La negativa de la administración de Andrés Manuel López Obrador de abrir la exploración y explotación petrolera a privados dejará en la ociosidad 45 pequeños yacimientos cuya capacidad potenciaría las reservas de hidrocarburos.
Estos pozos han estado pausados por poco más de cuatro años. Su historia se remonta a la primera ronda licitatoria que ofertó el gobierno de Enrique Peña Nieto, la llamada Ronda Cero, en la cual se repartieron los yacimientos que serían controlados por Petróleos Mexicanos, asignándole el 98% de las reservas 1P y 2P.
- Entonces, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) le otorgó a la petrolera estatal dos años para el desarrollo de los campos, no obstante, al llegar el 2017 no hubo ningún avance. El argumento fue la caída de los precios petroleros. El regulador le dio una extensión, pero dos años, la situación seguía siendo la misma.
Ya durante la administración de la 4T, el regulador energético concedió otra prórroga sin una definición puntal de tiempo, para el desarrollo de campos, lo que significó un desahogo para Petróleos Mexicanos de no ser sancionado por la falta del compromiso original.
- Sin embargo, en sus últimas sesiones de enero, la comisión urgió a la Secretaría de Energía a tomar una decisión sobre estos campos, poniendo dos opciones: licitarlos o entregarlos definitivamente a Pemex. De acuerdo con la CNH se trata de hasta 50,000 millones de pesos los que se han dejado de ganar por no explotarlos.
- Y es que explicaron que por la falta de inversión y planes de desarrollo «ya redujeron en 50% sus niveles de producción, lo que estaría generando pérdidas de hasta 10,000 millones», expusieron durante la cesión.
Pero en el mercado no ven chances de que estas propuestas sean viables. Especialistas del sector explicaron a LPO que, por un lado, la petrolera mexicana no tiene los suficientes recursos para agregarlos a sus portafolios. «Hay que considerar que aún están atorados en sus primeros 20 campos prioritarios», recordó en esta línea el analista independiente Arturo Carranza.
Por otro lado, está la cerrazón de los encargados de la política energética en el país por abrir la exploración y explotación petrolera a privados. A pesar de la insistente presión por parte de los petroleros, Rocío Nahle ha insistido que no planean regresar a las rondas petroleras, aunque, por su parte, Alfonso Romo declaró que sí consideran «unos pocos» farmouts.
«La sugerencia es lógica en términos de valor, pero probablemente si la Sener ya dijo que no va a retomar las rondas, no va a pasar», insistió Carranza. En su consideración este sexenio estos yacimientos van a seguir frenados.
- La importancia de estos pozos -ubicados en tierra y aguas profundas- es que, al tratarse de reservas 1 y 2 P, significa que es más fácil materializar su producción, pues, aunque todavía hay trabajos de exploración por hacer, ya se conoce su potencial.
- Hay que tener en cuenta que los yacimientos asignados a Pemex en 2015 significan el 83% de las reservas 2P y el 21% de los recursos prospectivos. En ese sentido, el experto Gonzalo Monroy señaló: «Si el 10% de recursos prospectivos los pudiéramos convertir en reservas, las reservas del país crecerían hasta el triple».
En el mercado, el tema de las reservas preocupa con la decisión de este gobierno de dejar de apostar por aguas profundas, afirmando que Pemex tiene más experiencia y por tanto posibilidad de tener éxito en las someras. Para los especialistas, esta decisión pondrá precisamente en riesgo la posibilidad de tener más reservas petroleras en el mediano y largo plazo./LAPOLITICAONLINE-PUNTOporPUNTO