SEMBRANDO VIDA un FRACASO; 8 de los 10 municipios beneficiarios bajo la POBREZA

En agosto pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hizo un corte de caja: 3 millones 800 mil mexicanos se habían sumado al sector de pobreza en lo que iba del sexenio, un aumento del 7.3 por ciento respecto de 2018

Aun cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador impulsó uno de sus programas prioritarios, Sembrando Vida, en zonas de alta marginación, con el objetivo de que su situación mejorara, los resultados aún no son visibles.

  • Solo en dos de los 10 municipios con más beneficiarios de Sembrando Vida se redujo la pobreza. Se trata de Palenque, Chiapas, y Tenosique, Tabasco. En el primer caso, el porcentaje de la población en esa circunstancia pasó de 77% en 2015 a 69.9% 2020 y en el segundo, de 55.4% a 54.1%.
  • En cambio, en ocho de los 10 municipios con más beneficiarios del programa, contrario a lo que se esperaba, aumentó el porcentaje de población en situación de pobreza. Ocosingo, Chiapas, y Balancán, Tabasco, ocupan los primeros lugares.

De acuerdo con los resultados de la Medición de pobreza a nivel municipal 2020 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el municipio chiapaneco con 17,517 beneficiarios del programa tenía en 2015 al 86.5% de su población en esta condición, y para el 2020 subió a 92.5%, con 209,226 personas pobres.

En el caso de Balancán, el porcentaje de población en situación de pobreza pasó de 58.1% a 61.8%, con un aumento de 1,644 personas en cinco años. A esta localidad, ubicada en los límites de Guatemala, la acompañan Macuspana, Cárdenas y Huimanguillo, donde también aumentó la marginación de 54.1% a 69.3%, 55.3% a 56.1%, 56.3% a 62.1% y de 29% a 35.8%, respectivamente.

  • En junio pasado, CONNECTAS y Política Expansión documentaron que en la Cuenta Pública de 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que en Tabasco –la tierra del presidente Andrés Manuel López Obrador– se dio una cobertura de 112.2% de la población objetivo, beneficiando a 55,456 personas, convirtiéndose, en el segundo estado con mayor número de beneficiarios, después de Chiapas.

La ASF alertó que en la entidad se otorgaron recursos a 6,011 personas que no formaban parte de la población objetivo, con lo que el estado fue beneficiado sin ocupar los índices más altos de pobreza.

Algo que también fue detectado por el propio Coneval según su reporte Plataforma para el Análisis Territorial de la Pobreza, presentado en mayo pasado. En ese estudio, el consejo hizo una comparación entre los beneficiarios de un programa y las personas en situación de pobreza –a 2015– del municipio donde opera el programa.

  • De acuerdo con su metodología, cuando el resultado es 1 la participación de personas beneficiarias es proporcionalmente igual a la participación de personas en situación de pobreza; cuando se acerca a cero la participación de personas beneficiarias es menor que la participación de personas en situación de pobreza; y cuando es mayor que 1, muestra que la participación de personas beneficiarias es mayor que la de personas en situación de pobreza.
  • Esto último fue lo que encontró en el programa Sembrando Vida, el cual tiene beneficiarios en 815 municipios que se localizan al sureste del país, en los estados que colindan con el Golfo de México, como Veracruz, Tabasco y Campeche.

“La relación de las participaciones en este programa es mayor que 1 en 56.8% de los municipios donde tiene beneficiarios el programa, lo que quiere decir que la proporción de beneficiarios es mayor, que la parte de la población en situación de pobreza en el mismo municipio”, señaló.

El organismo expuso que en Tabasco se presenta este resultado del indicador en todos sus municipios, y por el contrario, por ejemplo, en Morelos el programa está presente en 22 municipios y en 20 de estos, la relación de las participaciones es menor que 1.

¿Primero los pobres?

En agosto pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hizo un corte de caja: 3 millones 800 mil mexicanos se habían sumado al sector de pobreza en lo que iba del sexenio, un aumento del 7.3 por ciento respecto de 2018; de ellos, 2 millones 90 mil pasaron hasta la extrema pobreza, 24 por ciento más según el informe Medición Multidimensional de la Pobreza 2018-2020.

Al grito de «Primero los pobres», el nuevo Gobierno presume que acabó con el neoliberalismo. Lo que es un hecho es que frenó la reducción de la pobreza que venía desde el 2008.

  • En los últimos 10 años neoliberales, la pobreza disminuyó de 44.4 al 41.9 por ciento, una reducción de 2.5 puntos porcentuales, a una tasa anual promedio de 0.24 al año.
  • La pobreza extrema disminuyó en 3.6 puntos porcentuales también de 2008 a 2018, según el Coneval en su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020.

