Piden analizar efecto ambiental aeropuerto México

Nuevo Aeropuerto México / Imagen de Internet

AGENCIAS

El proyecto para construir un nuevo aeropuerto internacional en la ciudad de México ha comenzado a generar preocupaciones sobre los posibles impactos ambientales, aunque el gobierno sostiene que no tendrá efectos negativos y sí contribuirá a rehabilitar una zona con suelos semidesérticos.

Expertos han comenzado a manifestar sus preocupaciones y han pedido a las autoridades que antes de minimizar los efectos analicen el documento de impacto ambiental que debe ser presentado, revisado y autorizado antes de que inicie cualquier la obra de construcción del nuevo aeropuerto.

Manuel Angel Núñez, director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y coordinador del plan para el nuevo aeropuerto, dijo a The Associated Press que el documento de impacto ambiental está listo y la próxima semana será entregado a la Secretaría de Medio Ambiente para su análisis. Comentó que dependerá de esa dependencia hacer público el texto.

«Todos los proyectos, más de esta naturaleza, tienen impactos y tienen riesgos y esos obviamente no los podemos minimizar ni los podemos hacer a un lado», dijo por su parte a la AP Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, quien entre sus preocupaciones mencionó la protección del hábitat de las aves que viven o llegan a la zona, la posibilidad de inundaciones y que se trata de una zona sísmica que representa mayores desafíos en materia de ingeniería.

«Ahora, de que esos impactos y esos riesgos se pueden atajar, se pueden minimizar, se pueden prevenir, se pueden mitigar, la respuesta es sí, pero habría que ver los cómos», añadió. El Centro y otras organizaciones han convocado a la sociedad y a las autoridades a tener en octubre un diálogo público para evaluar el proyecto.

Las autoridades mexicanas anunciaron esta semana un proyecto para construir el nuevo aeropuerto que llegaría a tener seis pistas y una capacidad de 120 millones de pasajeros al año, cuatro veces más la capacidad de la actual terminal.

El aeropuerto tendrá una superficie de 4.600 hectáreas localizadas dentro de un polígono de más de 12.500 hectáreas de terrenos federales asentados al oriente de la capital, en una zona donde existía un lago que se secó y hoy tiene muchas áreas con características semidesérticas y tierras salitrosas.

En las inmediaciones también subsisten algunas lagunas y zonas con presencia de varias especies de aves, algunas migratorias, como patos y garzas.

Guerra dijo que se ha convocado a diversas organizaciones para conformar un comité científico que analice a detalle las acciones necesarias para evitar específicamente que las aves se vean afectadas.

Algunas voces, incluidos legisladores y exfuncionarios, han señalado que el terreno donde se edificará el nuevo aeropuerto es susceptible a inundarse y tiene materiales que podrían dañar la terminal.

Las autoridades han comenzado a minimizar los comentarios e incluso Guerra sugirió que antes de hacer comentarios deberían conocer los detalles del proyecto.

El secretario de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que el actual aeropuerto se localiza en terrenos con las características similares que donde se planea construir el nuevo y que se han enfrentado los desafíos que han implicado, como los hundimientos de la zona.

El comisionado nacional del Agua, David Korenfeld, refirió por su parte que se realizará un plan hidrológico que incluye incrementar de tres a nueve las lagunas artificiales de la zona para aumentar la captación de agua y se construirán más de una veintena de plantas de tratamiento de agua, lo cual aseguró que ayudará a evitar inundaciones.

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