La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó que la pobreza en México incrementará en 7.6 por ciento en este año al pasar de 41.9 millones de personas en 2019 a 49.5 millones de personas en 2020, mientras que la pobreza extrema crecerá 6.3 por ciento, al crecer de 11.6 millones a 17.4 millones y esto va a estar relacionado con la pérdida del empleo.
“El empleo es un efecto muy fuerte en México y vamos a tener una pérdida de un millón de empleos y esto representan 4.9 por ciento respecto del inicio del año y el mes más crítico fue en abril. Anticipamos un cambio en la tendencia en el empleo formal”, dijo Alicia Bárcena, secretaria general de la CEPAL.
- En video conferencia de prensa desde Washington, donde se presentó el informe conjunto de «Salud Economía: una convergencia necesaria para enfrentar el Covid-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe», Alicia Bárcena indicó que se crearon 37 mil empleos en el sector salud debido a que “este gobierno recibió con un déficit muy alto en el sector salud amplificar y ampliar nuevas contrataciones a la plantilla del sector salud”.
“Esto es muy importante porque amplió la capacidad del IMSS, del ISSSTE, del Insabi, hospitales privados y de las fuerzas armadas. La expectativa es que si se pueda revertir con la creación de empleos”, señaló la funcionaria
Cinco medidas para garantizar un ingreso básico
A fin de enfrentar la mayor crisis económica y social en un siglo en América Latina y el Caribe por Covid-19, donde el retroceso en los niveles de pobreza será de 14 años y una década en el ingreso per capita, la CEPAL y la Organización Panamericana de la Salud propusieron a los gobiernos impulsar cinco medidas para garantizar un ingreso básico de 143 dólares por seis meses para los más pobres, un bono adicional contra el hambre para los que están en extrema pobreza de 67 dólares, un programa de apoyo de emergencia a las mipymes y políticas fiscales y acceso a financiamiento.
Esta crisis “exigirá nuevos pactos sociales y fiscales”, dijo Alicia Bárcena.
Bárcena y Carissa Etienne, directora de la OPS coincidieron en que lo más importante es reconocer el impacto de la crisis. “No hay dilema entre economía y salud, primero es la salud”, en la reapertura de las actividades en medio de la pandemia por el nuevo virus de SARS CoV2, afirmó Alicia Bárcena.
- En su exposición dijo que en medio de la pandemia las familias incrementaron su gasto en salud y los datos muestran que 95 millones de personas invierten en gasto catastrófico y de ellos 12 millones están en riesgo de empobrecer.
- Mientras que se prevé que habrá 44 millones de desempleados y aumenta el riesgo del cierre de 2.7 millones de empresas formales.
Recordó que en la región 158 millones de trabajadores informales se han podido registrar que representan 54 por cierto de los formales lo que los expone aún más al despido o reducción salarial, en particular a las mujeres y a los trabajadores domésticas.
Los riesgos de crisis alimentaria es para más de 96 millones de personas en situación de pobreza extrema, 11.8 por ciento ubicados en las zonas urbanas y 29 por ciento en áreas rurales.
Al presentar las cinco propuestas dijo que se requiere garantizar un ingreso básico de emergencia por seis meses a toda la población en pobreza complementando con un bono contra el hambre a toda la población en extrema pobreza.
- La segunda es generar una política social universal, “progresiva y distributiva”.
- Ampliar plazos y períodos de gracia en los créditos a Mipymes, especialmente las que producen alimentos, y crear acciones para el cofinanciamiento parcial de la nómina salarial.
“Políticas fiscales y monetarias expansivas que sostengan un periodo más largo, que será estructural, con instrumentos no convencionales”, y acceso a financiamiento en condiciones favorables para países de renta media.
Indicó que sólo 26 por ciento de los trabajadores en la región tienen posibilidades de hacer teletrabajo desde casa por las dificultades de acceso a internet. Carissa Etienne, directora de la OPS insistió en que “si no controlamos la pandemia la recuperación es inconcebible”.
