La Universidad Iberoamericana consideró que las protestas lanzadas en 2012 contra el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto resultaron una advertencia de lo que resultaría su sexenio: la concreción de una propuesta política que tuvo su mayor alcance en los primeros dos años de gobierno, y que dedicó los siguientes cuatro a defender sus logros y errores al frente de la administración federal.
• Con motivo del sexto informe de gobierno de Peña Nieto y en remembranza de aquella protesta de estudiantes del 11 de mayo de 2012, en la que el entonces aspirante presidencial tuvo que esconderse en los baños del centro de estudios.
• La Doctora Ivonne Acuña Murillo publicó un artículo en el que hizo un balance de la administración peñista que, desde su opinión, tuvo en la Casa Blanca, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y el llamado «gasolinazo», los puntos más críticos de su sexenio.
• «No queda más que sostener que las protestas en contra de Peña durante la campaña presidencial no fueron injustificadas ni producto de la inexperiencia o pasión juveniles, sino resultado de la observación de hechos concretos que sumados a la evidencia posterior permiten afirmar: la IBERO tenía razón».
De acuerdo con Acuña Murillo, pese a su intento de dejar como legado la aprobación e implementación de las reformas estructurales, el gobierno de Peña Nieto pasará a la historia por la corrupción, impunidad, desigualdad, justicia para unos cuantos, cultura de la abundancia y repunte de la inseguridad.
«Al final, el de Peña fue un sexenio atípico, toda vez que no alcanzó la cumbre de su poder, la cual, según la tradición sexenal, ocurre hacia el final del tercer año, dado que su debacle comenzó hacia el final del segundo. Se podría decir que fue un sexenio de dos años y que los siguientes cuatro fueron ocupados para defender lo hecho en los dos primeros», señaló la académica. /CON INFORMACIÓN DE SDP- NOTICIAS