Ernesto Zapata
“Tiene que venir de inmediato a la guardería; su hija no está reaccionando”.
Eran las 11: 26 del pasado 15 de noviembre. Claudia preguntó por el celular si ya le habían dado los primeros auxilios a su bebé y le respondieron que sí. Colgó y se dirigió lo más rápido que pudo al Jardín de Niños y Guardería Babies Gym, ubicado en la colonia Paseos de Churubusco de la delegación Iztapalapa.
Al llegar a la guardería, Claudia encontró a su hija Julieta, de solo cuatro meses de edad, recostada en una colchoneta sobre el piso. A su lado se encontraba una trabajadora del establecimiento, quien solo contemplaba a la bebé, ya en estado de shock.
Personal de la guardería le preguntó a Claudia si autorizaba llamar al médico que ella registró para emergencias, a lo que contestó que ya deberían haberlo hecho. Y en seguida, la propia Claudia aplicó la técnica de RCP para tratar de reanimar a su bebé.
Tras varios minutos llegó al lugar un paramédico de Protección Civil, quien continuó con la reanimación. Muy serio, el paramédico le dijo a Claudia que Julieta no tenía pulso.
Entonces llegaron paramédicos de una ambulancia privada rotulada con el nombre de Centro Médico Nuevo Fuego; continuaron con la reanimación y conectaron a la bebé a un medidor de frecuencia cardiaca que sólo marcaba las compresiones que se le hacían en el pecho.
Los paramédicos privados propusieron trasladar a la pequeña Julieta a un hospital, a pesar de que ya no tenía pulso, lo que fue aceptado por el paramédico de Protección Civil.
Mientras esto pasaba, Isaac, esposo de Claudia y padre de Julieta, se comunicó con una de las maestras de la guardería, quien le relató lo que había pasado con Julieta en el transcurso del día.
La bebé había hecho dos tomas de leche: a las 8:30 y a las 10:00 de la mañana y se quedó dormida después de cada una. Hizo una tercera toma a las 11:00, hora en que la persona encargada del área de lactantes la vio por última vez en buenas condiciones. Julieta fue colocada por esta persona en el columpio mecedor y se volvió a dormir.
A las 11:20, cuando le tocaba cambio de pañal, la encargada de lactantes, quien tenía a su cargo, ella sola, a diez bebés, notó que Julieta estaba pálida, por lo que pidió auxilio a la Dirección.
Cerca del medio día, Claudia, los paramédicos y Julieta arribaron al Hospital Pediátrico de Iztapalapa. Pero diez minutos después de haber llegado, personal del hospital le dijo a Claudia que no se había podido hacer nada por su hija y que no sabían la causa de su muerte.
Ese mismo 15 de noviembre los padres de Julieta presentaron una denuncia penal, misma que dio origen a la averiguación previa CI-FIZP/IZP-2/UI-1 S/S/00951/11-2016, radicada en la Fiscalía Desconcentrada en Investigación en Iztapalapa, Coordinación Territorial Iztapalapa 2.
La necropsia de ley señala que la bebé murió “por asfixia por sofocación, en su variedad de paso de contenido gástrico a vías respiratorias”.
Hasta el momento, casi dos meses después del fallecimiento de Julieta, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México no ha reportado avances en la investigación, mientras que el Jardín de Niños y Guardería Babies Gym sigue funcionando con normalidad.
Los padres de Julieta hicieron a través de la página change.org una petición dirigida al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera, para que se finquen las responsabilidades correspondientes por la muerte de la bebé.
En su petición, que hasta el medio día de hoy ya había recolectado 22 mil 553 firmas, los padres de Julieta piden también que se revise el funcionamiento de la guardería, ya que consideran que el personal responsable del área de lactantes es insuficiente y que el establecimiento carece de protocolos de primeros auxilios.