De los muchos frentes abiertos que México tiene con Donald Trump, el tema del agua es el menos visible, pero el que tiene mayor potencial de causar daños inmediatos.
Según un tratado firmado en 1944, México debe enviar a EE.UU. 1,75 millones de acres-pies de agua —equivalentes a unos 2.160 millones de metros cúbicos— en ciclos de cinco años, un promedio de 350.000 acres-pies por año, provenientes de sus afluentes al Río Grande. A cambio, México espera recibir 1,5 millones de acres-pies anuales de parte de EE.UU. a través del río Colorado. Este acuerdo, considerado un ejemplo de cooperación transnacional, ha establecido un mecanismo diplomático para resolver disputas locales y ha protegido los recursos hídricos a lo largo de la frontera durante más de siete décadas.
- Sin embargo, desde principios de la década de 1990, México ha tenido dificultades para cumplir sus compromisos, enfureciendo a los agricultores y empresarios de Texas que dependen del Río Grande para el riego. Con el agravamiento de las sequías y la escasez de agua, los incumplimientos y las tensiones fronterizas también han aumentado. En el actual quinquenio, México ha entregado apenas un tercio del volumen estipulado, y es poco probable que logre compensar el déficit antes de que el ciclo termine en octubre.
- El déficit ya llevó a Trump a amenazar este mes con imponer aranceles, e “incluso sanciones” a México si no envía el agua a Texas. En una decisión sin precedentes, EE.UU. rechazó en marzo una solicitud mexicana para recibir un suministro especial de agua en Tijuana, citando el incumplimiento del tratado. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondió rápidamente, prometiendo suministrar más agua a Texas, confiar en que la próxima temporada de lluvias ayudará y alcanzar “un acuerdo razonable” entre ambos gobiernos.
Pero Sheinbaum solo está ganando tiempo: México no tiene suficiente agua para cumplir con el tratado, y el suministro adicional a EE.UU. tendrá que hacerse a costa de los agricultores mexicanos, los principales consumidores de agua y un grupo con gran influencia política.
- Rosario Sánchez, investigadora principal del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, estima que ni siquiera desviando toda el agua de los estados de Nuevo León y Tamaulipas —una opción inviable— se lograría cumplir con la obligación. “El problema ya alcanzó un nivel que no debería haber alcanzado”, me dijo. “Solo un gran huracán podría llenar los embalses este verano”.
El tema ha desatado la indignación en las comunidades del lado estadounidense, con funcionarios como el senador Ted Cruz acusando a México de “robar cantidades masivas de agua”. El conflicto golpea a dos bases republicanas clave que Trump busca proteger: los agricultores de Texas y el propio estado. Un indicio claro de esta estrategia fue la destitución, la semana pasada, de Maria-Elena Giner, máxima autoridad federal en la Comisión Internacional de Límites y Aguas, lo que sugiere que la Casa Blanca planea adoptar un enfoque mucho más duro.
- Las tensiones aumentarán a medida que llegue el verano en el hemisferio norte, sumándose a los conflictos ya existentes entre EE.UU. y México en migración, comercio y seguridad. Si Sheinbaum cree que basta con captar más agua aquí y allá, subestima la gravedad del problema. México tendrá que navegar en un entorno político cada vez más hostil, donde las demandas legítimas de EE.UU. se mezclarán con la tentación de convertir a su vecino del sur en el chivo expiatorio de una escasez de agua causada por factores sistémicos.
La realidad medioambiental actual es muy distinta a la de hace más de 80 años, cuando se firmó el tratado: el cambio climático altera los patrones de lluvias, las sequías son más frecuentes, el consumo de agua se ha disparado con el crecimiento poblacional y empresarial, mientras que la calidad del agua se deteriora y el envejecimiento de las infraestructuras provoca mayores pérdidas.
- Franck Gbaguidi, director de sostenibilidad de Eurasia Group, plantea nuevas inversiones en infraestructura hidrológica y cambios en los patrones de consumo y contaminación del agua como posibles soluciones a largo plazo. Sin embargo, advierte que la retórica incendiaria se intensificará en los próximos meses.
- “Culpar a México por la escasez de agua en el sur de EE.UU. es un discurso políticamente conveniente para la administración Trump”, me dijo. “Sheinbaum tiene las manos atadas. También podría adoptar una postura más populista, quizá culpando a las empresas extranjeras, especialmente a las estadounidenses, de agravar la crisis hídrica”.
