor descenso en la notificación de ratas.

El cambio climático es en parte responsable del aumento del número de ratas

Un análisis estadístico del aumento de las denuncias de ratas en esas ciudades realizado por los investigadores concluyó que algo más del 40% de la tendencia observada se debe al calentamiento de las temperaturas por la combustión de carbón, petróleo y gas natural.

La razón de este alarmante aumento se reduce al sexo y la alimentación, según Jonathan Richardson, autor principal del estudio y biólogo de la Universidad de Richmond.

  • «Estamos viendo estas tendencias crecientes de ratas en las ciudades que se están calentando más rápidamente, probablemente porque se trata de un mamífero pequeño que tiene desafíos fisiológicos en los meses de clima frío», dijo Richardson.

«Si el clima se calienta y el invierno empieza una o dos semanas más tarde y la primavera llega una o dos semanas antes, son una, dos o incluso tres o cuatro semanas a lo largo de todo el año en las que las ratas pueden estar en la superficie buscando comida, obteniendo más alimento y quizá exprimiendo uno o dos ciclos reproductivos más».

Aunque un mes más puede no parecer mucho, las ratas hembras pueden tener una camada cada mes, y cada camada puede tener de ocho a 16 crías. Richardson explicó que esto «es una receta para el crecimiento acelerado de la población».

  • El aumento de roedores en las ciudades supone un enorme riesgo para la salud humana
    El estudio concluye que la reproducción de las ratas también va en aumento debido a otros dos factores humanos cruciales: el incremento de la urbanización y la mayor densidad de población en las ciudades.
  • A las ratas les gusta el entorno urbanizado y estar cerca de las personas y sus desechos. Múltiples expertos han afirmado que las ratas comen esencialmente en la misma mesa que los humanos.
  • «La rata es el tercer mamífero más exitoso, por detrás de los humanos y los ratones domésticos. Así que evolucionó y se diseñó para vivir junto a nosotros», dijo la zar antirratas de Nueva York, Kathleen Corradi, durante un descanso en una conferencia en Nueva Orleans sobre la mejora de la gestión de plagas.

«Han seguido a los humanos, homosapiens, a través de los continentes y están en todos los continentes excepto en la Antártida. Así que se considera un problema perverso». Aunque las ratas son inteligentes y muy adaptables, Richardson y otros expertos afirman que constituyen un grave problema para las personas.

«Cuando las poblaciones de roedores son altas, la gente enferma, los vehículos de motor quedan inutilizados, la salud mental disminuye, se provocan incendios y se ensucian los alimentos», afirmó Michael Parsons, experto en ratas de Houston que no participó en el estudio.

A la gente le molestan las ratas, con razón, por «un miedo innato causado por un organismo que puede enfermarnos».

El primer estudio examina las poblaciones urbanas de ratas

  • Los investigadores no han tenido buenas cifras sobre las ratas. Debido a su forma de vivir y esconderse, no son tan fáciles de contar como otros bichos, por lo que éste es uno de los primeros intentos de cuantificarlas.
  • El estudio no ha contado las ratas, sino que tiene en cuenta las quejas de la gente relacionadas con ellas. Varios expertos externos afirmaron que el estudio es legítimo, sensato y muy necesario.

«Este trabajo es, con diferencia, el mayor esfuerzo basado en datos para comprender los cambios en las poblaciones urbanas de ratas que se haya intentado jamás», afirmó el profesor de Ecología de la Universidad de Drexel Jason Munshi-South, que no participó en la investigación.

  • Como las estadísticas se remontan a años atrás y sólo se han tenido en cuenta las ciudades que no han cambiado sus métodos de notificación, Richardson afirma que las tendencias detectadas tienen valor científico.
  • Aunque Washington tenga la tendencia al alza más alta, eso no significa que tenga más ratas, ni siquiera que haya más avistamientos de ratas. Lo que ocurre es que el número de ratas aumenta más rápidamente en la ciudad.
  • Observar las pocas ciudades donde los informes sobre ratas han descendido puede ayudar en la lucha contra las ratas. Sin embargo, el estudio observa que la solución no es más veneno o trampas, sino la prevención.

«En Nueva Orleans hacen un gran esfuerzo por salir a los barrios y organizar talleres y campañas educativas para hablar con los residentes sobre lo que hace que una propiedad tenga menos probabilidades de tener ratas», afirma Richardson. Nueva York ha intensificado recientemente su lucha contra las ratas con medidas como la sustitución de las bolsas de basura en la calle por contenedores resistentes a las ratas y la inscripción de personas en lo que denomina un escuadrón de élite de cazadores de ratas, bautizado como ‘NYC rat pack’.

