Los programas sociales del gobierno federal son en promedio más regresivos que los del sexenio pasado, al beneficiar más a los hogares de mayores ingresos que a los más pobres, revelaron datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (Enigh).
- Con base en dicha encuesta, el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig) elaboró un análisis de la redistribución del ingreso, en el que puntualiza que los hogares beneficiarios de los programas sociales pasaron de 28 a 30 entre el 2018 y el 2020; sin embargo, el dato del año pasado es menor al máximo histórico que se registró en 2016 de 31 por ciento.
El análisis, encabezado por Máximo Jaramillo, sostiene que en 2016, 65 por ciento de los hogares más pobres eran beneficiarios de los programas sociales. En 2020 sólo 35 por ciento lo eran; toda vez que entre 2016 y 2020 se duplicó el porcentaje de beneficiarios entre los hogares más ricos.
Transferencias
Los hogares con los ingresos más bajos del país se quedaron en 2020 con sólo 10 por ciento del monto total de las transferencias de programas sociales, mientras que en 2018 fue el 18 por ciento. Para el décimo decil, el de los hogares que tienen el mayor ingreso en el país, dichas transferencias pasaron de 4 por ciento en 2018 a 8 por ciento el año pasado.
- En 2018, entre el primero y segundo decil, los hogares con bajos ingresos, se quedaban con 33 por ciento de las transferencias sociales; mientras el penúltimo y el último decil, los hogares con las mayores entradas en el país, se quedaban con el 9 por ciento.
- Del otro lado de la moneda, en el 2020 el primero y segundo decil se quedaron con 21 por ciento de las transferencias y los del noveno y décimo decil, con el 17 por ciento.
De acuerdo con la Enigh, por beneficios de programas sociales, se tiene un ingreso trimestral por un monto de 41.6 millones de pesos; los hogares con menos ingresos recibieron 4.3 millones (1.4 millones al mes) y los de mayores ingresos, 3.5 millones (1.2 millones).
Política regresiva
“Los programas sociales de esta administración se quedaron a la mitad del camino… La mayoría de los programas son para grupos específicos de la población. Lo que pasa con los programas monetarios focalizados es que terminan entregándose a los que menos los necesitan. La idea original sería perfecta si le apuntaras bien a la pobreza”, afirmó Julio Boltvinik, profesor e investigador de El Colegio de México.
El economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que tan sólo el programa Sembrando Vida es para campesinos que tengan 2.5 hectáreas, la mayoría de los hogares de ingresos bajos tiene menos de una hectárea. Se diseñó de una manera que apunta a la clase media rural.
- Boltvinik comentó que el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro está dirigido para jóvenes, no importa de qué nivel de ingresos. La mayoría de los jóvenes profesionales no pertenecen a un hogar de escasos recursos.
- El Indesig precisó que los programas sociales de 2020 son regresivos, ya que el coeficiente de Gini –un índice de concentración que dice qué tanto está concentrado en unos pocos el monto total– es de 0.043 puntos; es decir, que reciben más los más ricos. Cuando el índice es negativo, es que reciben más los más pobres.
El programa 68 años y más fue progresivo, porque sólo era para localidades de 50 mil habitantes o menos, era rural, con un coeficiente de Gini de menos 0.250 puntos; al hacerse nacional, se cubre a todos los niveles de ingreso.
Ahorros se esfuman en pandemia
En 2020, cuatro millones 825 mil 505 hogares retiraron inversiones, ahorros y recursos de tandas, entre otras partidas de dinero, muchos de ellos para enfrentar la pandemia de COVID-19. La cifra fue 43.56 por ciento mayor que en 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
- Así como mucha gente tuvo la oportunidad de ahorrar durante la pandemia, muchos se vieron en la necesidad de recurrir a sus ahorros para salir adelante, sobre todo aquellos que se quedaron sin empleo, le recortaron el salario o tuvieron que cerrar sus negocios”, comentó Mario Di Contanzo, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
- Mario Correa, analista independiente, explicó que la escasez de liquidez que generó la crisis económica y la falta de apoyos gubernamentales para enfrentar sus efectos, obligó a muchas personas a sacar sus ahorros y, los que no tenían, a endeudarse.
El monto trimestral obtenido fue de 39 mil 163 millones de pesos, 39 por ciento mayor al de hace dos años, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH).
- Otros dos millones 400 mil hogares obtuvieron préstamos de más personas o de alguna institución, 3.1 por ciento más que dos años atrás.
- Según la ENIGH, 18 millones 446 mil 619 hogares (52 por ciento del total) registraron ingresos por percepciones financieras y de capital, 9.84 por ciento más que en 2018.
Además de los retiros de inversiones, y ahorros y préstamos personales o de instituciones, esta partida incluye percepciones patrimoniales en especie; otros ingresos financieros y de capital, así como transferencias en especie no regulares de otros hogares.
En 2020, 90 por ciento de los hogares del país registró una reducción de sus ingresos, principalmente, a causa de la crisis económica que desató el virus del coronavirus. Con excepción del decil I (el de menores recursos).
Insuficiente, ayuda contra la pobreza
Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señalan que los apoyos de emergencia otorgados por el gobierno mexicano para enfrentar la crisis no tuvieron impacto en la contención de la pobreza.
“Los gobiernos deben redoblar esfuerzos para transitar hacia un mundo más igualitario”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
- En el reporte elaborado por Acción Ciudadana Contra la Pobreza, las transferencias realizadas en países como Brasil contuvieron hasta 8 por ciento el incremento de la pobreza, pero en México la reducción fue nula y sus programas, además menores que en países más pobres, tuvieron el peor resultado.
- “México no creó nuevas transferencias, no aumentó montos, ni entregó alimentos u otros bienes por la emergencia, por eso hoy enfrentamos un serio retroceso en materia de pobreza”, indicó Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la organización.
“El ingreso por habitante en México se redujo 10 por ciento en 2020, la pobreza se incrementó hasta 50.6 por ciento, 9 puntos porcentuales más que en 2018 y la pobreza extrema se incrementó hasta 18.3 por ciento, 8 puntos porcentuales más que en 2018”, informó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo.
- El gasto de transferencias directas en México se sitúa en 1.3 por ciento del PIB, mientras que en la región es el 1.5 por ciento del PIB. En México comenzaron los apoyos hacer desde antes de la pandemia, desde 2019, explicó la funcionaria y destacó el interés del Gobierno por mantener al alza el salario mínimo.
“La política de México frente a la pandemia ha sido importante porque uno de los objetivos de este Gobierno ha sido combatir la pobreza y desigualdad, antes de la pandemia el Gobierno empezó a preocuparse por los pobres, se adelantaron y se expandieron las transferencias monetarias”, dijo./Agencias-PUNTOporPUNTO