En ese documento, el organismo gubernamental especializado en medición de pobreza, indica que la pandemia del Covid-19 había puesto en riesgo los logros en desarrollo social, aunque en la página 72 reconoce: «Incluso antes de la pandemia, la economía mexicana mostraba señales de alerta; por ejemplo, desde 2019 se había visto estancado el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)».

  • En junio pasado, ya en pandemia, un análisis del fundador del Coneval Gonzalo Hernández Licona a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, puso en duda el eslogan de «Primero los pobres»: hasta 2018, el 61 por ciento de los hogares más pobres (el 10 por ciento con menos ingresos de la población, conocido como el primer decil del ingreso) reportaron que recibían algún programa por parte del Gobierno, pero en 2019 este porcentaje bajó a 54 por ciento y siguió bajando, a 49 por ciento en 2020, antes de la pandemia y a 50 en 2021.

En el caso del 10 por ciento de las familias con mayores ingresos laborales, el 6 por ciento de ellos recibían algún apoyo en 2018, pero con el gobierno actual subió a 12 por ciento, señala Licona.

«Lo que podemos ver con la información que proviene de la gente, no del Gobierno, es que si bien los apoyos sociales se incrementaron en monto general de 2018 a 2020, a las personas más pobres les toca como 34 por ciento menos con relación a los sexenios pasados. Lo que se ha hecho con el reparto de programas no ha sido para favorecer a los más pobres, como dice el lema de primero los pobres, sino que a los pobres les toca hoy menos», dice Licona, Director de la Red de Pobreza Multidimensional de la Universidad de Oxford, en entrevista.

  • Un resultado parecido reportó en julio el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig): en 2016, el 61 por ciento de los hogares más pobres eran beneficiarios de programas sociales, pero cuatro años después, en 2020, sólo 35 por ciento lo eran.
  • Para los hogares más ricos, indica el Indesig se duplicó el porcentaje de beneficiarios en el mismo periodo. Según ese Instituto, que usó datos de Inegi, el 10 por ciento de hogares más pobres se queda sólo con 10 por ciento del monto total de transferencias del Gobierno, casi lo mismo que el 10 por ciento de los más ricos que se queda con 8 por ciento del total de programas sociales, a pesar de que los primeros son quienes más los necesitan.

Una hipótesis de los analistas de porque los más ricos se quedan con los apoyos sociales es porque tienen más acceso a las oficinas para solicitarlos o tienen internet para darse de alta o porque saben leer y escribir.

La pensión para mayores de 65 años, por ejemplo, se volvió universal con este Gobierno y Carlos Slim, el hombre más rico de México, puede obtenerla e incluso los ex Presidentes.

«(Cuando me retire) voy a vivir de mi pensión del ISSSTE y también ya me va a corresponder lo de la pensión de adulto mayor», dijo López Obrador el 20 de abril.

En el caso del Programa Sembrando Vida, que apoya a campesinos, el primer requisito es tener escrituradas 2.5 hectáreas para plantar árboles.

  • Además de la mala focalizacion provocada por deficiencias en el Censo de Bienestar que realizaron los Servidores de la Nación antes de que el nuevo Gobierno asumiera el cargo, Licona agrega que se prefirió el respeto en las zonas urbanas, porque luce más, a pesar de que las personas más pobres están en el medio rural y porque se redujeron los apoyos a niñas y niños de primaria, secundaria y preparatoria y se favoreció a la gente de las universidades, aunque los más pobres difícilmente llegan al nivel superior. Las Becas Benito Juárez entregan mil 600 pesos bimestrales a estudiantes de nivel básico, y 4 mil 800 en nivel superior.

La falta de focalización de los programas sociales a los más pobres fue señalado por el Coneval en su Evaluación de Diseño con Trabajo de Campo a 17 Programas Prioritarios de Desarrollo Social 2019-2020, publicado en septiembre del año pasado.

«Sería adecuado incluir algunos criterios relacionados con el nivel de ingresos y otros aspectos socioeconómicos de las personas solicitantes y su familia/hogar», dice sobre el Programa de Pensión para Personas con Discapacidad.

«El flujo de dinero en las sucursales es un desafío para las instituciones liquidadoras, sobre todo para aquellas ubicadas en zonas geográficas de difícil acceso», concluye sobre el caso de las Becas Benito Juárez.

«En un mismo plantel, no todos los estudiantes con las mismas características socioeconómicas reciben el apoyo», añade.

«Para que sea un programa exitoso, se tendría que focalizar y analizar cada caso de los posibles beneficiarios y dar beneficios específicos, pero esto por supuesto es más complejo que simplemente repartir tarjetas y dinero», señala en entrevista la directora de la organización civil Causa en Común, María Elena Morera/Agencias-PUNTOporPUNTO

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