Una vez que se reconozca que México no podrá cumplir con todo el suministro de agua estipulado para este año, el mejor camino será que ambos países negocien un nuevo marco dentro del tratado, conocido como un “minuto”, que refleje la realidad actual del Río Grande. La escasez de agua impacta gravemente a ambos lados de la frontera, y los gobiernos deben encontrar una solución técnica que implique concesiones mutuas.
- México necesita garantizar la fiabilidad y previsibilidad de sus entregas, como exige Texas, ya que las empresas no pueden planificar sin saber cuándo llegará el agua. A su vez, Estados Unidos tendrá que aceptar un recorte en los envíos mexicanos, tal como ya ocurrió con las asignaciones del río Colorado.
Un nuevo marco que aborde de forma más integral estos problemas estructurales sería la solución lógica. Sin embargo, la política rara vez sigue caminos razonables. El riesgo para México es claro: una Casa Blanca beligerante podría presionar para renegociar todo el tratado, un escenario que el gobierno mexicano quiere evitar a toda costa ante el temor de mayor incertidumbre. Ceder demasiado en las negociaciones sobre el agua también sería políticamente arriesgado para Sheinbaum.
Casi la mitad de las presas del norte del país tienen menos de 20% de agua
Con niveles de hasta cero por ciento de llenado, 16 de las 40 presas que hay en los estados del norte del país están llenas a menos del 20 por ciento de su capacidad, según el Monitoreo de las Principales Presas de México del Sistema Nacional de Información del Agua.
El monitor de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) mide el Nivel de Aguas Máximas Ordinarias (NAMO) que tienen las presas en México; hasta este 17 de abril los datos muestran que los estados norteños más afectados por falta de agua en sus presas son Sonora, Chihuahua y Coahuila.
- Entre las presas más afectadas por la falta de agua se incluyen la presa Internacional La Amistad, en Coahuila, con 13.7 por ciento de llenado; y la la presa Internacional Falcón, en Tamaulipas, con 8.8 por ciento de llenado.
- Ambos embalses son los que utiliza México para pagar a Estados Unidos los 2 billones 185 mil litros de agua en periodos de cinco años, que estipula el Tratado de Aguas de 1944 y que en el quinquenio de 2020-2025 nuestro país no ha podido cumplir.
- Sonora es el estado más afectado por falta de agua. Sus nueve represas promedian apenas 11 por ciento de su capacidad de llenado, incluso la presa Abelardo Rodríguez Luján, en Hermosillo, la capital sonorense, registra cero por ciento de llenado.
Además, la presa Adolfo Ruiz Cortines, en Mocúzari, Sonora, tiene apenas 0.7 por ciento de llenado; la presa Cuauhtémoc, en Santa Teresa, tiene tres por ciento; y la presa Ing. Rodolfo Félix Valdés, en El Molinito, cuenta con 3.9 por ciento de llenado, según datos del monitor
- Otro de los estados más afectados por la carencia hídrica es Chihuahua, en donde las 10 presas que hay en la entidad promedian 32 por ciento de llenado, pero dos de sus embalses mantienen niveles críticos; la presa El Tintero con 9.5 por ciento y la presa Las Lajas con 7.3 por ciento.
- En Coahuila, sus cinco presas promedian 50 por ciento de llenado; las cuatro presas de Baja California alcanzan el 65 por ciento en promedio; 70.8 por ciento las ocho embalses de Tamaulipas; y 85 por ciento los cuatro diques de Nuevo León.
La sequía en el norte de México y la falta de agua en presas como La Amistad y Falcón, abrieron un nuevo frente de disputa entre México y Estados Unidos la semana pasada cuando el presidente estadounidense Donald Trump amenazó a nuestro país con aranceles y sanciones si no cumple con el Tratado de Aguas de 1944.
Algunas están al 0% de su capacidad
Hay algunas que se reportan prácticamente secas, como la Abelardo L. Rodríguez, en Hermosillo, Sonora, al 0.0%, o en 1% la Adolfo Ruiz Cortines, en Álamos.
Rosario Sánchez, investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, recordó que 2025 será uno de los años más calientes de la historia y los pronósticos no son positivos.
- En entrevista, aseguró que el gobierno ya no debe estar esperanzado a que mejoren las condiciones climáticas. “Por lo menos en los últimos 30 años el país le apuesta a las lluvias de verano, pero eso es un lujo”.