«A medida que nuestras ciudades se calientan, urbanizan y (aumentan en) densidad, creamos más recursos para las ratas, lo que podría dar lugar a un mayor aumento de su número», afirma en un correo electrónico Kaylee Byers, científica de salud y ratas de la Universidad Simon Fraser.

  • Podemos combatirlas mejor, pero al final la gente «necesita coexistir con la vida salvaje en los entornos urbanos, incluso con las ratas», afirmó Neil Carter, científico conservacionista de la Universidad de Michigan.
  • «Cero ratas es imposible», afirma Richardson. «Pero creo que la expectativa de que tenemos que vivir con el número de ratas que estamos viendo en muchas de estas ciudades es también una perspectiva poco saludable de este problema».

Temperaturas más cálidas y ciclos de vida más largos

El estudio destaca cómo las temperaturas más elevadas están alterando los ciclos de vida de las ratas. En inviernos fríos, estos roedores suelen refugiarse en interiores o bajo tierra, reduciendo su actividad y, en consecuencia, su capacidad de reproducción.

Sin embargo, los inviernos más suaves, resultado del cambio climático, están eliminando esta barrera estacional, permitiendo que las ratas se reproduzcan durante más tiempo y en mayor cantidad.

  • Richardson y su equipo analizaron datos de avistamientos de ratas recopilados durante más de una década en 16 ciudades, incluidas Tokio y Ámsterdam. En 11 de estas ciudades, los avistamientos aumentaron de manera significativa.
  • En Washington, D.C., por ejemplo, los reportes de ratas se incrementaron en más del 300% en los últimos diez años, mientras que en Nueva York el aumento fue del 162%.
  • Según el estudio, las ciudades con mayor densidad de población y menos espacios verdes son las más afectadas, ya que estas condiciones favorecen la supervivencia y reproducción de los roedores.

La investigación también sugiere que los veranos más cálidos pueden estar impulsando cambios en la biología de las ratas, haciéndolas más resistentes y adaptadas al entorno urbano. Con una mayor disponibilidad de alimento y menos períodos de inactividad, las poblaciones de ratas han logrado crecer de forma exponencial en las principales ciudades del mundo.

El papel de la gestión de residuos en la proliferación de ratas

  • Aunque el cambio climático es un factor clave en el aumento de la población de ratas, no es el único responsable. Según detalló The Washington Post, la mala gestión de residuos en las ciudades también juega un papel crucial.
  • Basura mal almacenada, bolsas rotas y contenedores abiertos proporcionan a las ratas un suministro constante de alimento, lo que facilita su reproducción y expansión en el entorno urbano.

Algunas ciudades han implementado medidas innovadoras para combatir este problema. En Washington, D.C., se ha creado una “academia de ratas”, donde administradores de propiedades y exterminadores privados reciben capacitación en la identificación y eliminación de infestaciones.

  • Por su parte, Nueva York ha contratado a un “zar de las ratas”, encargado de liderar un plan para asegurar la basura en contenedores herméticos, dificultando el acceso de los roedores a los desechos.
  • Sin embargo, los expertos advierten que estas iniciativas, aunque útiles, no son suficientes para abordar el problema de manera integral.
  • La combinación de factores como el calentamiento global, la urbanización y una deficiente infraestructura de saneamiento contribuyen a la rápida expansión de las poblaciones de ratas en entornos urbanos.

La dificultad de medir y controlar el problema

Uno de los mayores desafíos en la lucha contra las ratas es la falta de datos precisos sobre sus poblaciones. Según Niamh Quinn, asesora en interacciones entre humanos y vida silvestre de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California, pocas ciudades cuentan con planes municipales específicos para el manejo de ratas, y aún menos realizan censos de estos animales.

En lugar de monitorear directamente las poblaciones de ratas, los investigadores suelen basarse en el número de quejas presentadas ante las autoridades de salud pública como un indicador indirecto. Aunque este método no es perfecto, Richardson asegura que es un “proxy bastante fiel” para estimar el tamaño de las poblaciones urbanas de roedores.

Por su parte, Kaylee Byers, experta en ratas urbanas y profesora asistente en la Universidad Simon Fraser de Canadá, coincidió en que los datos disponibles son limitados, pero destacó la importancia del estudio como un primer paso para comprender la relación entre el cambio climático y las ratas. Byers señaló que sería valioso realizar investigaciones adicionales en laboratorios para analizar cómo los cambios de temperatura afectan la fisiología de estos animales.

