En su primer año de gestión al frente de Pemex, Octavio Romero Oropeza no sólo resultó incapaz de corregir la alarmante situación financiera de la petrolera, sino la agravó: registró pérdidas por 348 mil millones de pesos en 2019 y “siguió sin estar en condiciones de ser rentable y generar valor económico para el Estado en ese año” y “presentó una alta probabilidad de quiebra técnica”, según determinó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
“Las medidas llevadas a cabo por Pemex, en ese año, fueron insuficientes para dar una respuesta efectiva a los riesgos financieros, de crédito y operativos a los que se encontró expuesta la empresa, los cuales se siguieron materializando, ya que: a) no generó valor económico agregado ni rentabilidad en su operación; b) se continuó degradando su calificación crediticia, y c) se redujeron las reservas de hidrocarburos (petróleo y gas), la extracción y producción de éstos, así como el procesamiento de petrolíferos, gas natural seco, petroquímicos y fertilizantes”, sentenció el organismo fiscalizador en su auditoría 414-DE.
- Más allá de la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador que la eliminación de la corrupción en Pemex salvaría la empresa y permitiría el “rescate de la soberanía”, la ASF observó que en el primer año de la llamada Cuarta Transformación “no logró avanzar en la mejora de su situación operativa y financiera”, y mostró profundas deficiencias en su gestión así como la persistencia de “problemáticas operativas y financieras”.
Así, Pemex no logró revertir la caída en la extracción de petroleo y de gas, las reservas probadas siguieron desvaneciéndose, la petrolera no reportó producción de amoniaco y urea de sus plantas de fertilizantes Agronitrogenados y Fertinal adquiridas durante el sexenio pasado.
Es más: tampoco pudo erradicar el robo de combustible, mejor conocido como huachicol, a pesar de las reiteradas declaraciones de López Obrador en este sentido, pues según la ASF, se reportaron 13 mil 54 tomas clandestinas en 2019, de las cuales fueron extraídos 2.2 millones de barriles de petroleo y 123 mil toneladas de gas, por un costo estimado a Pemex de 4 mil 334 millones de pesos.
- De acuerdo con el organismo fiscalizador, en 2019 Pemex presentó un Retorno sobre Activos (ROA) de -18.1% –un 9.4% más grave que en 2018–, un Retorno sobre Capital Empleado (ROCE) de 9.3% –inferior en 10.5% al de 2018– y terminó con todos los indicadores al rojo vivo, por lo que si fuera una empresa privada, estaría en quiebra.
- Total, que en el arranque 2020 la petrolera arrastraba una deuda de 2 billones 461 mil millones de pesos, 550 mil millones de pesos más que la deuda que dejó el sexenio de Enrique Peña Nieto, durante el cual la petrolera estuvo envuelta en un sinnúmero de escándalos de corrupción, y con pasivos dos veces superiores a los activos.
Esta situación alarmante ocurrió un año antes de la caída brutal e histórica en los precios del crudo, que desencadenó la crisis económica global provocada por la pandemia de covid-19 y sacudió todavía más las finanzas de la petrolera mexicana.
Entre las debilidades que persisten en la petrolera, la ASF subrayó que no existe un perfil de idoneidad para seleccionar a las personas que ocupen asientos en el Consejo de Administración, y que Pemex no aplica un proceso de “debida diligencia” en sus procesos de contratación, dejando abiertos ciertos espacios para la corrupción.
- En Pemex Producción y Exploración (PEP), los resultados no fueron mucho mejores: la ASF estimó que Pemex realizó una “deficiente gestión de la infraestructura para actividades de exploración y extracción de hidrocarburos y no sustentaron una adecuada planeación y programación basada en la capacidad operativa” de la filial más productiva de la petrolera.
“Cabe señalar que la caída en la producción de hidrocarburos y derivados obedece, por un lado, a la declinación natural de los yacimientos de hidrocarburos, y por el otro, a la insuficiente inversión en exploración”, insistió la ASF.
Estas deficiencias se reflejaron en que, en 2019, PEP no realizó el 74% de las perforaciones de pozos y desarrollo de campo planeados –aunque sí perforó mucho más que en el sexenio pasado–, y tampoco logró aumentar de manera significativa la producción respecto a años previos, “lo que limitó la contribución en la atención del problema de la baja producción de hidrocarburos e impactó negativamente en la generación de valor y rentabilidad para el Estado Mexicano”.
- Señaló, entre otros, que PEP no actualizó sus inventarios y no supo acreditar las condiciones físicas de 120 equipos de perforación”, y que no supo decir a ciencia cierta quiénes son los dueños de 78 plataformas petroleras, de las 254 que tiene registradas –aparte, indicó que no utiliza el 32% de estas plataformas–.
- Aparte, la ASF observó el desempeño “deficiente” de PEP en la administración de contratos, pues adjudicó de manera directa los contratos de 20 plataformas y 11 equipos modulares, y modificó las tarifas de renta diaria.
Deterioro sin freno
Según modelos matemáticos financieros de identificación de riesgos financieros para empresas privadas, Petróleos Mexicanos (Pemex) está en “zona de quiebra”, como reportó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su informe acerca del desempeño del corporativo de la petrolera, luego de que en el 2019 duplicó su rendimiento negativo sobre activos, llegando a 18.1% negativo, y registró un capital contable negativo de 1,977 billones de pesos, empeorando 36% en este rubro.
- El dictamen del órgano auditor del Congreso reveló que Pemex obtuvo un rendimiento sobre activos negativo de 18.1% y un retorno sobre el capital empleado de 9.3%, además de que registró un capital contable negativo de 1,997 billones de pesos en 2019. En este ejercicio, tuvo un resultado neto negativo del ejercicio por 347,911 millones de pesos y no generó valor económico en su operación, al obtener un valor económico agregado negativo de 48,156 millones de pesos.