- En el norte de México el sistema de presas, en estados fronterizos, de las cuales depende el consumo humano, lo agropecuario, la industria y el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, está en agonía, porque los embalses se encuentran en sus niveles históricos más bajos y apenas comienza la temporada más seca y calurosa del año, donde las temperaturas extremas aumentan la evaporación, mientras que el consumo se intensifica.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua y Monitoreo de las Principales Presas en México, existen 41 embalses en estados de la frontera con la Unión Americana, las cuales están a 47.4% de su capacidad, pero existen 10 presas con niveles alarmantes que son:
La Abelardo L. Rodríguez en Hermosillo, a 0.0%; la Adolfo Ruiz Cortines en Álamos, al 1%; la presa Cuauhtémoc en Altar, a 3%; la Rodolfo Félix, a 4%; la Ignacio Alatorre, a 7% y la Lázaro Cárdenas, a 9%, todas estas de Sonora; mientras que en Chihuahua la presa Las Lajas está a 7%; El Tintero, a 10%; y Las Vírgenes, a 12%; mientras que la presa Internacional Falcón, en Tamaulipas, está en 9%, un nivel alarmante considerando que es de donde se extraerá agua para mandar hacia Estados Unidos.
- Entre los casos más alarmantes también está la presa La Amistad, en Coahuila, con apenas 12.7% de llenado, con la cual estalló la polémica en el municipio de Acuña que acusó extracciones masivas después que el presidente Donald Trump amenazó con aranceles a México si no cubría su adeudo de agua con Estados Unidos.
- Una de las situaciones que más alarma a los especialistas es que toda la región fronteriza es foco rojo de cambio climático y el pronóstico para el verano es que sea uno de los más calurosos y secos de la historia.
Actualmente, 59.3 por ciento del territorio nacional está en sequía, un total de 292 municipios sin agua, destacando sequía de 100% en Sonora, Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua y Durango; también bastos territorios están secos en Coahuila, Nayarit y Guanajuato.
Para contrarrestar los efectos del cambio climático y garantizar el derecho humano de la población al agua en calidad y cantidad suficiente, el gobierno de México presentó el Plan Nacional Hídrico que contempla el ordenamiento de concesiones, tecnificación de actividades agropecuarias, saneamiento de ríos e impulsar el desarrollo de 16 proyectos estratégicos para dotar de agua potable a las zonas de mayor estrés hídrico, con obras de protección a la población.
Por ejemplo, en Sonora donde el sistema de presas está a 15% de su capacidad y donde actualmente hay una presa sin una gota y seis embalses con menos de 8% de almacenamiento, el Plan Hídrico Nacional está contemplando la construcción de otras tres presas para abastecer a los pobladores de Hermosillo, capital del estado.
- El proyecto de las tres presas requerirá un presupuesto de 7 mil 500 millones de pesos y comenzará su construcción este mismo año con una partida presupuestal inicial de 500 millones de pesos.
- Actualmente, Hermosillo ya tiene dos presas, la Abelardo L. Rodríguez, totalmente seca, y la Rodolfo Félix Valdez El Molinito, que está a 3.9% de su capacidad; la idea de construir tres presas más: en Sinoquipe, en el río Sonora, y en Puerta del Sol y Las Chivas, en el río San Miguel de Horcasitas, es para acopiar agua, cuando llueva y conducirla a la capital de Sonora con acueductos.
Frente a ello, existe un movimiento de ambientalistas, productores agropecuarios y habitantes de los poblados que colindan con la construcción de las tres presas que están oponiéndose a su construcción porque afirman que no fueron consultados, que se verán afectados, que desconocen el proyecto ejecutivo y que las presas no cuentan con un manifiesto de impacto ambiental; además cuestionan la construcción de tres presas más en cuencas con presas prácticamente secas.
Presas con niveles alarmantes de almacenamiento
- De Sonora, la Abelardo L. Rodríguez, en Hermosillo, a 0.0%.
- La Adolfo Ruíz Cortines, en Álamos, a 1%.
- Cuauhtémoc, en Altar, a 3%.
- La presa Rodolfo Félix, a 4%.
- Ignacio Alatorre, a 7%.
- Y Lázaro Cárdenas, a 9%.
- En Chihuahua, Las Lajas está a 7%.
- El Tintero, a 10%.