Dijo que si bien cada país deberá responder en su contexto, enfrentar la emergencia económica y social “exige liderazgo y reconocer la crisis”. Y sugirió que crear un sistema universal de salud y protección social será la forma de protección social más adecuada para los más pobres y quienes están en la informalidad.
Aumento de delincuencia y crimen organizado
Ante la pérdida de empleos formales, durante los meses de abril, mayo y junio, es decir, durante la emergencia sanitaria generada por el Covid-19, en el primer semestre de este año, de acuerdo con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y los problemas económicos que enfrentan las familias, no solo aumentará el empleo informal y el desempleo, sino también la delincuencia y el crimen organizado.
- De acuerdo con el análisis “Contención del desempleo: responsabilidad de sector público y privado”, realizado por María Elena Pérez Pulido, directora del Departamento de Negocios de la Universidad Iberoamericana Puebla, la vulnerabilidad en la que caerán diferentes sectores de la sociedad, abrirá la puerta para que se busquen ingresos en actividades de subcontratación y hasta en condiciones inapropiadas como la delincuencia.
“La vulnerabilidad orilla a las personas a buscar su ingreso diario en actividades de subcontratación o en condiciones inapropiadas. Tras la pandemia, no sólo crecerá el desempleo o el empleo en el sector informal, sino también el crimen organizado: la gente estará empleada en actividades ilícitas para saldar sus gastos”, advirtió.
Comentó que en el país, inició la emergencia generada por el covid-19 con alrededor del 66 por ciento de la población económicamente activa en el sector informal, es decir, una de cada tres personas realiza actividades sin garantías de seguridad social ni ingresos semanales ni prestaciones.
“Las implicaciones directas de esta condición se traducen en una menor recaudación de impuestos y la inaccesibilidad de las y los trabajadores a prestaciones básicas”, explicó la investigadora. Para la especialista, el confinamiento no es sinónimo de inactividad y diferentes empresas lograron optimizar sus recursos para adecuarse a las circunstancias; mientras que las capacitaciones a distancia y la reasignación temporal de labores fueron alternativas para mantener la solvencia de las empresas.
- En medio de la contingencia económica, el acuerdo mutuo para la reducción de jornadas laborales y salarios fue una de las estrategias que se implementaron en las micro, pequeñas y medianas empresas para salvaguardar las nóminas y hacer frente a la incertidumbre, apuntó.
- Al realizar un análisis los múltiples factores y escenarios, la directora del Departamento de Negocios de la Ibero Puebla pronosticó una recuperación paulatina que podría tomar varios años ante la falta de coordinación entre empresas y gobierno.
“Es un largo camino y dependerá mucho de las estrategias que se tengan a nivel federal y no sólo de lo que se haga en la iniciativa privada, pues a los altos índices de desempleo previos a la pandemia deberán sumarse los daños colaterales posteriores a la misma”, manifestó.
Por último, la investigadora en economía y negocios de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, la clave para enfrentar la crisis se encuentra en la articulación de esfuerzos para reactivar la economía.
“Es tiempo de unir esfuerzos: esta política de condonar el impuesto sobre la nómina o retrasar los pagos al Seguro Social puede ayudar a que las empresas sigan adelante, lo que, a largo plazo, mantendrá activa la economía”, finalizó Pérez Pulido.
Primer semestre 2020, el más letal
La estrategia de seguridad del gobierno actual no cambia, aún cuando el presidente, Andrés Manuel López Obrador sigue reiterando su «llamado a todos a portarnos bien, a que sean abrazos, no balazos”, haciendo a un lado los videos de comandos fuertemente armados, que afirman controlar entidades y regiones del país.
Sin embargo, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), autoridad encargada de recopilar la información de las 32 fiscalías estatales, recién publicó los datos de incidencia delictiva, y las noticias no son buenas: en los primeros seis meses de 2020 asesinaron a una persona cada 15 minutos.
Homicidios dolosos
Entre enero y junio, las 32 fiscalías estatales registraron 17 mil 982 víctimas de homicidio doloso, de las cuales 489 se catalogaron como víctimas de feminicidio. Esto se traduce en que, diariamente, fueron asesinadas 99 personas, de las cuales casi 11 fueron mujeres (10.6).
