AIDA RAMIREZ MARIN
La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) aseguró que el salario mínimo en México ha sufrido una devaluación del 70 por ciento para adquirir la canasta básica, cubrir educación y vivienda, de ahí que las percepciones de los trabajadores se ubican por debajo del umbral de la pobreza.
Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva del organismo internacional, explicó que conforme al diagnóstico hecho sobre el salario mínimo en México, el 14 por ciento de la población económicamente activa percibe dos salarios mínimos con lo que se incumple lo establecido en el artículo 123 constitucional.
Es más, recordó que en dicho artículo se establece que la remuneración debe de ser suficiente para que un jefe de familia pueda proveer de alimento, educación vivienda y hasta de actividades recreativas a su familia.
Durante la inauguración del foro internacional que encabezo el jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, Bárcenas señaló en su videomensaje que México se quedó rezagado con respecto a los logros obtenidos en Brasil Argentina, Chile, que robustecieron el salario de sus trabajadores, lo que tuvo un impacto positivo en la generación de empleo y crecimiento económico.
Observó que el rezago salarial mexicano data de la década de los 80 y se encuentra muy por debajo de lo establecido por la Cepal, es decir, se ubica en 0.66 por ciento cuando el crecimiento debe ser del 3.18.
De su parte y en el mismo sentido en el que se expresó la víspera el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) consideró que aumentar el salario mínimo “por decreto”, no contribuirá a elevar el poder adquisitivo de la población pues se requiere avanzar en la formalización de la economía y el apoyo a las empresas.
“La solución no está en que por decreto aumentemos el salario, porque en la informalidad seguirán teniendo un salario muy bajo los trabajadores. La solución está en promover que las empresas puedan crecer y entrar a la formalidad. Promoviéndolas podrán ofrecer mejores salarios”, dijo Juan Pablo Castañón, presidente del organismo patronal.
Luego de la entrega de reconocimientos del Quinto Concurso Nacional de Reciclaje de Residuos Coparmex–Semarnat 2014, subrayó que 10 por ciento de los mexicanos que perciben un salario mínimo se encuentra en la informalidad, y sólo tres por ciento de quienes laboran en empresas inscritas al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Sostuvo que la mayoría de las empresas formales han ido avanzando en los ingresos netos de los trabajadores, pues se suman a ellos prestaciones sociales.
Por ello, aseveró que en el análisis del incremento al salario mínimo, debe deslindársele como unidad de cuenta para el pago de prestaciones, multas y recargos, entro otros.
“No hablemos de salarios mínimos, porque una buena parte de las empresas los hemos abandonado. Hablemos de ingresos reales de los trabajadores y ahí entran prestaciones, bonos de productividad, aguinaldos y bonos decembrinos que lo hemos hecho en diálogo social con los trabajadores”, observó Castañón.
Advirtió que incrementar el salario mínimo debe ser un proceso paulatino ligado a la productividad, y dijo que desde 1997 el mercado formal de la economía ha ido mejorado los ingresos de los trabajadores “y hoy se han movido entre tres y cuatro salarios mínimos en promedio.
“Aunque el salario mínimo siga existiendo con bajos incrementos solo por la inflación esperada o un poquito más de la inflación, la productividad del país en la empresa formal ha ido permitiendo pagar más de un salario mínimo, de dos e incluso más de tres salarios mínimos», señaló el presidente de la Coparmex.
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