- Y Las Vírgenes, a 12%.
- Mientras que la presa Internacional Falcón, en Tamaulipas, está en 9%, un nivel alarmante considerando que es de donde se extraerá agua para mandar hacia Estados Unidos.
Apuestan por clima para saldar la entrega de agua
Históricamente el gobierno mexicano le ha apostado al clima y que en temporada de lluvias habrá tormentas y ciclones tropicales que recuperarán los niveles de las presas, pero esa estrategia es riesgosa e irresponsable, advirtió la doctora Rosario Sánchez, científica investigadora sénior del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, quien recordó que estamos ante uno de los años más calientes de la historia y que los pronósticos apuntan malas condiciones climáticas.
- Los niveles de las presas no están para sacarles el agua, lo que se viene a futuro es complicado si no se vienen buenas condiciones climáticas que es a lo que México le está apostando, porque siempre lo ha hecho, por lo menos en los últimos 30 años, el país le apuesta a las lluvias de verano pero eso es un lujo, apostarle al clima con estas condiciones, es un lujo que no podemos darnos para cumplir un tratado internacional, me parece bastante irresponsable además”, advirtió la especialista.
Rosario Sánchez, quien tiene más de 15 años estudiando los sistemas de aguas transnacionales, aseguró que hasta la fecha México sí ha cumplido con lo estipulado en el Tratado de Aguas de 1944, y aún cuenta con seis meses para entregar el total de 2185 millones de metros cúbicos de agua a Estados Unidos, pero dijo que la administración del presidente Trump está presionando para evitar que el país caiga en déficit, un mecanismo que está previsto en el tratado binacional, y que permitiría a la administración de Claudia Sheinbaum entregar menos agua del río Bravo, antes las condiciones de sequía extrema en la región fronteriza.
México no debe nada, solamente el presente ciclo 36, lo que Estados Unidos trata de evitar es que México caiga en déficit, como lo permite el tratado, porque si cae en déficit es menos agua, es decir, menos compromiso, el tratado lo permite tiene esa flexibilidad; si no hay suficiente agua, pues viene el déficit, y lo puede hacer legalmente. México actualmente está en el cumplimiento del tratado, el problema es que esa flexibilidad que le otorga el tratado ya no refleja las necesidades reales y mucho menos de Estados Unidos, todos (ambos lados de la frontera) padecen la misma escasez de agua”, explicó.
- El ciclo 36, en el que actualmente están ambos países dentro del Tratado de Aguas de 1944, comenzó el 25 de octubre de 2020, y terminará el 24 de octubre de este 2025. El compromiso anual es de 431.7 millones de metros cúbicos; pero al corte del 15 de marzo de 2025, México solo ha entregado 602.7 millones de metros cúbicos.
- Trump lanzó otra amenaza: “Me aseguraré de que México no viole nuestros tratados ni dañe a nuestros agricultores texanos. Mi secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, está defendiendo a los agricultores texanos, y seguiremos aumentando las consecuencias, incluyendo aranceles y, tal vez, incluso sanciones, hasta que México respete el tratado”.
Actualmente México acumula un adeudo de más de tres años de entrega de agua a EU debido a las sequías, le falta cumplir con 72 por ciento del compromiso.
La sequía no da tregua a los productores agrícolas del norte de México
La sequía no da tregua a los productores agrícolas del norte de México.
- Si bien a nivel nacional el almacenamiento de agua en las 210 presas destinadas para la actividad agrícola está en 46 %, en estados como Sinaloa y Sonora las cosas pintan diferente.
Datos del Monitor de Sequía y Agua en Presas señalan que en las primeras semanas de abril, en Sinaloa, uno de los principales estados productores de hortalizas y granos, la capacidad de almacenamiento de las 11 presas agrícolas está en 7.1 %. El año pasado, en el mismo mes, el promedio era de 12.5 %.
- En tanto, en las nueve presas disponibles para agricultores de Sonora el promedio de capacidad es de 12.2 %.
- Enrique Riveros, expresidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, confirmó que las presas de Sinaloa están al nivel histórico más bajo por la falta de l luvias y la mayor demanda de agua.
La expectativa de otro año con menos siembra y rendimiento en cosechas es mayor, dijo, debido a que 80 % de la producción en l a entidad depende del riego y hay poca disponibilidad de agua en las presas./Agencias-PUNTOporPUNTO