Resalta que ni el COVID-19, ni las medidas de resguardo establecidas por el gobierno, lograron parar la violencia en nuestro país. Durante los 3 meses enteros que han durado las medidas de distanciamiento social (abril-junio), se registraron tan solo 98 homicidios menos (considerando feminicidios) que los registrados en el primer trimestre del año.
Esto coloca a 2020 en camino de superar a 2019 como el año más violento en la historia de nuestro país.
En cinco años casi se duplican los asesinatos
De acuerdo con las cifras del SESNSP, el primer semestre del año 2020 ya supera a los cinco primeros semestres de los años anteriores tanto en homicidios dolosos como en feminicidios.
Tomando en cuenta los cambios en la población (a través del uso de tasas por cada 100 mil habitantes), se puede observar que en esos años los homicidios dolosos casi se duplicaron, al pasar de una tasa de 7.1 en 2015, a una de 13.7 asesinatos por cada 100 mil habitantes en 2020.
Para Daira Arana Aguilar, directora del Centro Feminista de Investigación Social, esto responde a que “no han habido cambios respecto a la estrategia de seguridad de gobiernos anteriores, porque seguimos con una totalmente militarizada. Es decir, los problemas de las violencias se atienden a partir de una estrategia de combate y de usar las armas”.
- “La falla del Estado mexicano es, precisamente, no entender que por un lado, la seguridad es un tema más amplio que la simple defensa, y que no se deberían contextualizar todas las estrategias en un panorama de guerra. Esto no soluciona los problemas”, nos explicó Arana Aguilar.
- Y añade que este tema “no se ha analizado desde una perspectiva regional o local, donde las policías tienen un papel muy importante al ser el primer acercamiento de la ciudadanía con una autoridad”.
- Lo único positivo que destaca Daira Arana Aguilar de las acciones del gobierno actual es “la presentación de datos y el trabajo que está haciendo el Centro Nacional de Información (CNI) del SESNSP para desagregar datos y presentarlos más actualizados a través de distintos enfoques”.
Sin embargo; aclara que “de nada sirve que el gobierno tenga estos datos si no se toma como evidencia para cambiar las estrategias, mientras se mantiene aferrado a una visión de demostraciones de fuerza y ver todo con amenazas”.
En pandemia, feminicidios se desbordan
Respecto a los feminicidios, las cifras siguen la misma tendencia. En el primer semestre de 2015 se registró una tasa de 0.3 feminicidios por cada 100 mil mujeres. Cinco años después hay una tasa de 0.75 feminicidios, un aumento de 148%.
Para Daira Arana Aguilar, que se esté registrando un aumento en los homicidios de mujeres, así como los feminicidios, “demuestra que no hay perspectiva de género en las estrategias de seguridad del gobierno”.
- La analista explica que una estrategia integral parte “desde buscar entender por qué las principales víctimas son hombres jóvenes que son asesinados por otros hombres”. Además detalla que es necesario “hablar de patriarcado o de masculinidades hegemónicas”, cosa que no sucede en la actualidad.
“Lo único que parece ser la estrategia consiste en demostrar fuerza y poder, en lugar de entender los problemas y buscar soluciones concretas”, puntualiza Aguilar.
Panorama para el segundo semestre
La directora del Centro Feminista de Investigación Social considera que en la segunda mitad del año el panorama será “bastante complejo”. Espera que se mantenga la crisis de seguridad, así como un aumento en las violencias por muchos otros factores, pues los problemas no se están atendiendo de formas distintas.
- “Deberíamos esperar y exigir que los gobiernos, en todos los niveles, asuman sus responsabilidades y se coordinen para resolver entre todos la crisis de violencia”, puntualiza Arana Aguilar.
Los abrazos no parecen ser suficientes para detener los balazos que le quitan la vida a cada vez más mexicanas y mexicanos en el país. Tampoco parece ayudar la amenaza de “acusar con sus mamás” a los delincuentes. ¿Hasta cuándo corregirá el rumbo el gobierno?, preguntó incrédula. /Agencias-PUNTOporPUNTO