Hacia una estrategia sostenible para el control de ratas

  • Con las temperaturas globales en constante aumento, los expertos subrayan la necesidad de que las ciudades adopten enfoques más sostenibles y preventivos para controlar las poblaciones de ratas.
  • Según Richardson, en lugar de depender únicamente de métodos como el envenenamiento, las autoridades deberían centrarse en eliminar las fuentes de alimento y refugio que permiten a las ratas prosperar en las ciudades.
  • “Entender que el calentamiento climático puede llevar a un aumento generalizado de las ratas no es una buena noticia”, afirmó Richardson, “pero es crucial conocer los desafíos que se avecinan para poder asignar más recursos y tratar de frenar esta tendencia”.

El estudio no solo pone de manifiesto un problema emergente, sino que también resalta la interconexión entre el cambio climático y los desafíos urbanos. A medida que las ciudades se enfrentan a un futuro más cálido, la lucha contra las ratas se perfila como un nuevo frente en la batalla por la sostenibilidad y la calidad de vida en los entornos urbanos.

¿Las ratas son transmisoras de enfermedades o aliadas en la ciencia?

  • Los roedores, en especial ratas y ratones, se suelen asociar a la transmisión de enfermedades, aunque a pesar de su abundancia en todo el mundo solo el 12% de las especies son fuentes conocidas de patógenos que también infectan a las personas.
  • La revista Science dedicó un especial a los roedores, sobre todo a las ratas, y a las complejas y estrechas relaciones que mantienen con los humanos, desde causa de enfermedades a valiosos animales de laboratorio.

Es precisamente como objeto de estudio como se ha visto que las ratas son inteligentes, se ríen si les hacen cosquillas y pueden mostrar empatía.

Los humanos son responsables de que ratones domésticos, ratas marrones y negras sean algunas de las pocas especies que pueden encontrarse en casi todas partes y a menudo causan graves daños a los almacenes de alimentos, los cultivos, la fauna y los ecosistemas, escriben los editores de la revista en la introducción.

Entre los diferentes artículos, uno se dedicó a los roedores y su papel como reservorio de enfermedades que se pueden contagiar a los humanos, encabezado por Felicia Keesing del Bart College.

  • Prácticamente todas las especies de roedores que viven en estrecha asociación con los humanos se sabe que son reservorios de patógenos zoonóticos, mientras que aquellos no cercanos a las personas raramente lo son, escriben los autores.
  • Pese a su presencia y abundancia en todo el mundo, solo el 12% de las especies de roedores son hospedadores zoonóticos conocidos, que comparten rasgos predecibles vinculados a la transmisión de patógenos al ser humano.
  • De ellos, el 10% son reservorios y transmiten de uno a tres patógenos y el 2% son hiperreservorios (más de tres patógenos), precisa el estudio, que pasa revista a la contribución de estos para la propagación de tres importantes enfermedades infecciosas: la peste, la fiebre de Lassa y la enfermedad de Lyme.

En la actualidad, más de 150 especies de roedores se consideran sinantrópicas (conviven con humanos en ambientes urbanos o semiurbanos) y, de ellas, seis lo son de forma extrema (viven casi exclusivamente donde hay gente).

De esa media docena, el trío formado por la rata negra, la noruega y el ratón doméstico es reservorio de una media de 26 patógenos zoonóticos cada uno.

Las ratas y sus complejas capacidades cognitivas son objeto de otro de los artículos, en el que el investigador de la Universidad de Tel-Aviv Inbal Ben-Ami Bartal recuerda que durante décadas la investigación sobre las emociones de estos animales se han limitado al miedo, la ansiedad y el dolor.

  • Sin embargo, son inteligentes y capaces de mostrar empatía y comportamientos prosociales, como ayudar a otros congéneres en apuros abriendo puertas o tirando de una cadena para liberarlos.
  • Esta complejidad cognitiva y emocional plantea problemas éticos sobre su tratamiento en la investigación, donde a menudo se pasa por alto su bienestar, escribe Bartal.
  • Aunque las ratas han desempeñado un papel crucial en el avance de los descubrimientos científicos, incluso en neurociencia y medicina, cada vez es más necesario mejorar sus condiciones de vida para reflejar mejor sus comportamientos y necesidades naturales.

El investigador considera a la rata como “héroe olvidado de los descubrimientos científicos”, la cual “hace mucho por la Humanidad” a lo que se pregunta si “estamos haciendo lo suficiente por ellas”. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro a Continuación:

https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.ads6782

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