- Con este análisis que la ASF realizó por segunda vez para la petrolera estatal, se determinó que Pemex presentó una alta probabilidad de quiebra técnica si ésta fuese una empresa privada, debido a que, con la aplicación del modelo Altman,173/ la empresa registró un puntaje de menos 1.16, lo que la ubicó dentro de la “zona de quiebra”, en tanto que con la aplicación del modelo Springate obtuvo un valor de 0.38 puntos.
Al revisar el desempeño financiero, generación de valor económico y rentabilidad de la estatal, la ASF explicó que en 2019, se materializó el riesgo de que Pemex no esté en condiciones de generar valor económico agregado en favor del Estado, ya que este fue de menos 48,156 millones de pesos, a diferencia del ejercicio 2018, en el que generó valor por 63,308 millones de pesos.
- La empresa tampoco fue rentable, debido a que, en el 2019, obtuvo los resultados siguientes: un retorno sobre activos de menos 18.1%, porcentaje superior en 9.4 puntos porcentuales al registrado en 2018, que fue de menos 8.7%; además, registró un retorno sobre capital empleado de 9.3%, resultado inferior en 10.5 puntos porcentuales al registrado en 2018, que fue de 19.8%, y no fue posible calcular el retorno sobre capital contable sin incurrir en un falso positivo, derivado de que tanto el capital contable como los resultados del ejercicio fueron negativos.
Así, “en 2019, Pemex también presentó una alta probabilidad de quiebra técnica, si ésta operara como una empresa privada que busca ser sostenible, debido a que, con la aplicación de los modelos Altman Z-SCORE y Springate, utilizados para pronosticar la insolvencia empresarial, la empresa obtuvo menos 1.16 puntos y 0.38 puntos, los cuales la ubicaron en la “zona de quiebra” de ambos modelos”.
- Por lo que se refiere al endeudamiento de Pemex, en 2019, el saldo de la deuda total reportado en la Cuenta Pública fue de 1,913 billones de pesos, cifra inferior en 5.3% al registrado en 2018, que se ubicó en 2,019 billones de pesos. Sin embargo, como hechos posteriores, en el primer semestre de 2020 la deuda de Pemex aumentó en 28.7% a 2,461 billones, por nuevas contrataciones para contar con el flujo para su operación.
De esta forma, con la auditoría se identificó que, en el periodo 2015-2019, Pemex no destinó la totalidad de los recursos derivados de la contratación de deuda para invertir en activos productivos, ya que, en dicho periodo, el gasto neto de capital de la empresa (Capex) fue de 272,287.3 millones de pesos, en tanto que el incremento neto de la deuda financiera de la empresa fue de 557,940.9 millones de pesos.
En el mismo reporte, la ASF advirtió que previamente, como resultado de la fiscalización de la Cuenta Pública 2018, la ASF identificó que Pemex no estuvo en condiciones de ser rentable y presentó un rendimiento sobre activos negativo de 8.7%; tuvo pérdidas acumuladas por 1,933 millones de pesos; un capital contable negativo de 1,459 billones de pesos, y un endeudamiento por encima del saldo de sus activos totales.
Operaciones a la baja
Cabe recordar que, al cierre del 2019, Pemex reportó una caída de 16.5% en sus ingresos totales, que ascendieron a 1.403 billones de pesos. La disminución de los ingresos totales fue provocada por una caída de 20% en las ventas nacionales, explicada por una baja en los precios de las gasolinas y diésel.
La producción petrolera cayó de 1.813 a 1.678 millones de barriles diarios. La elaboración de petrolíferos se redujo de 740,600 a 726,000 barriles diarios, la de gasolinas de 207,100 a 203,500 barriles diarios y el proceso de crudo bajó 3.2% a 592,009 barriles por día.
La ‘trampa’ de Pemex
Pemex informó que la producción de crudo aumentó el año pasado por primera vez en una década y media, pero hay un pequeño problema: esto solo se debe a que la firma cambió lo que está contabilizando.
- La producción de petróleo crudo de la firma estatal mexicana, incluidas las contribuciones de socios, disminuyó 1% el año pasado, a 1.66 millones de barriles por día. Pero Pemex está haciendo alarde de un aumento de 0.23% tras incluir el condensado, un líquido de gas natural similar al crudo extraligero que se utiliza para diluir crudos más pesados.
“Con esta cifra de producción, Pemex termina con el periodo de 15 años consecutivos de caídas en la producción de petróleo”, indicó la compañía en un comunicado.
Pemex está bajo presión para elevar la producción tras no poder cumplir con el objetivo del año pasado. Andrés Manuel López Obrador prometió devolver a la compañía su gloria pasada aumentando la producción en campos costa adentro y en aguas poco profundas, donde es menos costosa, mientras reduce la inversión en áreas de aguas profundas más prometedoras, pero muy caras de explotar.
La política el gobierno ha frenado las asociaciones de Pemex con empresas privadas que pueden ayudar a desarrollar descubrimientos más complicados.
- Por otro lado, la producción de condensados se duplicó el año pasado, para alcanzar 46,000 barriles por día, con el descubrimiento de grandes yacimientos de condensados y gas en campos como Quesqui e Ixachi.
Sin embargo, los petróleos mexicanos destinados a mercados de exportación, como su emblemático crudo Maya, continúan disminuyendo debido a que la endeudada empresa carece de recursos para invertir en grandes campos nuevos. Pemex no ha exportado su crudo extraligero Olmeca desde 2017, mientras que las exportaciones de crudo Maya cayeron 11% el año pasado, a 980,000 barriles por día./Agencias-PUNTOporPUNTO