En el mismo auditorio en el cual Elba Esther Gordillo Morales dio posesión, en 1989, al primer comité ejecutivo de la sección 22 que siguió al derrumbe de Carlos Jonguitud, los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) reiteran su reto: quieren que el secretario de Educación, Aurelio Nuño, sostenga un diálogo público con ellos el 13 de este mes en la ciudad de México: “Queremos que él exponga las bondades de la reforma y nosotros presentaremos nuestra propuesta de modelo educativo”, dice Juan José Ortega Madrigal, secretario general de la sección 18 de Michoacán.
Los líderes de la CNTE se mofan de las cuentas contradictorias que en cada entidad han entregado las autoridades federales y estatales, siempre con ajustes a la baja, y avalan, antes de encerrarse a definir los detalles del plan de acción, el planteamiento de que, en su momento, convocarán a un paro indefinido para defender la estabilidad laboral de los maestros de todos y cada uno de los estados del país.
Entre las opciones que barajan los líderes de la CNTE está instalar un mesa en la Plaza de Santo Domingo, frente a la sede de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, y colocar una silla para el secretario Nuño, a la espera de que cumpla su compromiso de sostener un diálogo abierto con los docentes.